'Vi crecer a esta cooperativa”

19-12-2016

En su escritorio móvil, el celular, Danilo no puede parar de responder consultas y tomar pequeñas grandes decisiones, mientras me lleva a un recorrido por la cooperativa, es capaz de resolver el inconveniente con el repuesto de una silla de rueda o la provisión de materiales eléctricos en menos de dos minutos. “Cuando volví de un viaje a EE UU la persona que me había enseñado la funciones del almacén había fallecido. Así que me fueron a buscar para que de una mano y me quedé para siempre. A la edad de 20 años el Gerente me asignó la tarea de Compras. Entramos juntos con Mónica Fonti, ella a la parte contable y yo aquí. Ella había tenido un pasado en la cooperativa, estudio en Córdoba y volvió como contadora. Se nos asigna poner en funcionamiento la oficina de compras y todo lo que es control de almacenes.” Danilo volvió para dar una mano y nunca más se fue. “Hubiera sido docente, me llama la atención la docencia. Me gusta el nivel de chicos del secundario, chicos de esa edad. Siempre tuve esa idea en la cabeza. Me gustaría si se puede “educar laboralmente”. Se critica a la juventud pero creo que fallamos en intentar educarlos y pasarle la posta en el lugar que trabajamos y transmitir hacia dónde vamos.”

Cuenta que el galpón enorme y las oficinas en donde funcionan ahora, estaban en cierta forma “peladas” cuando ingresó. Su equipamiento era un teléfono, un escritorio y una máquina de escribir. “Es muy risueño porque me acuerdo que venían los viajantes, ni fax existía, así que todos los concursos de precios y las comparativas se hacían por teléfono. Se llenaban las planillas y se tildaban y se compraba con los procedimientos que comenzamos a fijar. Era muy tedioso pero apasionante. Así que desarrollamos los almacenes y las compras. Siempre digo que lo que tenemos acá a favor es que hemos acompañado prácticamente el crecimiento exponencial de la cooperativa desde el día que comenzó a ocurrir realmente.”

Mientras recorremos la cantera o la pavimentación de la calle responde “Es muy dinámico todo, un día a día muy cargado, en tono de broma digo que te puede tocar comprar las lapiceras del día como salir a comprar un helicóptero. Raro y extraño fue por ejemplo seleccionar los camiones de hormigón y la hormigonera móvil o la construcción del hospital.”

Danilo recuerda el momento de transición sus experiencias de vida y como llegó a la cooperativa, “A los 17 años me fui a EE UU y una familia me recibió, no fui de intercambio, fue algo extraño. Estuve seis meses yendo a la escuela y aprendí su forma de vida, me adapté a la vida laboral. Volví luego otros seis meses y comencé a trabajar en un parque de diversiones que solo abría en verano porque en invierno hay nieve. Allá a los 16 años es común que los chicos trabajen. Así que esa cultura del trabajo me marcó. Así que comencé a trabajar en el parque de diversiones, me dieron un pincel y una lata de pintura, y me pinté el parque entero. Luego comencé a hacer otra y otra cosa hasta que terminé trabajando juegos etc. Ella se interesó mucho por Argentina y me hacía contarle cosas sobre el país. Así que cuando vuelvo siempre la visito. De ella aprendí mucho laboralmente, aprendí a que no hay que mezclar el trabajo con la amistad. Esto era en Iowa donde hacía 25 grados bajo cero y no estaba habituado a esa temperatura, mis “hermanos” se levantaban a las 5 para repartir diarios, volvían se bañaban y se iban a la escuela. Tenían 14 o 15 años de edad, son cosas que te marcan mucho y valorás otras cosas que tenemos y comenzás a valorar este país, y te convencés de que es un buen lugar para vivir, lástima que no tengamos las reglas claras.” “Valoro mucho este trabajo, entro a las 6 y salgo hasta las 14. Este trabajo me permitió ver crecer a mis hijos. Soy un agradecido de la cooperativa que con su horario me permitió acompañar a mis hijos en su actividad y su crecimiento.” Sobre Que piensa del futuro de la cooperativa responde “Creo que el crecimiento no se va a detener nunca, lo único que espero es que esté siempre acorde a las circunstancias. Avizoro siempre una cooperativa de avanzada viendo que puedo desarrollar para el bien de la ciudad.”

El básquet, una pasión

Soy técnico de básquet nivel uno, quisiera hacer el nivel dos... He sido ayudante técnico en “la puerta”. Puedo dirigir a chicos de hasta trece años. Me gustaría hacer el grado dos. He viajado muchísimo gracias al Basquet acompañando a mi hijo a Campus y competencias. Soy un agradecido del deporte y siempre le digo que es sano y hay que tomarlo con responsabilidad.

Ricardo Cortés

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