Repartiendo canciones

21-11-2003

¿Cómo explicarías cual es tu profesión?

Bueno, lo que yo hago es repartir canciones fundamentalmente de folklore argentino, cuando me preguntan la profesión resulta muy lindo decir que soy músico, que canto folklore,

¿Y vos?

Yo soy Roberto campos tengo cuarenta y cinco años y hace veinte casi estoy cantando en el dúo coplanacu, con mi cumpa julio, ahí toco la guitarra, a veces compongo, mi profesión, mi forma de vida y mi camino es el de ser músico, con pretensiones de ser músico popular.

¿A que se dedicaban tus padres Julio?

Mi viejo trabajaba en un banco en Santiago del Estero, y mi madre era maestra , y bueno, dos trabajos que a nosotros los hijos , nueve, nos permitió conocer la provincia de Santiago. Muy árido, pero muy rico.

¿Tu infancia?

La pasé un poco en cada lugar, viví en santiago, y un poco en otros pueblos a donde he tenido la suerte de ir a cantar hace un par de días. He vuelto después de muchísimos años. Es gente muy especial, muy linda. En esos pueblos yo jugaba mucho en el monte, en esos pueblos, a dos cuadras de la calle principal, está el monte. En esa época más que ahora no, entonces, jugábamos a escondernos en el monte, jugábamos a cazar lagartijas, a volear palomitas, éramos chicos y teníamos barras. Si me acuerdo que era muy rica la fantasía, viviendo en esos pueblos, cuando era más grande podía ir al monte, pero cuando era más chico no. Entonces fantaseaba mucho con lo que era el monte, en casa trabajaba una chica y ella nos contaba del hermano que iba a pescar, en el río salado y en el río dulce, y nos contaba que sacaban dorados que eran de tal color y eso me enriquecía muchísimo. Mi padre también, me contaba cuentos que alimentaba mucho es cosa fantástica. Yo sin darme cuenta a esas cosas las vuelco en el canto, y en el dibujo y la pintura. Yo también pinto, de forma muy personal digamos. Me doy cuenta de que me alimenta muchísimo, que me alimenta hoy mi estética, toda esa cosa que he vivido como niño, Después siendo adolescente si he tenido otra vinculación con el monte. También he vivido en ciudades como en santiago, pero que tenía esa cosa casi de pueblo de ir a la plaza a tomar un helado, coche de plaza que en santiago había hasta no hace tanto tiempo. En Buenos Aires le dicen mateo, pero en santiago se llaman coches de plaza. Eso se da en una ciudad tranquila y parsimoniosa como es Santiago.

¿ Tenías inclinaciones artísticas?

Si, me gustaba mucho a mi el arte, sin darme cuenta me gustaba cantar, me atrevía a dibujar, desde muy chiquito me di cuenta de que dibujaba, solito me fui a una biblioteca y con un libro que había de un dibujante, Luis Sanders, pedía el libro prestado y copiaba, y aprendí a dibujar. En mi casa mi madre cantaba, mi papá si bien no cantaba, le gustaba mucho la música o sea que también me vino por ahí no.

¿Qué fue lo que pasó por tu cabeza a la hora de buscar una vocación o de comenzar la profesión?

En ese sentido puedo decir que se me dio tranquilo y viéndolo desde una óptica común, hasta irresponsable.

Porque no me interesaba estudiar, no he tenido nunca en la cabeza estudiar. Me doy cuenta de que no estudiaba lo que tenía que estudiar en una escuela pero yo a mi manera si tenía necesidad de aprender. Me costó muchísimo meterme en el rigor de la monotonía de seis horas metido adentro de una escuela. Lo que hacía en toda esa cosa de querer aprender y no encontrar donde aprender lo que me interesaba, me iba al río, me iba a andar, con decirte que cuando fui a la escuela industrial y el pregunta uno de los profesores que tomaba el test vocacional a los chicos de primer año, que quería ser cada uno para ver si había chicos mas para electricidad para mecánica, yo le contesté, yo quiero ser explorador. (Risas)

No quería estudiar y estar encerrado en un solo lugar, pero en realidad es lo que he hecho, he andado explorando por la vida, Esto de cantar nos permite todos los días un viajecito más, nos permite explorar.

