ORGULLO "PALOMERO"

05-03-2015

Son las 8 de la mañana en este pueblo del centro de la provincia de Córdoba. En 20 minutos, al menos 4 autos paran en la ruta para sacarse fotos con “Los Simpsons”, “Mafalda” o “Los Picapiedras”. Pasa gente en bicicleta que de manera cómplice dice: “seguro que pasaron anoche y hoy vuelven a sacarse una foto”. Ya están acostumbrados. Porque desde hace alrededor de 10 años y luego de cada carnaval, una de las carrozas de los corsos, muy conocidos en la zona, se convierte en una escultura. Lo que comenzó como una tímida idea, hasta resistida por algunos, hoy es parte de la identidad local.

La realidad es que es curioso ver la cantidad de autos que se para en este pueblito agrícola de alrededor de 3000 habitantes para sacarse la foto con el cartel “Yo estuve en Villa Ascasubi”. Sin duda (y quienes viven en lugares similares lo confirman) es algo fuera de lo común.

“Las esculturas le dan una impronta al lugar, antes la gente pasaba y no lo registraba, hoy no sólo lo ubican sino que le dicen `el pueblito de los bichos´. A veces los padres o abuelos ven las esculturas en la ruta y luego vuelven a traer a sus nietos, la gente vuelve y eso es muy lindo. Gente de todo el país, también hay fotos de extranjeros”, explica Marcelo Cuello, artista plástico que realiza las piezas.

“Llegué a Villa Ascasubi a los 5 años con mis padres. Crecí acá, fui a la escuela acá y luego estudié Bellas Artes. Tuve una infancia muy dura, trabajo desde los 13 años. Hoy tengo 35 y nunca pensé que iba a poder vivir de esto”.

Utiliza la técnica de cemento directo. “Hago una estructura y un pre moldeado en hierro, la lleno con cemento y luego hago las terminaciones. Las figuras más chicas pesan entre 300 y 400 kilos y la más grande que trasladé pesó 3.000 kilos. A las estructuras más chiquitas, de alrededor de 1,50m que tienen poco peso (alrededor de 300 kilos) las hago y transporto en una grúa. Con lo más grande me voy al lugar”. El boca a boca hizo que hoy esté realizando esculturas para decenas de pueblos y que lo hayan llamado desde Chile.

Marcelo no pierde el encanto por el lugar donde creció. “Villa Ascasubi es un pueblito muy lindo, es como una ciudad pequeña, porque por un lado tiene todo lo necesario y por otro la tranquilidad de un pueblo. Además está muy ceca de Río III. Es un pueblo gringo, cuando estoy trabajando en otros lugares, es un placer volver”.

Los corsos

Cada año en época de carnaval, la localidad recibe miles de visitantes que llegan para disfrutar de sus conocidos corsos. “Todas las instituciones trabajan para el carnaval, que se realiza durante 2 o 3 días y el pueblo participa tanto en el armado de carrozas como en la parte gastronómica, porque se genera mucho movimiento de gente. Hubo noches de alrededor de 10.000 personas y se ven carrozas grandes, mini carrozas, comparsas, disfraces. Suelo estar en la parte de jurado”, comenta Marcelo.

“Palomero hasta los huesos”

Villa Ascasubi es un pueblo vinculado a la agricultura, con la particularidad de que los fines de semana, sobre todo en verano, llegan muchos visitantes de la zona a disfrutar de su balneario, a la vera del río Ctalamochita.

Al oriundo de este lugar se lo conoce como `palomero´. “El mote de `palomero´ viene porque en la estancia “El bosque”, que llegaba hasta el pueblo, había un gran monte que en un momento estuvo plagado de palomas. Muchos venían a cazarlas y las vendían, incluso gente de otros lugares llegaron a hacer un escabeche”, explica el periodista Miguel Resiale, que fue docente y participó en comisiones de varias de las instituciones del pueblo.

