Días como hoy, donde se celebra el Día de la mujer, son especiales para analizar los diversos discursos que atraviesan lo social. Uno podría leer y releer cada uno de los mensajes que las instituciones y los organismos publican saludando a las mujeres en su día y con seguridad encontrará en éstos una lógica dominante que lejos de incluir, estigmatiza y discrimina.
“Las mujeres, baluartes de la cooperación”, tituló en su misiva Cooperar al referirse a la participación de la mujer en el sector cooperativo.
“Felizmente, en varias cooperativas se ha producido el ingreso de mujeres a los Consejos de Administración, dotándolos de una impronta muy especial, marcada por una fuerte sensibilidad social y preocupación por la comunidad”, expresó el presidente de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), Ariel Guarco.
Podríamos preguntarnos ¿por qué siempre se le asigna a la mujer un lugar de mayor “sensibilidad y preocupación” por los otros. ¿Acaso sólo nos ven como madres, símbolo de la fecundidad que escuda un modelo de dominación masculina? ¿Por qué un hombre no puede ser sensible, me pregunto? Te pregunto.
Sobre las mujeres, los medios de comunicación funcionan como “un sistema de asignación de lugares e identidades”, definió la artista e intelectual boliviana María Galindo en su paso por Buenos Aires, en el marco del Congreso Internacional de Periodismo Autogestionado.
En este sentido, Galindo precisó que si así los entendemos “veremos que son muy democráticos, porque le asignan un lugar a todos: uno para los jóvenes, otro para los indígenas, otro para las mujeres y otro para los desempleados. Cada identidad en un cajón que te asigna los “temas” que cada uno debe tratar. Por lo tanto, este “sistema de inclusión es la asignación de lugares y de contenidos. Ambas cosas constituyen lo que nosotras llamamos el guión oficial”, destacó la activista.
Tal vez – como dice Galindo - ya es momento de “tomar la palabra y desatar las voces” aunque salirse del molde resulte una tarea incómoda.