Roberto, como es tu historia

Mi madre es española, vino a la argentina a los veinte años después de la guerra civil, y lo conoció a mi viejo y se casaron y tuvieron siete hijos, de los cuales uno está desaparecido, mi viejo ahora está jubilado y era científico, trabajaba en el Inta, en las cuestiones de la investigación en el agro, y mi vieja nos ha criado, ha trabajado criándonos. Yo he vivido siempre en santiago, en la ciudad, así que mis vivencias tienen que ver con el barrio, tienen que ver con la barra de changos, con juegos en la calle. Jugábamos mucho en la calle, era digamos, más seguro antes, el tema de la calle, y la bicicleta, era digamos un aspecto importante del cuerpo de uno, yo tengo recuerdo de haber tenido un dominio absoluto era uno solo con la bicicleta. Vivíamos en la bicicleta y luego íbamos a donde queríamos en la bicicleta, era una infancia muy feliz, con muchos hermanos comiendo en una mesa grande; son vivencias muy fuertes, y de la infancia la vivencia con la música también ha sido muy fuerte. Porque mi viejo toca la viola. Toca folklore pero bien, el es guitarrista, entonces volvía de trabajar y todas las tardes "pelaba la viola" y se sentaba a tocar. Yo creo que me fui acercando poco, debo haber tenido cinco años, capaz que menos, y recuerdo como una sensación mas que como una imagen, el poder quedarme quietito escuchando y creo que ese ha sido la primera vinculación y la más importante con la música. Ya de más grande mi viejo me dejaba tocar la guitarra. La ponía sobre mis piernas, acostada, y cuando la tocaba así (haciendo gesto de acariciar la guitarra en sentido horizontal) tenía sensaciones muy extrañas y muy placenteras. Creo que desde ahí que uno es músico, después he empezado a cantar desde muy changuito, a tocar, la música siempre ha estado vinculada a cualquier hecho vivencial mío. Me acuerdo de escuchar en la radio canciones emblemáticas, que para mí, aún siendo changuito, me daba cuenta de que eran emblemáticas. Eran canciones importantes. He escuchado folklore y música moderna como le decían en aquella época. Leo Dan, Palito Ortega, desde muy changuito la música ha sido una cosa muy importante para mí. Ya en la adolescencia tenía mi guitarra y tocaba, y a veces componía y cantaba. Era el que cantaba en las reuniones en las juntadas, asi que he asado gran parte de mi vida cantando.

¿ En tu adolescencia pensabas dedicarte a eso?

NO, no, yo en principio he sido criado o "formado" en un ámbito bastante estricto que tiene que ver con el catolicismo y con todas estas concepciones tan rígidas, entonces me he criado con esas pautas. Obviamente para esas pautas, ser músico no es una profesión. Es otra cosa, generalmente sospechosa, porque como se disfruta tanto es sospechosa no. Entonces la música era un hobby, la tomaba como un pasatiempo. Creo que siempre, bien dentro de mi cabeza era un hecho incorporado a mi ser. Cuando terminé el colegio, hice la colimba, estuve un par de años por ahí, me vine a Córdoba a estudiar medicina, que por otro lado me encantaba también. Tanto la parte de ciencia como la parte de rol. Me parecía muy atractivo y me gustaba mucho, y estudié medicina y antes de terminar con la facultad me encontré con Julio. Se abrió allí una puerta tremenda para mí. La posibilidad de ser músico, con lo que significa ser músico, así que a eso me dediqué. Terminé la carrera de medicina pero después me tomé un tiempito, lo pensé y decidí dedicarme a la música.

¿Sos médico?

Soy músico,- dice sonriendo- Tengo el título de médico, he terminado con la carrera pero soy músico.

¿Fue una decisión difícil dedicarse a esto?

Lo que pasa es que uno aprende, entonces de esas estructuras que te contaba, uno puede ir como liberándose e ir aprendiendo. Creo que por suerte en ese sentido aprendí mucho. Por eso tiene tanto peso para mí el ser músico y por eso soy un tipo feliz.

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