La emergencia sanitaria por la Covid-19 alteró nuestras vidas a tal punto que hasta la última despedida a un ser querido fallecido se vio trastocada por protocolos que anularon la posibilidad de los ritos mortuorios. En este presente pandémico, muchas familias han transitado es momento dolorosamente, y sustancialmente transformado, al no poder acompañar y abrazar al entorno de quien murió.
Frente a esta nueva realidad, las empresas que brindan servicios funerarios han tenido que reconfigurar su trabajo y, ante estrictas medidas de bioseguridad, tratar de humanizar su accionar.
“El coronavirus y el aislamiento modelaron un contexto anual que trastocó mucho lo que era habitual, lo que era costumbre, para nuestra comunidad”, describe Sergio Dutto, coordinador del área de Servicios Sociales de la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa, de la capital pampeana.
En una entrevista publicada en la revista de difusión de la CPE, Dutto señaló que “si bien (la pandemia) nos sorprendió, hemos podido hacer nuestro trabajo con mucha responsabilidad. Como equipo se pudo estar a la altura de las circunstancias y responder favorablemente a nuestros asociados, por lo que tenemos un balance positivo”.
En pandemia, “cumplir con esta profesión nos enaltece”, remarca el título de la nota publicada en la revista 1° de Octubre.
Según el servicio fúnebre de la CPE, entre abril y diciembre de 2020 hubo 778 fallecimientos en la amplia área geográfica donde brindan servicios. Sobre ese número, 93 fueron víctimas de la Covid-19.
En la prestación cooperativa trabajan 17 trabajadoras y trabajadores y pese a sufrir también varios aislamientos por contactos, el servicio nunca dejó de funcionar. “En esta etapa quedó patentizado su carácter de servicio esencial y el sutil vínculo emocional que mantiene con miles de asociadas y asociados”, señalan.
Sobre los procedimientos que ahora se deben cumplir, Dutto explicó que “generalmente los servicios son requeridos telefónicamente, nos indican las circunstancias y lugar donde se encuentra el fallecido. Luego nos comunicamos con personal de Salud para coordinar el retiro. Se trabaja con todos los elementos de protección personal correspondientes, se prepara y se da ingreso al cementerio o crematorio previo cortejo, que es lo único permitido, no así los velatorios o despedidas”.
Dutto rescató la actitud general de los familiares de los y las fallecidas ante los nuevos formatos de los velatorios. “La mayoría accede a lo establecido sin problemas una vez que se les informa el mecanismo. La verdad es que la predisposición de los deudos para entender el panorama fue mejor de lo que se esperaba. De hecho, también respetan las pautas sanitarias de cubrebocas, distancia o tiempos establecidos”.
Esta pandemia “nos enseñó a valorar nuestra profesión dentro de las esenciales y fortalecernos como equipo de trabajo. Está claro que siempre hay cosas que mejorar, como por ejemplo la virtualidad del trabajo o acrecentar la relación con Salud Pública, todo para dar mejor y rápida respuestas a la sociedad”.
La CPE brinda este servicio desde 1974.
Fuente: Prensa CPE