¿Cómo observamos la escuela hoy? ¿Cómo la pensamos? ¿Qué ideas podemos aportar?
Al hablar sobre el tema con padres o docentes llega un punto en el que aparece una palabra: cambio.
Hay que empezar a pensar y debatir el sistema educativo y hay que hacerlo pronto. Esa es la idea central que dejó la charla con Inés Aguerrondo.
Las propuestas son muchas y exceden una nota periodística, pero el objetivo es presentar nociones para ir repensando nuestra escuela.
“Hoy se observan muchos cambios en la sociedad y es importante que la escuela pueda adaptarse a ellos. La sociedad de la información y el conocimiento nos pide aplicar nuestro saber en la resolución de problemas y estar preparados para aprender durante toda la vida. El planteo es una reforma integral, un cambio paulatino en el tiempo (a 10 o 15 años), buscando un objetivo: mejorar la calidad”, asegura Aguerrondo.
Señala también que hay muchas descripciones del sistema educativo pero que “el diagnóstico es que la calidad viene en caída y que estamos en un punto de inflexión en el que si no le damos atención seria, `el enfermo se nos muere´”.
¿Se nos muere?
Todos sabemos que los adolescentes se aburren en la escuela y ese es un dato fuertísimo. Sabemos también que los docentes, por más que tengan ganas de hacer cosas, están sobrepasados. Creo que es erróneo pensar que el problema son los docentes, aunque están en el sistema, son un involucrado más.
¿Cómo empezar a abordar cambios en el sistema educativo?
Tenemos que entender que si queremos cambiar, hay que pasar un período de turbulencia. Porque hay muchos intereses, hay enquistadas muchas cosas que no son fáciles de modificar. Por ejemplo, acá los gremios dicen que defienden la escuela pública pero en realidad defienden sus propios intereses, si eso no se cambia es muy difícil que salgamos.
¿Qué otros elementos identifica?
Otro tema fundamental es que en los políticos no hay una decisión de enfrentar esto, porque no se dan cuenta cómo esto nos está signando para el futuro del país. Abordar la situación es meterse con los gremios. Entonces, ¿quién quiere dejar su futuro político en una pelea en la que seguro va a salir dañado?. No digo que todo esté mal, hay cosas que son interesantes, hay procesos en escuelas específicas. Por ejemplo si a los docentes les ofrecés cursos que valgan la pena se interesan, pero hay que organizarse para capitalizar eso, sino no sirve. No es la voluntad de un docente que está en una escuela, que por más que se mate haciendo cosas el sistema no le deja, las reglas no se lo permiten. También están los cambios en la sociedad, en la familia, en los adolescentes, el problema es que la escuela no se adapta a eso. Hay una imposibilidad muy grande y esto no es sólo de Argentina. Es una característica general que enfrentan todas las reformas educativas.
Si uno lo piensa en la práctica, se ve difícil...
Por supuesto, pero es un tema de supervivencia porque nosotros como Argentina, como país, al saber que la cosa es tan difícil y no hacer nada, en realidad lo que estamos haciendo es ir para atrás. Hay países como Brasil, Colombia, Ecuador y México que están avanzando, a pesar de esta dificultad. En el caso de Ecuador, hay una decisión política muy fuerte y en Brasil hay una presión fuerte de la sociedad para cambiar.
¿Y en Argentina?
Acá todavía no hay ni una ni la otra. Hay organizaciones que intentan, pero a las reformas educativas de verdad las hace el Estado o no se hacen. La educación es un bien público y el único que puede garantizar educación en serio para todos es el Estado.
Si tuvieras que sugerir algunas medidas, ¿Con cuales comenzarías a abordar la situación?
Creo que habría que empezar a generar un consenso en la sociedad y plantear qué modificaciones apoyaría... no es un tema de un día. Los cambios en educación no son rápidos, por eso es importante que se generen instancias de espera, que se conozcan las etapas. Hay que abordar el tema desde distintos ámbitos. Por ejemplo, sería muy significativo que los medios de comunicación se hagan eco y vayan transmitiendo las modificaciones que van sucediendo a nivel mundial, sería una forma de preparar a la sociedad para que empiece a entender estos cambios.
¿Y en el terreno?
Creo que hay que cambiar el Estatuto del Docente, pero podemos empezar por respetarlo, hoy por ejemplo tenemos una situación en la que una persona que no tiene título enseña. Los censos nacionales dicen que tenemos en la escuela secundaria alrededor de un 30% de docentes que no tiene el título que corresponde, o sea no son profesores. Lo que propondría, para darte un ejemplo, es que se pueden dar 5 años a una persona que ingresó sin título para que se forme. Si consigue el título puede quedarse. Ahí no estas dañando derechos, estas respetando lo que dice la ley. Otro de los temas es que el que entre con título garantice el conocimiento que tiene que tener. Hay mucho por hacer.
Los entornos de aprendizaje
Aguerrondo habla de un cambio integral que implica varios elementos para mejorar la calidad educativa. Dentro de este planteo sostiene, además, que “hoy lo que afecta el aprendizaje es la propuesta de enseñanza”.
“Actualmente es importante que los chicos tengan capacidad de aplicar lo que aprenden en la resolución de problemas, que es lo que necesitan para crecer como personas. La escuela tiene que transformarse en un taller, no en un auditorio de conferencias. En algunos lugares de Europa las aulas están organizadas en grupos y se asume (a esto lo dice Piaget y todas las investigaciones de aprendizaje) que los chicos aprenden más cuanto más estímulos diversos tengan. El planteo más moderno es que hay que estimularlos para que aprendan mucho más afuera de la escuela y capitalizar eso como vehículo del conocimiento. Los chicos están súper interesados, mirá que cantidad de inventores jóvenes que hay”.
