Una cooperativa nacida en el basural

08-06-2009

Mendoza. Desde hace casi un año, unas 20 familias de las muchas que sobreviven hurgando en el basural de San Martín, decidieron sumar esfuerzos y armar una cooperativa, con la que pelear mejores precios para los kilos de cartones, plásticos, metales y vidrios que, a diario, rescatan de entre toneladas de otros desechos. El grupo, que ya experimentó los beneficios de vender una camionada de plásticos sin el filtro de un intermediario, aspira a hacer del cirujeo un trabajo formal, seguro y sustentable. Ya recibieron del Estado un subsidio de 20 mil pesos, para comprar una maquinaria que les permita optimizar la tarea. "Acá son muchas las familias que vivimos de lo que se recupera en el basural, y hay muchas más que vienen de afuera. Nuestra idea es que algún día todo eso se haga en forma ordenada", cuenta María Ibáñez, una de los 23 integrantes que tiene la cooperativa que se formó en la calle Barrera, un camino de tierra y cunetas desdibujadas que está en la margen norte del basural, donde viven, en total, más de 80 familias. Hace casi un año, Julio Salomón, referente social de la municipalidad tomó contacto con algunas de estas personas y les explicó que había un proyecto para erradicar los basurales a cielo abierto de la zona este y que ellos, si querían conservar su trabajo, debían organizarse para demostrar a la comunidad que no había necesidad de quitar el basural, porque se podía hacer esa tarea de un modo seguro y rentable. "Hay un proyecto muy avanzado en la provincia para que los cinco departamentos del este armen un consorcio y lleven su basura a un terreno en Rivadavia", cuenta Salomón, con el termo del mate soldado bajo el brazo, y sigue:"En ese proyecto, el basural de San Martín pasaría a ser una planta de transferencia para los camiones que llegan y salen, con lo que la gente que hoy subsiste gracias al cirujeo se quedaría sin nada. Lo que estamos proponiendo con esta cooperativa de vecinos es mostrar que el trabajo de seleccionar basura se puede hacer de manera rentable y que esa sería una solución ecológica, humana y económica al problema del basural". Así, y de ser tenida en cuenta la idea que ahora impulsa la propia comuna, además de una planta de transferencia, el basural de San Martín contaría con una planta de separación y clasificación de los residuos. Y precisamente la cooperativa de la calle Barrera es el primer paso en ese ambicioso proyecto. "El dinero que nos dan por las cosas que juntamos es muy poco", explica Nelson Jofré y enumera levantando los dedos de una mano muy curtida: "El kilo de cartón lo pagan diez centavos; el de trapos, igual; el de plástico, treinta y el de vidrio, apenas quince".Pero en abril, en lugar de venderle al intermediario que todos los viernes llega al basural, los miembros de la cooperativa cargaron sus bolsones llenos de plástico en un camión de la comuna y se fueron a vender esa mercadería a un mayorista de Las Heras. Allá obtuvieron una paga tres veces mayor y eso los entusiasmó. "El problema que apareció es que el plástico hace mucho bulto y si tenemos que pagar un flete hasta Las Heras, la ganancia iba a ser poca", dice Silvia Arce y cuenta que allí surgió entonces, la idea de buscar recursos para comprar una máquina prensadora y que enfarde los bultos. "Para nosotros, el proyecto para el tratamiento de residuos de la calle Barrera es estratégico y la potencialidad de ese trabajo es enorme", explica Roberto Loyola, del área de Promoción Económica de la municipalidad, desde donde se tramitó a la provincia el subsidio para comprar la prensadora. La máquina ya fue encargada, pesa más de 700 kilos y estará en la casa de Juan Jofré, otro de los integrantes de la cooperativa. Con la prensadora, los vecinos calculan que podrán meter entre cinco y seis veces más kilos de plástico, metales o cartones al camión, y eso permitirá pagar cualquier flete y aumentar las ganancias. La gente está entusiasmada y con la habilidad de quien identifica a golpe de ojo, aquello que puede ser vendido se mueve entre montañas de basura; mientras buscan se ilusionan con ganar mucho más que los actuales 150 pesos semanales que sacan del intermediario. "Ojalá podamos crecer y que a la calle Barrera la empiecen a conocer por las cosas buenas", cierran.

Javier Hernández

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