Mujeres fuera de cuadro

21-09-2018

Por Cecilia Ghiglione | Periodista

El Cordobazo de las mujeres (Las Nuestras, 2018) está situado en un momento histórico preciso - mayo del ´69 - y construido sobre una “una línea convergente de mujer y militante política”, señala la escritora María Teresa Andruetto que acompaña desde el prólogo la obra de Bibiana Fulchieri. El libro es también el recorrido y el compromiso de su autora.

“¿Dónde estaban las mujeres del Cordobazo?”, se preguntó Bibiana en un momento donde las fotos empezaban a acumularse “haciendo sedimento” frente a sus ojos, explica. “Además del convencimiento, del material que tenía, hay que sumarle la coyuntura marcada por una cantidad de movimientos de mujeres acá y en el mundo”.

Y la búsqueda comenzó en el Archivo General de la Nación donde, con certeza, debían estar las respuestas sobre estas mujeres.

“Lo primero que me respondieron fue que ´no había mujeres´ y sólo encontré dos fotos del Cordobazo. Lo peor fue que un empleado me dijo que lo que había era lo que al Estado le interesaba guardar”.

Fue el empujón final para iniciar el trayecto del libro que revela, a partir de fotos y testimonios en primera persona, 20 historias de mujeres de diversos orígenes que participaron en la lucha por los derechos laborales y sociales en los años 60 y 70 en Córdoba y que el relato oficial ocultó hasta el anonimato.

“Otra cosa impactante que pasó en los archivos históricos, que en general están manejados por mujeres, fue que preguntaba por los nombres de estas mujeres de la tapa del libro, por ejemplo, y me decían `es la señora de tal o de tal´. Así están archivadas y nadie sabe cómo se llamaban. Son cosas que pueden parecer nimiedades pero es una invisibilidad que persiste hasta en los espacios donde justamente debe estar la precisión”.

Los archivos de los sindicatos tampoco fueron la excepción, “las mujeres no estaban”, cuenta Bibiana. “Y cuando les decía que había visto tal foto con mujeres la respuesta era: ¡Ah, sí, tenés razón!”.

En la memoria social -Fulchieri toma ele concepto de la socióloga argentina Elizabeth Jelin- el Cordobazo ha sido narrado como un acontecimiento mayoritario de obreros y estudiantes, con algunas mujeres anónimas. El libro de Bibiana viene en cierto modo “a hacer visible lo invisible”, la acción femenina del Cordobazo.

El punto de partida fue una foto de 1971 - que luego sería la tapa de su libro - donde se lo ve al dirigente Agustín Tosco encabezando una marcha de Luz y Fuerza. Curiosamente esa imagen siempre se publicó recortada de modo que sólo se veían hombres. Hubo que esperar 49 años para que otros ojos, de mirada más amplia, develaran que en esa misma vieja foto había mujeres.

Sus testimonios reflejan el mapa diverso de aquella época: obreras, enfermeras, maestras, universitarias completan el relato. Entre ellas está Nené Peña, la única mujer que después del Cordobazo le hicieron consejo de guerra, cuenta Bibiana.

“El Cordobazo fue para Nené una bisagra. Su liderazgo en el sindicato bancario - era delegada del Banco Social - fue muy evidente. Se la encuentra culpable en el Consejo de Guerra y como tenía cuatro niñas muy pequeñas se le impone prisión domiciliaria. Después se la empieza a perseguir por todo. Con la Dictadura la detienen, la llevan al D2, a la cárcel de San Martín y después a Devoto”.

El testimonio de Soledad Quiroga (1942), del gremio docente UEPC, se cruza en su lucha con el de Nené. Ambas compartieron militancia y la prisión en Devoto.

Marta Aguirre (1945) - oriunda de Villa Sarmiento, Traslasierra - es otra de las mujeres del Cordobazo que no ha tenido voz en la historia oficial. En mayo del 69, trabajaba en una fábrica de calzados. Hacía un año se había casado con Pablo “Titi” Ochoa, un dirigente social de extracción peronista con quien compartía la tarea social en su barrio, Villa Urquiza. El día del Cordobazo, cuenta: “estuvimos todo el día en la calle y ya al anochecer volvimos caminando a casa escapando del Ejército”. Regresar después a la fábrica no fue sencillo, Marta cuenta que no podían hablar entre las obreras de lo sucedido, por eso se encontraban afuera en los bares o hablaban mientras caminaban. El 26 de mayo de 1976 el Ejército secuestró a su compañero. “Lo sacaron en la madrugada por el fondo - teníamos a los dos chiquitos durmiendo - lo metieron en un auto”. Marta lo buscó por lugares impensados. Con los años y de a poco salió adelante y continuó comprometida con el trabajo barrial. “Todos los días pienso a quién preguntarle adónde se llevaron a mi marido”.

“La pasaron feo pero nada las amedrentó”, dice Bibiana como común denominador en las entrevistas que realizó. “La mayoría tiene a sus compañeros desaparecidos y ellas mismas sufrieron la violencia del Estado en los años 70: fueron torturadas, violadas, debieron exiliarse”.

El trabajo de Fulchieri desnuda la ideología patriarcal, los condicionamientos de la época, el poder conservador pero también la potencia de las convicciones de las mujeres y sus cuerpos que no dudan, hoy, en volver a vivir esas vidas.

Bibiana Fulchieri nació en Río Cuarto (1959). Estudió Ciencias de la Comunicación en la UNRC. Desde 1980 trabajó como reportera para distintos medios gráficos. En 1985 se radicó en Córdoba y desde entonces trabaja como fotógrafa, periodista y gestora cultural colaborando para diversos medios. En su trayectoria, ha recibido diversos premios y menciones.

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