Estamos hablando de una gran apertura...
Vos tenés adolescentes que en el club se organizan y esa capacidad de autorregularse es negada en la escuela. Por eso no podes tener tranquilos a 40 adolescentes en la escuela y sí en el club. La diferencia es que ahí hacen cosas con sentido para ellos. Lo cual no quiere decir que le vas a enseñar sólo lo que ellos quieren, eso es un error. Tiene que haber un currículum obligatorio. Pero le vas a mostrar el sentido de lo que estás enseñándole. Hay una línea interesante que se replicó en el mundo y en Argentina que se llama aprendizaje-servicio. Las escuelas se organizan para que los chicos resuelvan problemas de su comunidad y para ellos lo que aprenden va cobrando otro sentido. Si tenés el problema del agua en el pueblo, por ejemplo, hay que averiguar en la historia para saber por qué se llega a esta situación, etc.
Es un enfoque completamente diferente
Sí, la base es lo que llamamos un salto epistemológico. Cuando el sistema escolar se organizó en 1850-1880, empezó a transmitir el conocimiento por disciplinas. Hoy el planteo es que hay que integrar el conocimiento “en relación con”, para dar sentido a lo que el alumno aprende. En los países más avanzados se planteó un currículum por temas y problemas y no por disciplinas. En 1883 cuando empieza a crearse el sistema escolar con la Ley 1420, lo que pedía la sociedad es que enseñe a leer y escribir en la niñez. Ahora se pide que los chicos aprendan las competencias para el SXXI y estén preparados para aprender durante toda la vida. Imaginate el salto que hay que pegar. Ya no que aprenda, sino que sepa aprender. Ya no leer y escribir, sino lo necesario para desenvolverse en esta época. Ya no en la niñez, sino toda la vida. Es un gran salto que no se puede resolver con medidas cosméticas.
“Los adolescentes empiezan a armar sus propios modos de engancharse con el conocimiento. El sudoku es razonamiento matemático. ¿Qué escuela está enseñando a resolverlo u organizando un concurso para que lo resuelvan?.
Planteás una escuela dinámica, atenta a los cambios
Hay quien dice `dejemos de llamarla escuela´ no para suprimirla, sino para repensarla, y `hablemos de entornos de aprendizaje´. Ese concepto te permite pensar en chicos haciendo algo. Hace unas décadas en Salta se implementaron aulas vocacionales, con 3 días a la semana trabajando como taller y 2 como la escuela que conocemos hoy, pero el proyecto no pudo sostenerse en el tiempo, el sistema se lo tragó.
En este planteo, ¿Cómo abordar el aprendizaje en nuestra sociedad teniendo en cuenta las diferentes realidades?
El ser humano aprende en todas las realidades, lo que se requiere es que haya una adecuada atención. Entonces, si uno flexibiliza un poco estos entornos de aprendizaje, daría la posibilidad de pensar cómo hacer en diferentes lugares. Por ejemplo, hay una iniciativa que se llama “Barrio Abierto”, que organiza charlas similares a las TEDx entre quienes viven en las villas. Encontraron una forma de distribuir el conocimiento de una manera amena, interesante y corta. Y dicen que se llena, o sea que no es que las personas no quieran aprender, lo que pasa es que no cierra lo que le ofrecemos como si fuera lo único que hay.
¿Cómo impactó en la educación en la Asignación Universal por Hijo?
Es muy bueno que el Estado se plantee ciertas condiciones cuando quiere ayudar a un sector determinado, está mal que haya presiones al nivel de `si no le ponés presente a mi nene, no cobro”. No digo que pase en todos lados, pero quien tiene la responsabilidad que esto se haga, tiene que tener también el control de que se cumpla. Con respecto al nivel educativo, creo que la inclusión es inclusión en el conocimiento. Ahora, como incluir en el conocimiento de verdad implica muchos de estos cambios que estamos hablando, políticamente es más fácil seguir como estamos.
¿Qué te dicen los docentes sobre estas propuestas?
Que tengo razón pero que no se puede. En este sentido, creo que los docentes están angustiados y mal personalmente por todo esto que pasa. Como los cambios no se hacen y la situación sigue siendo la misma, hay mucho malestar. Es como si vos tenés una epidemia y mandas a los médicos para que curen pero no les das remedios ni elementos. Los docentes necesitan que se produzcan cambios, para mí son las primeras víctimas, por eso no creo que hay que decir que tienen la culpa, a pesar de que son parte del problema.
“Creo que hay que sumarse a favor del cambio educativo, pero una transformación de verdad que se pueda sostener en el tiempo, no una de un cambio cosmético que sólo sirva para decir ¿Viste que no se podía?. Por eso vuelvo a decirte, hoy no hacer nada es ir para atrás”
Inés Aguerrondo
Es licenciada en sociología con posgrado en planificación educativa y política social. Ex Subsecretaria de Programación del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación (1996-99). Durante 30 años fue funcionaria técnica de la Unidad de Planeamiento Educativo de dicho Ministerio. Es consultora de organismos internacionales, investigadora y autora de numerosos libros y artículos. Es docente de posgrado en Argentina y en el extranjero e integra el Departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina.