NADIE LO ALCANZA

13-02-2015

“Algún día te voy a alcanzar”, le dice en broma su mujer, mientras él dice entre risas “¡El día que me alcance, no sé qué va a pasar!”.

Siempre estuvo cerca del deporte. Empezó con el boxeo cuando era adolescente, momento en que conoció al “Mono” Gatica y a su hermano, de cuya mano llegó a Buenos Aires. En el ´55 decidió dejar la gran ciudad y un poco por casualidad llegó a San Basilio, al sur de Córdoba, para quedarse unos meses... que se hicieron una vida.

En este pueblo formó su familia, trabajó en el taller de su hermano, luego tuvo su taller propio y manejó una ambulancia hasta que se jubiló. Y siempre, pero siempre, siguió entrenando.

En un momento de la charla, no podía creer lo que escuchaba.

- Pero entonces usted sigue corriendo...

- ¡Sí! Anoche me fui a entrenar, hago 7 u 8 km, según para la carrera que me prepare. Entreno día por medio, el día que no puedo entrenar me pongo nervioso, como si me faltara algo. La carrera que más le gusta es una en Río Cuarto que empieza cada 31 de diciembre a las 00hs y cuando entra el año nuevo ya estamos corriendo. Este año no fui porque mi hija reclama que nunca estoy para las fiestas.

Sentido del humor no le falta: “Tengo más de 100 trofeos, ¡no sé dónde ponerlos!. En unos meses cumplo 80, así que mejor si me sacan una foto con los trofeos, así parezco más joven”.

Su primera carrera

“La primera vez que corrí fue acá en el pueblo. En ese tiempo habré tenido poco más de 40 años, supe que organizaban una carrera y me dieron ganas de participar. Hablé con varias personas, hasta con el intendente para poder entrar. Estaban en duda si me dejaban o no, porque eran todos más jóvenes. Yo insistía y al último, rogándoles, pude entrar”.

Y ahí viene una anécdota, la primera de este desafío de correr. “Pasaba por frente de mi casa la maratón y tenía una nietita de un año y medio. Por parar a darle un beso salí tercero, ¡pero venía primero!”.

Este deporte lo hizo viajar a Buenos Aires, Rosario, Mendoza o San Luis, representando a la Municipalidad de su pueblo. Ahora corre en la categoría mayores de 60 o 65 años, “siempre con gente más joven. En diciembre pasado tuve la suerte de correr en Sampacho, una maratón de 7,3 km y salí primero en mi categoría”, comenta orgulloso y emocionado. “Este es un deporte lindo para la salud, desde hace unos años no me importa el puesto. Lo que me interesa es llegar, porque eso indica que estoy bien. Nunca abandoné una carrera, nunca me agarró un calambre”.

“Me pisas todo el sembrado”

“No tengo entrenador, porque ya sé qué hay que hacer. Entreno por la ciclovía del pueblo, sino salgo a correr por los campos y a veces cuando está arado me meto por donde está arado, para tener más fuerza en las piernas. Algunos dicen `me pisas todo el sembrado´ pero no, voy bien por el costado. Siempre entreno solo, porque soy el único maratonista acá”.

Suelo hacer 7,8, 10 kilómetros día de por medio. Porque corro la clásica competencia de Sampacho a Bulnes, que son 13 kilómetros. Para esa maratón me avisan o me fijo en mi cuaderno, donde tengo todo anotado, ya empiezo a entrenar más para eso.

- No lo alcanza nadie a usted

- Si, la juventud sí.

- Sabe que no me tengo que dejar alcanzar. Porque dice mi señora `algún día te voy a alcanzar´, ya vas a ver... ¡Y el día que me alcance, no sé qué va a pasar!

Y la vedad es que a Bernabel no lo alcanza nadie. Es el único que practica ese deporte en el pueblo.

San Basilio, un pueblo con fiesta nacional

Es una localidad ubicada a 55 kilómetros de Río Cuarto. Se toma como fecha de fundación el 23 de agosto de 1928 y cuenta con alrededor de 4.000 habitantes. Su principalidad actividad económica es la agricultura, ganadería y lechería.

A Bernabel le gusta todo del pueblo, porque “lo he visto crecer conmigo, ver a mis hijos ya grandes, que ya son papás, todos viven acá. Yo cuando llegué seguí con el taller de mi hermano, porque él se fue del pueblo. Me acuerdo que al principio había muy poquitos coches y que la mano de obra de un afinado se cobraba $2. Había pocas casas, la plaza estaba rodeada de ligustrines y todas las calles eran de tierra pero muy bien arregladitas.”

El 14 de junio se celebran las fiestas patronales en honor a San Basilio. Y es en este lugar donde se realiza la tradicional Fiesta Nacional de la Alfalfa que este año del 14 al 21 de marzo celebra su 53ª edición, con eventos en la plaza principal, espectáculos y la elección de la reina.

“Es un pueblito muy solidario y si bien no es ciudad pero es muy cálido, muy lindo”, finaliza Bernabel.

Las vueltas de la vida

Esas vueltas hicieron que llegara a San Basilio a los 18 años. “Soy puntano, nací en Justo Daract”, explica. “Mi papá murió cuando tenía 7 años. Más tarde entré a una agencia Ford y mientras, practicaba boxeo. Me subí al ring varias veces en Villa Mercedes, yo quería ganar plata para llevarle a mi mama y pagar el alquiler. Nunca fui a los bares, no fumé ni tomé, siempre estuve acompañado de buena gente, gracias a Dios. Conocí a José María Gatica y él junto a su hermano Jesús me incentivaron para ir a Buenos Aires a entrenar a un club”, recuerda.

“Con los bombardeos del ´55 teníamos miedo que nos pasara algo y dejé Buenos Aires. Tomé el tren, me baje en Laboulaye para ir al baño y mi tren se fue. Tomé otro tren que justo salía a Río Cuarto y me bajé en San Basilio, porque mi hermano vivía acá. Él tenía taller mecánico”.

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