Desde que comenzó la pandemia, la Cooperativa de Energía Rural Alto Verde y Algarrobo Grande es víctima de robos y actos de vandalismo en el área de concesión. En los últimos 6 meses, la entidad lleva repuestos 38 equipos que se roban de manera impune, señala el presidente José Álvarez.
Con cierta impotencia, Álvarez explicó que tomó la decisión de visibilizar esta situación en sus redes sociales porque ya no encuentran cómo parar los robos. “Nos roban con total impunidad. Hemos tenido reuniones con el vicegobernador, con el Ministro de Seguridad, con la policía del sector” pero no logran frenar a los delincuentes.
“Los que más se roban son los que están alejados de las viviendas o están destinados a energizar los pozos para riego agrícola. Cortan los cables y como en ese momento no está trabajando el pozo, el productor recién se da cuenta al otro día”.
Cada uno de los transformadores robados tiene un costo de entre 3 y 5 mil dólares, dependiendo la potencia, y el cableado unos 10 dólares el metro, explicó el ingeniero a cargo del área de energía. Los sustraen para hacerse del cobre y revender, “o sea que también hay todo un circuito particular e ilegal que compra”, reforzó Álvarez.
Si bien los usuarios no alcanzan a percibir la falta de energía porque se reponen los transformadores casi de manera inmediata, “ya no tenemos resto para eso”, dice el presidente de la entidad.
Esta semana la dirigencia cooperativa volvió a dialogar con el vicegobernador Mario Abed para reclamar por esta situación. Álvarez también aclaró que “hay control policial, pagamos por seguridad pero nada resuelve la situación”.
Como último recurso, desde la cooperativa piden a los propios vecinos que estén alertas y apenas perciban un corte de energía se comuniquen con la cooperativa, ya que es una señal de que están robando cables o transformadores.