Opinión

Las cooperativas de servicios públicos y la incertidumbre ante los cambios

Desde Fecescor, "planteamos la necesidad de que el Estado continúe promoviendo el modelo de la economía social".

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luis castillo fecescor_presidente Luis Castillo Conaice
Luis Castillo | Presidente FECESCOR 26-01-2024

Desde la Federación de Cooperativas Eléctricas y de Obras y Servicios Públicos de la provincia de Córdoba (Fecescor), vemos con preocupación el impacto que tendrán en las empresas de capital social que prestan servicios públicos las medidas de sinceramiento de precios y el necesario acomodamiento de los valores relativos de la economía.

También tenemos incertidumbre sobre los alcances de la decisión anunciada por el Ejecutivo nacional al plantear un esquema de privatización de las empresas públicas en general, y acerca de cuál será el rol que se le asigne a las cooperativas que brindan estos servicios que, si bien son organizaciones jurídicamente privadas que ofrecen prestaciones esenciales, tienen un carácter diferente por no perseguir fines de lucro.

Cabe destacar que, desde hace más de un siglo, estas instituciones han sido artífices del desarrollo del interior más profundo de nuestra Argentina en cuanto a infraestructura eléctrica, agua potable, conectividad, tv, salud, servicios sociales, etcétera. Este virtuoso sistema, gestionado por los propios vecinos, ha permitido el progreso de casi el 70% del territorio nacional.

Sin embargo, no hay ninguna certeza de cuál será la consideración que se tendrá con este modelo de éxito comprobado en términos sociales, no necesariamente medible en parámetros económicos.

 

La realidad de Córdoba

Profundizando aún más en estos conceptos, la provincia de Córdoba sería muy diferente si no existieran las cientas de cooperativas de servicios públicos, por la sencilla razón de que las inversiones no se realizan con criterios de mercado, sino con sentido social, pero con financiamiento genuino, para mejorar la calidad de vida de la comunidad en general.

Así ha transcurrido la historia hasta el presente, a pesar de tantos vaivenes políticos y las distintas recetas sobre la economía argentina. Y aún así, siempre aceptamos los desafíos y nos adaptamos para sobrevivir. Con sacrificio y compromiso, logramos que las 204 cooperativas cordobesas hoy estén en pie, prestando sus servicios en el marco de una comunidad organizada y socializando las necesidades de los vecinos con eficacia y eficiencia.

Este modelo ha sido posible gracias al fomento por parte del Estado en sus distintos niveles, y es lo que deseamos se mantenga. No para recibir subsidios, sino para que se nos proporcionen las herramientas necesarias para el logro de nuestros objetivos en términos de políticas públicas, programas de acceso a créditos, etcétera.

Por ejemplo, después de insistir en que el Gobierno provincial debía tener una mirada distinta hacia el sector cooperativo, como un aliado estratégico para el desarrollo y el crecimiento del interior, logramos que se eleve a ministerio la subsecretaría que regulaba las cooperativas y mutuales. Acompañamos con mucha expectativa esta decisión del gobernador Martín Llaryora, que depositó la responsabilidad en una persona con dilatada carrera en la función pública, como es el ministro Martin Gil.

Junto con Face Córdoba, estamos esperanzados en que pronto comenzaremos a trabajar en la agenda que impulse las acciones necesarias para corregir falencias que preocupan al sector.

 

Medidas de impacto

Los cambios que se avecinan en materia tarifaria impactarán muy fuerte en gran parte de la sociedad. Esto nos exige trabajar rápidamente en una planificación que elimine las asimetrías entre las distribuidoras eléctricas y la empresa provincial.

Hoy la política nacional se encamina a una liberación de la economía, por lo que debemos prever cómo se sostendrá la gran mayoría de las cooperativas. sobre todo porque estas entidades tienen un número pequeño de usuarios y una gran dispersión de su mercado, lo que hace que el costo de la prestación del servicio nunca pueda ser igual que al de las grandes ciudades concentradas.

Es por ello que, hoy más que nunca, es necesaria la implementación del fondo compensador tantas veces discutido, que permita eliminar esas asimetrías a través de una tarifa única provincial. De esta manera, se evitará tener usuarios de distintas categorías según vivan en las grandes ciudades o en el interior.

Por otro lado, es imprescindible que se adopte un marco regulador a efectos de lograr que los municipios que hicieron uso de la titularidad de los servicios de agua y saneamiento en el marco de la descentralización por parte de la provincia, tengan la obligación de fijar tarifas con criterios absolutamente técnicos, que garanticen la sustentabilidad de estas prestaciones básicas y esenciales.

 

Planificación y modernización

Estamos convencidos de que debemos comenzar un camino de planificación y modernización, ya que los nuevos paradigmas políticos y el avance tecnológico indefectiblemente nos obligan a tener otra perspectiva en la organización del trabajo, el que deberá basarse en las premisas del futuro y en la eficiencia de nuestra tarea (telemedición, redes inteligentes, etcétera).

Estas perspectivas involucran a la relación con los trabajadores y sus organizaciones sindicales, de manera tal de adoptar los cambios que contemplen esos avances tecnológicos y plasmarlos en convenios colectivos modernos y eficaces, que mejoren la eficiencia en la prestación de los servicios.

Tenemos que confluir a modelos corporativos con políticas tendientes a la integración del sector, que nos permitan generar volumen en el manejo de los recursos y concentrar la gran mayoría de las decisiones en acciones empresarias - ejecutivas más ágiles, con una mirada regional e integrada a las federaciones, que serán las encargadas de dar fortaleza sobre la unión sectorial, pero sin que quede una sola entidad fuera de ese esquema.

Se abren nuevos caminos que, más allá de los temores y las adversidades, los debemos encarar con la decisión de transformarlos en una oportunidad de cambio. Tenemos que darnos cuenta que el poder de nuestras empresas radica en la unidad, pero cualquier acción que carezca de una organización está destinada al fracaso y sólo será un amontonamiento de intereses e ideas.

Tenemos mucha más fortaleza de la que nosotros mismos advertimos, por eso hemos sorteado todo tipo de dificultades a lo largo de más de 80 años.

Si aceptamos el desafío, nos podemos transformar en empresas importantes en cada una de nuestras comunidades, agregando valor a las economías regionales y prestando más servicios como salud, viviendas, residencias para adultos mayores, fabricación de insumos, entre otros.

Tenemos mucho, pero si le agregamos inteligencia, estrategia, coraje y capacitación, acompañados por el nuevo ministerio, planificando con nuestras federaciones (Fecescor y Face) y armonizando acciones con la banca mutual, cooperativa y provincial; lograremos el éxito que nos merecemos los dirigentes y nuestros asociados.

La libertad no puede ser realizada más que en sociedad y en la más estrecha igualdad y solidaridad de cada uno con todos.

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