Romang es una ciudad santafesina ubicada al sur de Reconquista, a unos 40 km sobre la ruta 1. En los últimos 20 años, la población ha tomado agua del río San Javier, un brazo del Paraná, pero desde hace un año la situación comenzó a cambiar. Según cuenta Hernán Bressan, presidente de la Cooperativa de Servicios Públicos de Romang, “sabíamos, a partir de los informes del Instituto Nacional del Agua (INA), que podía darse esta bajante”, pero no imaginaron que la situación podía llegar al extremo actual. “El año pasado, la cooperativa comenzó a reactivar uno de los tres pozos” que se utilizaban antiguamente para extraer agua y dar el servicio en la localidad y de esa manera afrontar la demanda en el verano pasado.
Desde que se construyó la planta potabilizadora de agua en la vera del río, los pozos habían quedado inactivos, salvo uno para algunas emergencias. Ahora, a raíz de la crisis hídrica de la región, la cooperativa está evaluando hacer una cuarta perforación para cubrir el suministro, cuenta Bressan. “Nuestro objetivo es seguir dando agua desde el río hasta que podamos. Vamos intercalando con el agua de los pozos y garantizamos su potabilidad”.
Buscando soluciones alternativas para afrontar el escaso suministro, la cooperativa decidió revisar el cauce del río San Javier, unos 60 km hacia el norte, y detectaron algunos puntos críticos en el cauce que impedían el paso del agua. “Se elaboró un informe que elevamos al municipio y a la Provincia e inmediatamente se iniciaron algunas acciones”.
Desde el Ministerio de Infraestructura se envió maquinaria para realizar el movimiento de las piedras que afectaban la circulación del agua y la cooperativa, con el aporte de una balsa, colocó tres bombas para optimizar la toma de agua cerca de la planta.
“Por el momento, no estamos pensando en restringir el suministro”, confirmó Bressan a Colsecor noticias. “Creemos que con los pozos podemos afrontar la situación”, aseveró el presidente de la cooperativa al tiempo que expresó que se trata de una situación impensada.
Los registros históricos indican que hace 60 años o más hubo una bajante similar pero “para nosotros era impensado que faltara agua en el río”.
Entre otras acciones, la cooperativa comenzó con actividades de concientización en relación al uso del agua. “Hemos ido a las escuelas para que los niños puedan tomar conciencia de que el agua puede faltar”, concluyó Bressan.
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