Desde este mes, la Fundación COLSECOR comenzó a medir el valor de la canasta básica de alimentos (CBA) en pequeñas y medianas comunidades de nuestro país.
Según explicó Natalia Calcagno, coordinadora del proyecto, “tomamos el esquema utilizado por el INDEC y sobre esa base calcularemos el valor de la canasta básica para hogares de uno a cinco integrantes”. Este estudio, aclaró la socióloga, “no habilita para medir ni realizar comparaciones sobre el índice de precios al consumidor, sólo determina la línea de indigencia en cada localidad”.
Mediante esta iniciativa, cada localidad relevada contará con información generada en su propio territorio, que permitirá conocer el nivel de ingresos que necesita cada habitante para cubrir sus necesidades básicas. “Ese valor es el que determina la línea de indigencia”, señalaron desde la Fundación. En esta primera experiencia, participan 48 comunas.
El trabajo propuesto por la Fundación, junto a las cooperativas de servicios públicos, producirá información inédita en pequeñas y medianas comunas habitualmente no incluidas en los relevamientos mensuales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). La canasta básica alimentaria (CBA) se determina en base a datos relevados en el Gran Buenos Aires.
A diferencia del Relevamiento de Precios que venía realizando la Fundación en base a 15 productos que componían una canasta de alimentos, la metodología propuesta a partir de junio permitirá medir la línea de indigencia (LI), conocida como pobreza extrema.
La CBA reúne un conjunto de alimentos y bebidas que cubren los requerimientos kilocalóricos, nutricionales y proteicos, que reflejan los hábitos de consumo de una población de referencia, según el INDEC. El concepto de línea de indigencia procura establecer si los hogares cuentan con ingresos suficientes para cubrir esa canasta básica capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas según edad, sexo y actividad.
El Relevamiento de Precios seguirá vigente pero contará sólo con 5 productos.