“Fue algo que nació en el ámbito del fútbol y con una intención despectiva. Villa Ascasubi en una actitud inteligente lo tomó con orgullo y lo convirtió en su distintivo. Nosotros mismos decimos que somos `palomeros hasta los huesos´, lo hemos convertido en una identidad”.

El pueblo por el que no pasó el tren

Resiale comenta que no está muy clara la fecha de origen de este lugar. “Hay archivos de 1662 que señalan la existencia de una capilla, otra versión habla de 1728 y una tercera de 1776, cuando se registra la primera documentación de la parroquia, donde los sacerdotes itinerantes documentaban los bautismos. El lugar era conocido como Capilla de Rodríguez y en 1889 le llevan los planos al gobernador de Córdoba que decide ponerle Villa Ascasubi, porque el escritor Hilario Ascasubi le había dedicado unas palabras elogiosas al gobernador. No hay ninguna constancia ni registro de que Hilario Ascasubi haya estado acá, ni de que hubiera sabido de la existencia del pueblo”.

“Personalmente me quedo con la fecha de Capilla de Rodríguez. Por eso digo, hay 100 años como Villa Ascasubi, pero tiene más de 300 desde aquella primera capilla que fue destruida”.

El tren no pasó por estas tierras, lo que hizo que “una localidad comparativamente grande terminó siendo comparativamente chica, porque cuando se funda Río III este pueblo ya existía. Hoy, Río III es una ciudad y Villa Ascasubi tiene 3mil habitantes”.

Sentados en el escritorio de la radio que fundó, Resiale habla con pasión de la historia de su pueblo. Comenta que en la zona, fue muy importante el trabajo del padre Benard, “que salvando las distancias, fue un brochero de esta zona, por su gran liderazgo. Cuando surge el proyecto del FFCC Benard no logró que llegue a este lugar. Pasó por Hernando, Tancacha, Río III y Villa Ascasubi quedó afuera. Ese ferrocarril, que fue tan decisivo en la historia de tantos pueblos, no llegó a Villa Ascasubi. El pueblo quedó solo, sin rutas, con caminos de tierra que dificultaban las comunicaciones. En la década del ´30 se inaugura el 1º puente. Antes, si venían fuertes tormentas, no había como salir por el estado de los caminos”.

Resiale asegura que el pueblo estuvo bastante aislado por muchos años, lo que lo tornó autosuficiente. “Cuando llovía mucho no había ómnibus por unos días. Eso pasó por mucho tiempo. Recién en la década del `50 se construye la ruta que comunica con Río III y unos años más tarde la que lo une con Oncativo”.

Destaca el rol de cada una de las instituciones locales y menciona que cuentan con un solo club, orgullo del pueblo, que fue hexa-campeón de la liga regional riotercerense de fútbol y que este año disputa el campeonato provincial.

Dentro de las festividades, la localidad cuenta con una Jineteada organizada por el centro tradicionalista y con un festival de folclore que es organizado por el Club Atlético Ascasubi. “Se realiza en la plaza central y por él pasaron todas las figuras importantes del folclore argentino, salvo Mercedes Sosa. Lleva 40 años ininterrumpidos, lo cual es un gran mérito”.

Pero sin lugar a dudas, el festejo más convocante es el de carnaval, cuando el pueblo se transforma y recibe gran cantidad de visitantes. “Los corsos tienen alrededor de 10 años, se han convertido en algo muy importante porque mucha gente del pueblo participa. Se hacen carrozas de muy buen nivel y se trae una banda de primera línea que pasan sobre el escenario tras el desfile de carrozas”. La última noche es la elección de la reina, se revoluciona el pueblo y se multiplica su población. “A veces hemos tenido 10.000 personas en una noche, siempre más de 7.000 porque de Río III bajan en caravana los autos. Es muy importante para el pueblo, mueve mucho el comercio”.

Finaliza explicando que el pueblo es “Más agrícola que ganadero” y que ha progresado mucho en los últimos años. “Entre crecer y progresar hay una gran diferencia. Lo importante es que Villa Ascasubi progresa”.

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