Con 24 años, Julián Zabala es una de las 14 personas que integran la cooperativa de trabajo Todo el posible, en Justiniano Posse, que celebró su primer año de existencia.
El espacio creado por el impulso de familias de la localidad con hijos e hijas con discapacidad y con el apoyo del municipio de Justiniano Posse pretende ser un lugar de proyectos concretos.
"Yo terminé el secundario y me quedé sin estudiar nada. Lo más novedoso es que nos dan la oportunidad de trabajar. No teníamos nada laboral y ahora tenemos una responsabilidad", dice Julián poniéndole real dimensión a la cooperativa.
La idea nació en 2021, a partir de un censo que realizó el municipio donde un grupo de familias manifestó la necesidad de un espacio de trabajo para sus hijos e hijas con discapacidad.
Justiniano Posse tiene una escuela primera y secundaria enfocada en la discapacidad, pero la mayor angustia de las familias es cuando los chicos pierden el espacio simbólico que les da la inserción escolar.
Como dice el reconocido infectólogo Fernando Polack, uno de los impulsores del proyecto Alamesa: un restaurante atendido por 40 jóvenes con discapacidad entre los que está su hija. Una de las mayores angustias "rara vez verbalizada, es ver a nuestros hijos ingresar en la edad adulta hacia un largo devenir sin propósito claro. Nos deslizamos con ellos a la interminable postergación de la adultez, a la carencia de un trabajo real" Y agrega: "Yo me cansé de tanta meta-existencia y le dije a mi hija: ´Basta de palabras, vamos a trabajar´. Así nació Alamesa", un proyecto disruptivo que vino a cambiar el paradigma de la integración.
El propósito de la cooperativa Todo es posible es la consolidación de un espacio donde las personas obtengan un retorno por su trabajo. "Esa es la dignificación del trabajo a la que se apuesta", aporta María Luz Gerlero, desde el área de Acción social de la Municipalidad de Posse. "Si bien a todos nos justa que haya mayor inclusión en las empresas, esto en la práctica no pasa. Por eso nace este espacio de trabajo".
Hacerlo posible
En este año que llevan, la cooperativa ha producido alfajores, medialunas y artesanías. "Ahora estamos haciendo papel reciclado para el empaquetado de las bolsas de residuo que vendemos", explica su presidente Julián Zabala. "Tenemos una máquina que donaron las cooperativas Agrícola, La Unión y la Eléctrica que nos permite hacer bolsas de residuos de diferentes colores, según la separación".
Este último proyecto, también pone en valor el cuidado ambiental con la producción del papel y la separación de residuos en origen, pilares que impulsa la gestión municipal.
"Lo más importante para mí es demostrar que las personas con discapacidad podemos hacer de todo", dice Julián. "Lo más novedoso es que nos dan la oportunidad de trabajar. No teníamos nada laboral y ahora tenemos una responsabilidad".
