Néstor Piccone | Periodista y licenciado en psicología
Hay una frase muy común a la que en algún momento todos apelamos: la familia no se elige, los amigos sí. En Mayans M.C. el adagio se extrema hasta llevarlo al límite de decir que la familia (la que cada uno construye) también se elige y que en todo caso lo que se impone, sí o sí, es la sangre.
Mayans Motorcycle Club, o Mayas, es el nombre que se da para sí el grupo motoquero que se constituye en el eje de la serie. Aunque en los 10 capítulos de 50 minutos de la primera temporada nunca se mencione al imperio más antiguo de América que cayó en el siglo XVI cuando Hernán Cortés dio muerte a Moctezuma.
Kurt Sutter es el director de la saga que puede leerse en clave de spin off o producto derivado de la exitosa serie Hijos de la Anarquía del mismo autor que se difundió entre los años 2008 y 2014.
Sutter llega al mundo de las series y el cine, tras un paso previo por la gordura, el alcohol y la cocaína que justamente utilizó como antídoto para adelgazar. Este apunte puede servir para comprender en parte, la elección del autor de guiones en los que las crisis existenciales se resuelven poniendo el cuerpo y en el devenir del flujo familiar regado de sangre.
Una producción de Fox 21 Television Studios, FX Productions emitida por FOX Premium Series.
Creadores: Elgin James, Kurt Sutter.
Elenco: J. D. Pardo, Sarah Bolger, Michael Irby, Carla Baratta, Edward James Olmos.
La primera temporada completa en FOX App | COLSECORPlay.
Mayans M.C. es una ficción y si bien no tiene ninguna ambición testimonial, en su desarrollo no niega la existencia de los cambios que vive la frontera entre México y Estados Unidos desde que asumió Donald Trump.
Así que quienes quieran, podrán encontrar una sucesión de luchas por el poder y la violencia en una zona caliente del mundo, historias de amor y muerte de una banda de hombres robustos con tatuajes, motos choperas de gran manubrio y cromos a granel. Los amantes de las aventuras no se sentirán defraudados.
Pero Mayans M.C. permite más lecturas. Desde lo político, están presentes las referencias al cambio del modelo económico del capitalismo en las eras de Trump y ahora de López Obrador en México. En referencias tangenciales pero están.
Aparece el Muro, que no es un invento del actual presidente de Estados Unidos y las formas que los vecinos se dan para lidiar con esta división. Algunas escenas y anécdotas pueden remitir a las películas de la Guerra Fría y los avatares que los alemanes padecieron con el viejo y hoy derruido Muro de Berlín.
En Mayans M.C. hay muro y túneles para cruzar clandestinamente. Hay trata económica y también de personas. Límites sutiles entre la legalidad e ilegalidad de policías, traficantes, mulas, trabajadores, motoqueros, mercenarios de otras guerras y latitudes y, por supuesto, intercambio de favores entre gobiernos e instituciones como los cárteles, la DEA, la CIA, el poder judicial estadounidense y el mexicano. También, por qué no, una guerrilla de nuevo tipo: equidistante de los zapatistas y de ISIS: Los Olvidados. Y como si todo esto fuera poco hay un obispo comprometido con el conflicto en un pueblo que se llama Santo Padre.
En Mayans M.C. también hay padres, madres, hijos y hermanos unidos por la sangre y tal vez desunidos por las distintas maneras de entenderse con el individualismo que el sistema económico propone en este desvencijado siglo 21. Porque se muestra cómo los cambios en la superestructura política de los estados afectan a las clases y subclases que juegan del otro lado del sistema o de la grieta. No es lo mismo un mundo gobernado por la globalización neoliberal que uno en el que resurgen los nacionalismos.
Así como cambian las alianzas entre los grupos de poder económico y político y las instituciones capitalistas, también cambian las alianzas entre cárteles, marginales y organizaciones político-militares de nuevo tipo.
La familia y el peso de la sangre están presentes en todos los niveles sociales.
Hay reglas no escritas en la cultura que trascienden las generaciones. La familia impregna las formas de contención pero también establece límites. Cuando estos se difuminan, el individuo, que siempre lucha por su verdad y supervivencia, adopta las reglas que puede. Y en Mayans M.C. también se pueden encontrar estos registros que parecen de otro orden, y tal vez allí esté el lado más sutil de la contienda entre legales e ilegales, amigos, parientes, políticos, policías, fiscales y la sangre.
Mayans M.C. permite estas distintas aproximaciones. Es cuestión de sumergirse (si fuera posible maratónicamente) en una jornada para disfrutar de acción, pero también de política y descripciones de un mundo que nunca más podrá leerse desde una sola lógica.
Bonus track: un gran actor personifica al personaje emblemático de la serie, Edward James Olmos es Felipe Reyes, el padre.
