Los retos del empresariado obrero
“Al principio fue muy difícil. Éramos todos obreros y de pronto tuvimos que manejar una empresa, atender clientes, hacer facturas y remitos. Hoy, podemos decir que todo valió la pena”. La afirmación pertenece a Roberto Salcedo, presidente de la Cooperativa Unión y Fuerza, ex fábrica Gip Metal de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, que desde diciembre de 2000 está en manos de los trabajadores. Al principio cobraban unos pocos pesos por semana y hoy perciben el triple que cuando eran empleados. Además, prevén duplicar su producción, y exportar es otro objetivo en la mira.
El caso no es uno más, ya que inauguró un fenómeno que hoy está en plena expansión en el país: la recuperación de empresas por sus propios empleados.
Desde ese puntaié inicial, a fines de 2000 y tras la debacle de los últimos dos años, suman 150 las empresas que volvieron a producir bajo el gerenciamiento obrero. Según el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por los Trabajadores, estas Pyme, en conjunto, son fuentes de empleo para más de 12 mil familias en todo el país que otorgan un ingreso promedio de 1.100 pesos a sus trabajadores. Pero no es todo, ya que cerca de un centenar de fábricas cerradas está en vías de volver a producir.
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Fragmento de artículo publicado en La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, Martes 22 de abril de 2003.
