Desde hace ya más de un año, el equipo de trabajo de Colsecor fomenta el desarrollo de hábitos sostenibles en las actividades laborales cotidianas. La permanencia en la sede de casi más de 8 horas tiene impacto ambiental, social y económico, por eso se diagramaron prácticas individuales y grupales amigables con el medioambiente que se realizan durante la permanencia en los espacios de trabajo.
“La experiencia de reciclado en COLSECOR, es un desafío y un aprendizaje diario. Creemos que la clave es trabajar en la educación y concientización sobre el reciclado, los beneficios y el impacto en el medio ambiente”, comenta Leticia Palmes representante del departamento de Personas.
La separación en origen en el tratamiento de residuos en el lugar y en el momento en los cuales se producen, es un mecanismo efectivo para mitigar el impacto negativo de los residuos sólidos en el medio ambiente y prolongar la vida útil de los rellenos sanitarios. Por esta razón se requiere que esta actividad se convierta en un hábito cotidiano de todos los hogares y demás grupos de la sociedad. “En COLSECOR la experiencia nos demuestra que es un aprendizaje diario, valoramos que todos los empleados crean en la importancia y beneficios de reciclar y tengan la voluntad de contribuir y adoptar esta práctica”, destacan.
De esta manera la cooperativa Colsecor se distancia de la economía lineal de extracción, producción, consumo y desperdicio y contribuye con la economía circular que busca que los residuos puedan ser reutilizados modificando en parte la forma en que se produce y consume.
¿Qué hacemos?
Entre las prácticas sustentables para cuidar el medioambiente desde el ámbito laboral se separan papeles y cartones para su reciclado, a cargo de Cooperativa “La Victoria”, que trabaja con empresas e instituciones que se suman a la recolección diferenciada de este tipo de materiales.
Para el descarte de las pilas, se utiliza un sistema para que se vuelvan inertes y su descarte sea menos contaminante. Se las coloca en envases que contienen un polvo que inhibe el ácido, elimina el drenaje e impide la salida de gases tóxicos.
Casi todos los empleados consumen mate y con la pandemia esta práctica colectica se volvió individual. Debido a la gran cantidad de yerba que se desecha, se pensó en separar su descarte para luego compostarla, lo que permite reutilizar los residuos orgánicos reduciendo aún más el volumen de desechos que producimos diariamente.
Con estas prácticas cotidianas son menos los kilos de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) que se entierran en rellenos sanitarios, son más los kilos que se reciclan, son menos los árboles que se talan para la producción de celulosa y son más personas que se incluyen en un esquema de trabajo formal (carreros, cartoneros y cirujas) dentro de lo que se llama la producción popular con resguardo ambiental y compromiso social.
- Datos En Argentina se genera un promedio de 45.000 toneladas diarias de RSU, lo que equivale a una tonelada de basura cada dos segundos. Esto tiene un impacto negativo en el ambiente. Los rellenos sanitarios utilizados en centros urbanos para la disposición de los residuos domiciliarios son grandes fuentes de gases de efecto invernadero (GEI), principalmente metano, un gas 21 veces más reactivo que el CO2 en relación al cambio climático. Fuente: Argentina.gob
