'Trabajar con el Estado no significa ponerse la camiseta del Gobierno de turno”

25-10-2013

¿Qué importancia tiene la posibilidad de integrar el consejo de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI)?

Creo que es realmente importante poder ocupar los espacios. Nosotros hemos venido participando tibiamente desde hace unos cuántos año intentando mostrar en cada sector donde nos han permitido estar, contar cuál es la forma que nosotros vemos debe construirse el cooperativismo. Y en muchos espacios hemos podido llevar nuestro pensamiento. En el de la juventud, donde tenemos la posibilidad que una joven argentina sea la presidenta de la juventud del cooperativismo mundial. También tenemos a la vicepresidencia del Comité de Género, hemos formado la red de cooperativas de servicios de América, tenemos al presidente de Cicopa-Mercosur que es uno de los líderes de las cooperativas de trabajo de América y ahora tenemos esta oportunidad de ser partes de este órgano mundial. Creo que esta construcción que empezó muy tibia, luego se fue profundizando y viene a dar estos resultados y poder tener mayor grado de representatividad. Eso de por sí va a sentar las bases para que este cooperativismo que construyamos en el futuro esté mucho más cerca de las bases, que es lo que nosotros hemos propuesto como trabajo en nuestro país. Estar cerca de las bases te permite tener siempre un diagnóstico de la situación, te marca la realidad, y sobre eso buscar las políticas para encontrar las soluciones en común.

Hoy vemos un cooperativismo de servicios públicos más cerca de las cooperativas de trabajo. ¿Qué se modificó en el contexto o qué cambio en la dirigencia de Cooperar?

Cambió mucho la forma de mirar de la dirigencia, también hay dirigentes más jóvenes sin tanto pasado que condiciona y también cambió el contexto. Nos dimos cuenta de que solos éramos incapaces de sostener conductas, políticas y acciones y que si hacíamos esto invitando a otros actores la cuestión se nos hacía más fácil. Por eso es que no sólo este trabajo pretende poner en un punto común a las cooperativas de trabajo con las de servicios públicos que han estado liderando Cooperar por años, sino que lo que pretendemos es traer otros actores como las universidades para sistematizar nuestro conocimiento y compartirlo, a la Iglesia, a los sindicatos. Nosotros en las cooperativas de servicios públicos de Buenos Aires tenemos 5 mil empleados y todos los años estamos repitiendo la misma historia peleándonos con el gremio y los trabajadores por 15 días. Luego esos trabajadores forman parte de nuestra propia familia así que eso no es sostenible en el tiempo, tenemos que cambiar la lógica y eso se logra haciendo participar a todos. Eso fue lo que esta dirigencia ha entendido por eso han sido posibles estos nuevos caminos.

Hay también una evidente vinculación con el Gobierno nacional, en particular con el Inaes, y entiendo que esto a veces está sujeto a algunas críticas, tal como lo manifestabas recién en una charla informal. ¿Qué pensas de esto?

Todo empezó a cambiar en el año 2006 cuando se realizó en Consenso de Sunchales (Santa Fe) en clara contraposición al de Washington. Creo que ahí se marcó un camino de trabajo conjunto entre el Estado y el movimiento (cooperativo). En ese momento fueron 4 o 5 líneas que se trazaron, entre éstas la de trabajar en conjunto un nuevo mapa de medios. Pero creo que lo que cambió fue esta visión que los cooperativistas éramos totalmente autónomos, independientes, asépticos, no nos mezclábamos y juntábamos con nadie hacia una visión de un escenario más compartido, de trabajar con alianzas estratégicas con el Estado pero también con otros sectores de la economía social y lucrativa. Y los resultados han sido satisfactorios. Trabajar con el Estado no significa ponerse la camiseta del Gobierno de turno sino tener la suficiente capacidad para entender que todo el potencial que cada sector tiene solamente se expresa en su totalidad cuando es compartido con los otros. Y para nosotros trabajar con Inaes, con los legisladores a través de la Red de Parlamentarios Cooperativos, con las universidades es parte de esta sinergia.

Hay que reconocer que también cambió la mirada del Estado hacia el sector cooperativo.

Esa es tal vez la parte que más nos cuesta sumir como movimiento porque no es lo mismo un Estado hostil, expulsor, que piensa que la economía se centra en el éxito individual a costa de cualquier otra cosa frente a un Estado que es sensible, que comparte una visión más social y equitativa de construcción de las sociedades.

En tu recorrida internacional ¿qué has podido ver de la relación entre la dirigencia y las cooperativas de base en el resto de América Latina?

En líneas generales pareciera haber cierto distanciamiento entre las bases y la dirigencia. Esto es algo que quizás no sea culpa de nadie sino el resultado de años y años de políticas equivocadas, de falta de compromiso de los dirigentes, cualquiera sea la responsabilidad que tengan. Eso genera una dirigencia selecta, poco consustanciada con lo que sucede con las bases y en consecuencia con poca representatividad.

El encuentro con el Papa, más allá de la foto, tuvo consecuencias impensadas a la hora de asistir a la audiencia. Audiencia - hay que explicar - que fue gestionada desde Argentina para recibir al cooperativismo mundial ya que la ACI estuvo también presente. ¿Qué sucedió después del encuentro?

Lo del momento fue la emoción. Antes de ir yo compartía con mis compañeros en Cooperar que el momento de la audiencia iba a ser importante, pero el día después mucho más por todo lo que podría traer aparejada esa reunión. Cuando estaba terminando el encuentro Francisco hizo un gesto uniendo los dedos de ambas manos y dijo que teníamos que seguir `enganchados`, que esta audiencia no pasara como un hecho más y esto significaba tener que trabajar en conjunto. Ahí nomás nos puso en comunicación con el Cardenal (Peter) Turckson, del área de Paz y Justicia que maneja los aspectos sociales del Vaticano. Tres días después tuvimos esa reunión donde participó el secretario de Cooperar, Ricardo López, junto al cura Guillermo Torres, yo no pude estar, y nos pusieron en contacto con quien vendría a ser la secretaria de Estado del área para empezar a trabajar en conjunto. Ahora por un tema de urgencia estamos trabajando en un posible mensaje del Vaticano a la Conferencia de Sudáfrica.

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