Libre acceso

15-03-2004

Es así como en este último tiempo se ha generado un fenómeno social creado a partir del libre acceso que permite internet sin discriminación de edades, ni criterios para la asimilación de la información que desde la red global se baja.

  

En los últimos años el ritmo vertiginoso de la tecnología ha acaparado la atención de millones de usuarios al rededor del planeta. La información y los contenidos que se publican en internet son diversos y de fácil acceso para cualquier persona que disponga de una computadora conectada a la red de redes. Tan simple es llegar a la información deseada, que actualmente hay muchos padres preocupados por los contenidos a los que pueden acceder sus hijos. Este problema de la sociedad informatizada, ha comenzado a generar preocupaciones e intentos de intervenir, tanto legalmente como individualmente, sobre la libertad de acceso a la red para menores de edad.

 

Cómo lidiar con un mundo informatizado

 

Cuando un menor de edad se enfrenta a este mundo virtual queda expuesto a cantidades inusitadas de información y su universo se amplía por medio de la red casi como el de un adulto, pero ahora bien, quién se hace responsable de la variedad de contenidos que ofrece internet y tiene el tiempo para supervisar la información que puede conseguir un menor de edad. Demás está la observación de la falta de criterio de un niño para saber qué es beneficioso y qué es dañino, es por esto que se plantea que la supervisión de un adulto es sumamente importante en el momento en que el pequeño se sienta frente a este mundo inacabado de información. Un estudio reciente realizado por la consultora Prince & Cooke, reveló datos notables, tales como que el 45% de los padres no sabe qué hace su hijo en internet y que el 80% de los chicos tiene acceso a la red sin la supervisión de un adulto. Cifras alarmantes que sin duda nos hacen replantear los usos y contribuciones de la nueva tecnología de apertura al globo.   

Diariamente, vemos en las calles de las ciudades cybercafés atestados de niños jugando en red, además, una gran parte de los hogares de nuestro país poseen computadoras e internet. Sitiocooperativo visitó un cyber de la provincia de Córdoba, y se entrevistó con su dueño a fin de saber dónde radica el problema. Gabriel Purzziani nos explicó que en su ciber hay pautas determinadas de comportamiento y reglas claras sobre lo que un menor de edad puede buscar en internet. Pero también admitió que hay locales del mismo rubro, en los que no existe control alguno, y en esos casos depende de la educación e inquietudes que tenga el menor.

No obstante ello, pudimos ver que la disposición de las máquinas en los ciber, en su mayoría, están ubicadas de forma tal que las pantallas quedan expuestas a la visión del resto del público, por lo que normalmente el peso social produce pudor en los chicos al momento de bajar contenidos indecorosos.

La otra cara del problema surge en los propios hogares, donde los menores tienen acceso a internet sin la supervisión de sus padres, en muchos casos, porque los mayores asumen que el niño estando en el ambiente familiar se coacciona solo o no recibe la supervisión necesaria debido a la ignorancia de los padres acerca del uso de internet. 

 Eva, madre de Gonzalo (11 años) y Gaspar (8 años), nos explicó que lo que a ella como madre le preocupa es: “El hecho de que los chicos, muchas veces entran a páginas, en internet para buscar información sobre distintas tareas que les dan en el cole, y mientras están navegando se les aparecen como por arte de magia, una especie de bombardeo de publicidades que se van abriendo solas y que tienen cualquier tipo de contenido, no es solo lo pornográfico, sino también la imposición de productos de lo que te imagines. Y por más que una pueda explicarles y enseñarles ciertas cosas, hay situaciones para las que todavía los chicos no están preparados por una cuestión de maduración y eso es algo un tanto inmanejable, porque yo trato de estar cada vez que ellos se conectan pero tampoco puedo vigilarlos como policía constantemente, y aunque una se siente impotente, en ese sentido y hasta te da bronca, hay que prepararlos para que se enfrenten a esto aunque una sienta que todavía no tienen porqué lidiar con un mundo de adultos”.  

Este dilema del libre acceso a internet está comenzando a gestar una incipiente legislación sobre las problemáticas que conciernen al uso de internet en lugares públicos, mediante restricciones de horarios y la implementación de filtros protectores para imposibilitar el acceso a las páginas de contenidos inapropiados, pero no deja de ser importante la presencia de un adulto que sea consciente del grado de exposición que tienen nuestros chicos a ciertas realidades que todavía no son suyas y a las que no saben cómo enfrentarse. Y cuando les preguntamos a Gonzalo y Gaspar qué hacían cuando se les aparecían estas páginas, el mayor dijo: “Yo me río y me pongo todo colorado, y después cierro la ventana” y el más chiquito aseveró con cara de pícaro: “Si, yo también me río y me tapo los ojos así (hizo la mueca), pero después salgo corriendo y la llamo a mi mamá”.  

Suscribite al newsletter

COLSECOR Noticias

* no spam