Una alternativa al asitencialismo

13-01-2004

Por medio de esta iniciativa se intenta favorecer la participación de los chicos en cada comunidad, apoyar a los pequeños productores rurales de la zona y recuperar la cultura del trabajo.

En el norte cordobés, es característico el paisaje rural fundido con un paisaje de pequeños cerros color rojizo, como también la mezcla de especies de la flora local con la de los bosques chaqueños, mostrando algarrobos y quebrachos. Otra de las caras de esta región es la desértica, con escasa agua y vegetación; si nos trasladamos hacia el noroeste pasamos del rojo de los cerros al blanco de los suelos, producto de las Salinas Grandes.

A simple mirada, nada parece unir estas dos topografías, pero las localidades de esta zona de la provincia tienen un rasgo común: su pasado marcado por las culturas indígenas y la época colonial. Recortado en el horizonte, el paraje Cerro Colorado cuenta con pictografías dejadas por los primeros habitantes de estas tierras en las paredes de piedra; al tiempo que en lugares como Villa Tulumba, Ischilín y Villa del Totoral perviven expresiones del Camino Real que conducía -hace cientos de años- al Alto Perú.

Alejado  de  sus  bellos paisajes y su historia gloriosa, hoy  el norte de la provincia de Córdoba se encuentra postergado por las políticas públicas y empobrecido estructuralmente. Alto nivel de desempleo -como consecuencia del levantamiento  de los principales ramales del ferrocarril durante la década del '90-  y escasa participación social son características de los pequeños pueblos de esta región.

Por estas razones, a partir del año 2001 se impulsó desde el INCIDE el proyecto "Las Huertas Escolares y Familiares como espacio de Desarrollo del Norte Cordobés", cuyo objetivo principal era no sólo promover el  autoabastecimiento de alimentos orgánicos, sino lograr que las familias se acerquen a las escuelas y que los niños se convirtieran en los protagonistas del cambio social.

Además,  como en esta región es habitual el "asistencialismo" representado por la entrega de bolsones y planes sociales, el proyecto resultó muy importante para recuperar la idea del esfuerzo y el trabajo organizado y colectivo.

La implementación del proyecto, que también contó con la participación de los docentes, incluyó una serie de técnicas lúdicas y constructivistas para que los propios alumnos compartieran las problemáticas de sus comunidades. Hasta nació un libro: "Entre Vueltas y Huertas", sugerido por las escuelas, que ofreció  contenidos teóricos  y explicaciones necesarias para crear una huerta.

Dos comentarios de chicos que participan de la experiencia sintetizan el valor del emprendimiento: "Lo más lindo fue trabajar todos juntos, conocer a otros chicos de otras escuelas y poder trabajar juntos" (...) "trabajamos unidos, aprendemos más, cada uno poniendo un poquito".

Algunos Numeros

Radio de cobertura del proyecto : 6 departamentos del norte cordobés (Ischilín, Tulumba, Río Seco, Minas, Cruz del Eje y Sobremonte)

Número de huertas: 250 huertas familiares y 45 escolares

Materia prima: 900 paquetes de semillas

Materiales de trabajo: 145 herramientas distribuidas

Infraestructura: 3 invernaderos completos

Material Didáctico: 3000 libros “Entre Vueltas y Huertas” distribuidos en 80 escuelas de la región

 

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