El colectivo de productores de almendras del sudeste de La Pampa atraviesa el proceso de conformación de una cooperativa, al advertir que este modelo de producción implica ventajas laborales, jurídicas y ambientales. “Esto es lo que nosotros entendemos por economía social, un modelo productivo que no busca exclusivamente un beneficio individual, sino con la mira en todos los eslabones de la sociedad”, declaró en diálogo con el medio digital Ansol, Cesar Arias, integrante del consorcio de productores.
Arias también explicó cómo nació el proyecto: “Surgió como consecuencia del encuentro con el subsecretario de cooperativas de La Pampa, Fabian Bruna, quien explicó detalladamente los beneficios del sistema cooperativo. Hasta ese momento, no habíamos tenido presente esa posibilidad, lo evaluamos y entendimos que realmente era una oportunidad desarrollarlo bajo a esta forma jurídica”.
“Hace cien años pioneros de la región plantaron almendros y desde hace diez años nosotros venimos trabajando individualmente en estas plantaciones. Con el tiempo nos fuimos cruzando y compartimos el diseño de la plantación, los sistemas de riego de cada uno y evaluamos aciertos y desaciertos. Pero ahora consideramos que estos modos de producción no pueden ser abordados desde una mirada meramente individualista, entendemos que debe ser política de estado. Con una mirada que va más allá del mero negocio individual”, destacó Arias, y aseguró que planean ingresar al sistema los formularios para la constitución de la cooperativa en la primera semana de enero.
El cooperativismo como motor productivo
Además, Arias destacó algunos beneficios que el cooperativismo le brinda a la sociedad y a los productores de almendras: “Esta forma de producir un recurso es excelente para la región, no solo por el uso del suelo y las características del clima, sino también por la generación de puestos de trabajo. Además, como se trata de un producto no perecedero, tiene un amplio margen para la época de cosecha. Conformar una cooperativa especializada en la producción de almendros permite una planificación de producción estimada de cuarenta mil kilos entre febrero y mayo”.
“También hay un sentido de oportunidad en este producto, ya que sus derivados, como la leche de almendras, harinas, quesos saborizados, son productos que se venden apenas ingresan a las góndolas. Hay mucha demanda y esto nos hace querer dar un paso más, no vender individualmente almendras, sino, generando trabajo, producir la pasta de almendras con la cual otros realizarán dulce de almendras y otros derivados, con una mirada donde la Economía Social pasa a ser motor en la producción a nivel regional, nacional y mundial”, detalló.
Otra ventaja identificada por los productores de almendras, explicó Arias, es el cuidado ambiental: “Este modelo productivo es amigable con el medioambiente y esto es destacable debido a la crisis ambiental en la que nos encontramos. Estas plantaciones absorben carbono, es decir que son limpiadoras de la atmósfera. El plan de estímulo y fomento a la plantación de almendros contribuye a la defensa del medioambiente, que tiene como objetivo plantar en la región cien mil almendros más. Por eso, en 2022 vamos a plantear en la legislatura la necesidad de un plan provincial”.
Fuente: Ansol
