Cuando las personas con discapacidad culminan su etapa escolar surge en las familias una pregunta que se transforma en angustia. ¿Qué hacer con los chicos cuando el espacio simbólico de la escuela deja de estar en lo cotidiano? ¿Cómo acompañar el paso a la adultez, que implica la integración en el mundo del trabajo y la independencia económica?
El proyecto de panadería inclusiva inaugurado en San José de la Dormida por la cooperativa local va en esa dirección.
En el norte de Córdoba, “no hay proyectos que trabajen con personas con discapacidad en esta etapa”, señala Clara Montenegro, responsable del Espacio Educativo de la Cooperativa de San José de la Dormida. Con esa inquietud, en 2019 impulsaron un taller en panadería destinado a chicas y chicos con discapacidad. “Fue un éxito y los chicos empezaron a demandar más”, cuenta Clara.
Surgió entonces en 2022 Pisco Huasi, un proyecto de producción de alfajores regionales artesanales que tuvieran que ver con la identidad local, que se consolidó con el respaldo de instituciones como el IPEA 223 “Int. Ramon N. Quinteros”, el Centro de Atención Integral al Discapacitado (Caid) y la Escuela María del Carmen Amaya Esta semana, la panadería inclusiva inauguró su propio local donde producen panificados en las instalaciones de la cooperativa de servicios públicos.
Un gran paso
Con todo listo para comenzar a funcionar, el 22 de mayo quedó inaugurado la panadería inclusiva donde trabajan 15 jóvenes con discapacidad que vienen desde La Posta, San Francisco del Chañar, Las Arrias, Villa Tulumba y San José de la Dormida.
Fue la cooperativa local quien realizó el aporte de todas las maquinarias necesarias para producir panificados, el reacondicionamiento del espacio y las sucesivas capacitaciones.
“Es la concreción de un sueño: crear un espacio donde la inclusión y la diversidad no solo sean aceptadas sino celebradas”, señaló el presidente de la entidad, Raúl Carreras.
“El objetivo de la panadería inclusiva es visibilizar la discapacidad y lograr la autonomía o autosuficiencia económica de los chicos”, agregó Clara Montenegro.
Un proyecto de y para los y las jóvenes
La panadería “no es de la cooperativa”, señala Clara, “es de los chicos”. El proyecto se pensó y nació para que los y las jóvenes con discapacidad tengan oportunidades en su vida adulta.
“El año pasado, con las ventas muchos chicos pudieron comprarse su propia ropa y también pudimos concretar un viaje juntos. Algunos nunca habían salido de su entorno más cercano”, describe.
En tiempos donde se impulsa desde el Gobierno Nacional la desregulación de las prestaciones para discapacidad, quitando la obligación a las obras sociales y prepagas del pago de terapias, educación y transporte, Clara Montenegro señala la centralidad de las políticas públicas. “Muchos de los chicos que trabajan en la panadería vienen de comunas vecinas y lo hacen en los transportes especiales”
El objetivo central de esta propuesta inclusiva “es centrarse en las personas, conocer sus capacidades y hacer visibles sus derechos”, dice con orgullo Montenegro. Cabe destacar que el proyecto ya acumula cinco reco nocimientos y premios.
