Mitos, leyendas y poder en el Río Turbio

16-12-2016

¿Por qué sólo ese día? La prohibición de ingreso no es sólo para las mujeres, los curas tampoco pueden ingresar. El cura usa sotana, y aunque no la use es un ministro de Dios y por lo tanto mejor que se quede afuera. Según la leyenda la mina es mujer y es amante del diablo. En ese lugar los mineros saben que su relación es cara a cara con el diablo, y con la mujer de satanás. Fuera de la montaña y de las entrañas de la tierra están en libertad de creer en Dios y adorarlo, pero adentro todas las relaciones se trastocan.

Río Turbio es la mina más importante de Argentina, construida en la década del 40, pero su historia se remonta a unos cuantos años atrás.

La santa que venció al tiempo

Pero conozcamos un poco de dónde y cómo Santa Bárbara pasó a ser la protectora de los mineros. La historia se remonta al Siglo III después de Cristo. El Imperio Romano sufría problemas económicos por los costos que le insumía mantener el poder y su politeísmo comenzaba a ser cuestionado entre otros por los cristianos.

Bárbara era hija de un tal Dióscoro y ambos vivían en Nicomedia en Bitinia, un territorio que hoy corresponde a Turquía y al que alguna vez el emperador Calígula propuso como cónsul a su caballo Incitatus. Dióscoro pretendió primero que su hija no fuera vista por hombre alguno, la encerró y la puso a estudiar, pero con tal mala suerte que Bárbara adhirió rápidamente al cristianismo. Dióscoro, ferviente idólatra, hizo todo lo posible por que su hija abandonara la religión del enemigo. Intentó esposarla por la fuerza, luego la mandó a juicio y finalmente la condenó a una muerte lenta y tortuosa que el mismo ejecutó. Por las noches sus heridas eran curadas por Jesucristo según refería ella. Esto enfurecía aún más a su padre hasta que consumó el parricidio. En la cima de una colina, Dióscoro le cortó el cuello a su hija arrodillada. Era un 4 de diciembre.

Pero al bajar de la colina, en un día de sol, un rayo cayó sobre su cuerpo dándole muerte. El castigo del cielo convirtió a Bárbara en protectora de los hombres frente a rayos y truenos. Sus reliquias fueron a parar a Venecia luego de un paso por Constantinopla y actualmente son los jesuitas quienes mantienen viva su memoria.

¿Por qué es la Santa de los Mineros?

Para saberlo hay que avanzar hasta el año 1448 cuando un holandés llamado Enrique, devoto de Santa Bárbara, atrapado por las llamas en un incendio, a pesar de las heridas y luego de invocar a la santa, logró sobrevivir.

Desde entonces los bomberos, los que trabajan en canteras, los que guardan alguna relación con el fuego y los explosivos la tienen como patrona. Es por eso que la jornada de celebración en Río Turbio comienza con salva de bombas, le llaman el “Despertar” del día del minero.

En la historia de la humanidad, el carbón hizo un recorrido casi en paralelo a la historia de Santa Bárbara. El carbón tuvo su origen hace unos 300 millones de años y su conformación actual surge de la descomposición de materias orgánicas. Por los pasillos de la mina de Río Turbio se pueden recoger vestigios de plantas y animales de esos tiempos prehistóricos mucho antes de que los dinosaurios poblaran la Patagonia.

La megausina de la esperanza

Casi 3.000 mil kilómetros separan a la ciudad de Buenos Aires del Río Turbio y muchos de los mineros que habitan la ciudad santacruceña provienen de las provincias del noroeste argentino.

En el interior de la mina, los trabajadores se encomiendan a Santa Bárbara. Aunque parezca mentira, dentro del socavón no existen diferencias políticas o sindicales. Se dejan de lado rencillas familiares y hasta de vecindad. Dentro de la mina se cierra la grieta.

Iluminado sólo por la luz del casco, el minero debe enfrentar en soledad la oscuridad total y es entonces donde la solidaridad se exhibe al extremo. Todos son conscientes que detrás de un mal movimiento o una distracción los espera la muerte.

Dentro de la mina corren leyendas de aparecidos, de viudas negras... Pero es Santa Bárbara a quien se encomiendan con la esperanza que al fin de la jornada el minero salga con vida de esa noche que se parece eterna.

En el mundo hay un debate sobre el carbón. Los intereses que se mueven detrás del petróleo, forzaron la caída del carbón como eje de la matriz energética. Por sus gases contaminantes que aceleran el efecto invernadero, por las enfermedades que causa en los trabajadores y por la peligrosa tarea que entraña su extracción. Todas estas razones, que no obstaculizaron los inicios de la explotación minera hoy son esgrimidas por las organizaciones ambientalistas, jugando objetivamente para imponer otro modelo.

Las reservas de carbón están calculadas para cientos de años. El minero de Rio Turbio sigue bregando por la producción de carbón, vive con esperanza la creación de la MegaUsina que es una Sociedad del Estado, con participación de los trabajadores desde hace apenas un par de años. Este proyecto que tiene una ley nacional que lo protege, podría utilizar, al año, un millón doscientas mil toneladas de carbón provenientes de la mina santacruceña.

La Fiesta Nacional del Carbón y del Minero, el 4 de diciembre es una oportunidad para difundir y profundizar la esperanza. De todos modos Río Turbio y la vecina ciudad de 28 de noviembre, comenzaron a trabajar otras propuestas de atractivo turístico. Así se construyó una pista de sky; artistas plásticos convirtieron un bosque de lengas muertas en un museo a cielo abierto y un bosque encantado. Además, en la zona se diseñó un lugar para avistaje de cóndores, una especie en extinción que vuela sobre las cabezas de los mineros, alimentando su deseo de que la mina de carbón, siga viva.

Néstor Piccone

Suscribite al newsletter

COLSECOR Noticias

* no spam