Frutas, verduras, dulces, arroz y otros productos de almacén colman el local de Rondeau 4023, en Rosario, una propuesta al consumidor final que se vincula también con cooperativas de producción.
Según Mariano Estigarribia, presidente de la cooperativa, el emprendimiento fue pensado con el fin de favorecer a “producciones que vienen desde el cooperativismo”. Por eso, desde el principio intentaron fomentar “el vínculo y la relación con aquellas cooperativas que producen alimentos agroecológicos y orgánicos, ofreciéndoles una boca de expendio en la ciudad”.
“Poder hacer realidad la apertura del local para nosotros significa la llegada a otro de los pasos que nos proponemos dentro de un proyecto, que es integral y que consiste principalmente en capacitar a jóvenes de los barrios periféricos de la ciudad en producción agroecológica”, explica el presidente. El plan incluye también la comercialización de lo producido, otorgando así otra fuente de trabajo a aquellos que no se vean interesados por el trabajo con la tierra.
Además de contar con sólidos vínculos dentro de la red de cooperativas, Tierra Viva se apoya fuertemente en sus compradores, que han optado por consumir productos alternativos y que colaboraron en la concreción de este sueño del local propio. “Ya veníamos trabajando hace un buen tiempo con un sistema de ventas digital con entrega a domicilio, en donde encontramos una muy buena recepción y una gran cantidad de personas que se animaban a colaborar y apoyar este proyecto”, cuenta Mariano. Fue el acrecentado número de ventas lo que hizo que los miembros entiendan que “podíamos tener más posibilidades de abrir nuevas bocas de venta, en otros lugares de comercialización, haciendo que para los consumidores no sea tan engorroso encontrar este tipo de alimentos y que estén de manera continua en el mercado”, detalla.
Tierra Viva está integrada a Fecofe
La salida es la agroecología
Como sucede con cualquier mercado, es necesario que además de haber productores agroecológicos, existan consumidores que demanden alimentos de calidad nutricional. En consonancia, Estigarribia considera que la población en general debe ser responsable de reflexionar sobre “qué comemos, qué compramos y a qué tipo de empresa apoyamos con nuestros consumos”. Y que comprendan además que “consumir alimentos libres de agrotóxicos permite que cada uno y que cada una mejoren su salud pero también abona a la optimización del ambiente que nos rodea”.
“Ante esta triple crisis social, ambiental y alimentaria, la seguridad alimentaria tiene una respuesta a través de la producción agroecológica. Entonces trabajamos firmemente en esto, convencidos y con muchísima garra para que siga creciendo. Consideramos que la tarea que hacemos es acercar esta propuesta de producción alternativa y demostrar que es posible. Que contribuir a la seguridad alimentaria tiene muchos actores, y nosotros, como parte de ese elenco, vamos a hacer lo posible para desempeñar nuestro rol de la mejor manera”, estima Mariano.
Finalmente, el dirigente expone que, frente a la vorágine de las nuevas tecnologías y la expulsión del mercado de trabajo que genera para algunos la revolución 4.0, es el movimiento cooperativo el que debe ser capaz de generar empleos, y contemplar nuevas miradas y emprendimientos. “Que la alternativa cooperativista sea quien tenga presente al ambiente y a la inclusión social, para que el futuro tenga oportunidades para todos y todas”, propone. Y concluye: “En esa futura organización de la sociedad, debemos estar siempre atentos a dar la posibilidad de que los valores cooperativas crezcan. De nuestra parte, estamos muy felices de estar organizados y de ser una cooperativa agroecológica que está dando pasos agigantados hacia una meta que es que existan muchas más cooperativas agroecológicas y productores agroecológicos, y que cada vez este movimiento logre ser más tenido en cuenta a la hora de la toma de decisiones”.
Fuente: Fecofe
