En medio de la crisis nacional, el ruido de fábricas reactivadas suena a júbilo.
“Nos quedamos, nos queremos arreglar entre nosotros” son palabras repetidas en todo el país por trabajadores que se asociaron para salvar su fuente laboral.
En los últimos cinco años, muchas de estas formas de lucha popular han devenido en parte emergente del movimiento cooperativo y -según datos del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES)- han permitido salvar 4.000 puestos de trabajo (con la perspectiva de de conservar más de 30.000 en el futuro). Casos, hay muchos: IMPA y el Frigorífico Yaguané en Buenos Aires, Zanello y la Clínica Junín en Córdoba, por nombrar algunos.
La lógica del sentido común (trabajada prolijamente en la cultura mundial durante cinco siglos o más) indica que se necesita capital financiero para producir y que este capital y los medios de producción son propiedad de un individuo que “compra” a otros su fuerza de trabajo. En las cooperativas de trabajo, la relación entre estos elementos ha mutado: primero está la fuerza de trabajo que también es dueña de sus medios de producción y, con ambas cosas, se produce capital para todos. En estos casos, desaparece el costo empresarial; una parte de lo que se gana es para los costos fijos y reservas, mientras lo restante se divide entre todos.
Lentamente pero con pasos firmes, este tipo de organización socio-económica se ha transformado en una herramienta fecunda y funcional para la reactivación del sector industrial argentino. Este denominado “Movimiento de Empresas Recuperadas”, surgidas al margen de la ley pero con la legitimidad social que otorga la defensa de la dignidad humana, han generado un efecto contagio. A los obreros de la fábrica de cañerías y sanitarios La Baskonia S.A, ubicada en la localidad de Gregorio Laferrere del Partido de la Matanza y reactivada a principios de mayo pasado después de cuatro meses de clausurada, los asesoró la Cooperativa del frigorífico Yaguané. A los periodistas, diagramadores y publicitarios del periódico El Diario de la localidad de Villa María (Córdoba) los ayudaron los trabajadores de la cooperativa de prensa El Independiente de La Rioja.
Ya no quedan dudas de que el cooperativismo de trabajo surgido de la crisis llegó para quedarse y tener una importancia cada vez mayor, especialmente en un contexto de incertidumbre constante en el cual la ayuda mutua, la solidaridad y la colaboración pueden hacer más tolerante la inestabilidad económica. De una manera certera, las cooperativas de trabajo representan la respuesta al desempleo que el gobierno no ha podido dar y se han materializado como la realización de la utopía de recuperar un trabajo digno y propio.