Soja transgénica en Argentina

10-05-2004

- Desde su perspectiva ¿Cuáles son los factores que confluyeron para el desarrollo del cultivo de soja transgénica en Argentina?

- En principio, quienes hacemos soja desde hace ya más de 30 años podemos comparar la gran diferencia que hay entre hacer una soja convencional y hacer una soja resistente al glifosato. El hecho es que es mucho más fácil producir soja por la cuestión de las malezas.

Antes, controlar la maleza era todo un problema y a partir de la aparición de la soja resistente el trabajo se ha simplificado terriblemente y si le agregamos que la siembra directa hoy existe gracias a esa tecnología, la ventaja comparativa es muy grande y eso es lo que ha incentivado enormemente el uso de esta variedad.

- Hay ciertas problemáticas que están asociadas al monocultivo de este tipo de soja que tienen que ver con el impacto que produce en el suelo y en el medioambiente. ¿Cuál es su posición respecto de este tema?

- Nosotros, desde la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) venimos predicando la idea siguiente: cualquier monocultivo siempre es malo. Es malo para el productor, es malo para el suelo y es malo para el país también porque en definitiva arriesgarse siempre a sembrar una sola cosecha es malo, sea la cosecha que fuere.

En este caso se está dando en la soja, que es un producto de muy buena rentabilidad en este momento. Nosotros venimos diciéndole a la gente “ojo, no sigamos con la soja dependencia. Empecemos a pensar en el futuro, en el mediano y largo plazo”. Hoy tenemos los suelos bastante agotados y si a eso le sumamos que le seguimos plantando soja y más soja y no hacemos una rotación adecuada, obviamente con el tiempo vamos a tener problemas.

Entonces tenemos que pensar en el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos, porque si bien es cierto que todavía en el país existen muchos lugares donde se puede desarrollar la agricultura, también es cierto de que no podemos seguir así.

Creo que todavía no es preocupante que los productores hayan hecho mucha soja -porque hay que reconocer que se pinta a la soja como la mala de la película- ya que gracias a la soja hemos podido salir de la situación de endeudamiento y todo ese tipo de problemas que teníamos durante la década pasada. Gracias a la soja, hoy el gobierno tiene una recaudación más que importante y está controlando una situación social. Pero creo que llegó el momento de tomar conciencia y hacer alguna rotación con maíz, con sorgo, con otros cultivos para que los suelos no se deterioren y no sigamos corriendo el riesgo de la soja dependencia.

El estado también puede hacer algo en este sentido y debe incentivar la siembra de maíz, por ejemplo; pero no tiene que hacerlo aumentándole la retención a la soja sino bajándola al maíz.

- Otra de las problemáticas que se ligan a este tipo cultivo es que promueve una agricultura sin agricultores. ¿Cuál es su opinión?

- Nosotros siempre hemos pregonado para que el país no se despueble. Siempre hemos dicho que es lamentable el éxodo rural

Pero tenemos que tener en cuenta que este problema no es sólo por la soja, aunque si contribuye porque es muy fácil de hacer y con la siembra directa más aún.

Creo que en este momento se ha detenido un poco este éxodo rural y ya no es tan grave porque las economías regionales que más sufrían estas consecuencias -llámese algodón, caña de azúcar, tabaco- todos lo cultivos de manos de obra intensiva y todos los cultivos regionales que estaban teniendo serios problemas están reactivándose; pero aún no tenemos una legislación adecuada para solucionar el problema de los trabajadores rurales.

En este sentido, nosotros desde la asociación estamos trabajando para solucionar el problema de la mano de obra eventual intensiva que esas economías regionales necesitan y creo que los vamos a solucionar porque hoy esas economías son rentables.

-¿Cuáles, cree UD, serían las aristas para pensar una política pública que tenga en cuenta los intereses del sector de la soja forrajera y también contemple las problemáticas del suelo y del campesinado?

- Yo creo que en eso tenemos mucho que ver todos. Creo que tiene que ver el Estado, en primer lugar, porque tiene que fijar políticas ya que no tenemos una política agropecuaria adecuada; tienen que ver los productores en el uso racional del suelo y tiene que ver con el manejo de las distintas regiones.

El Estado tiene que orientar, estimular la siembra de determinados cultivos. Por ejemplo, nosotros venimos insistiendo que no podemos tener un socio que no pone nada y se lleva la mitad de los ingresos. A un productor que paga todos los impuestos y las retenciones, la mitad de sus ganancias se las lleva el Estado; eso desalienta muchas veces ciertas producciones.

Hay cosas para hacer: tenemos que tomar conciencia de rotar mejor nuestro suelo, debemos generar un mecanismo para que quienes están más lejos no tengan tanto efecto en cuanto a flete y transporte, tenemos que crear estructuras adecuadas; construir caminos y recomponer los ferrocarriles... todo eso contribuiría a que muchas de las cosas que los productores hoy estamos padeciendo tengan una solución adecuada.

Creo que hay muchas cosas que están pendientes, creo que si vamos pensando en el mediano y largo plazo con una política agropecuaria seria, vamos a ir corrigiendo muchas de las asimetrías que hay entre las distintas regiones. Y fundamentalmente, debemos buscar estímulos para las producciones regionales que hoy utilizan mucha mano de obra intensiva.

Suscribite al newsletter

COLSECOR Noticias

* no spam