A la caña con ruda le cabe el nombre de guaripola con el que también se conoce esa bebida blanca que, nacida en el noreste argentino, cada año a partir del primero de agosto, recorre las gargantas argentinas con la vacuna más popular de la Argentina.
Los tres sorbos de caña con ruda, según los más estrictos, deben consumirse el día 1 de agosto y en ayunas; pero los más flexibles recomiendan que quienes no lleguen a tomarla en esa fecha, pueden vacunarse el lunes inmediato. Otros creen que no pierde su poder si se la toma todos los lunes de agosto. También crece la tendencia de aquellos que ingieren caña con ruda hasta el 15 del mes de Augusto Cesar.
En lo que no hay discusión y el consenso ganado hasta por sectores académicos, es que la mezcla de la caña con la planta de ruda y azúcar tiene su origen en el pueblo guaraní. Un pueblo originario que extendía sus dominios desde el sur del Brasil a la pampa húmeda y del Océano Atlántico hasta el gran Chaco.
Esta teoría que tiene fuerza de verdad está grabada en un libro escrito por la licenciada en Trabajo Social y docente de la provincia de Misiones, Julia Norma Catalano.
Esta escritora ratificó que fueron los guaraníes quienes iniciaron la práctica de la caña con ruda y que surgió de la necesidad de los pueblos de evitar muertes y enfermedades que surgen en la etapa que se inicia el primero de agosto, en ese recodo que hace el clima antes de llegar a la primavera.
Norma Catalano llegó a esta conclusión como consecuencia de un trabajo de muchos años en los que recorriendo la provincia de Misiones conoció a cientos de abuelos de las clases más vulnerables que reconocían la costumbre de espantar los males y augurios que trae el mes de agosto.
Catalano ratifica las bondades curativas de la Caña con Ruda ya que nace de la necesidad de los pueblos que, en sus prácticas colectivas, construyen rituales de placer para darse la oportunidad de sentirse bien en la vida. La Caña con Ruda, dice Catalano, energiza, da calor y desde su preparación se convierte en un llamador al encuentro que convoca a la palabra amiga,a la terapia de la mirada y al brindis.
El frío del mes de agosto es característico del hemisferio sur, por eso los relatos recogidos por Catalano se entrelazan con aquellas frases que son un desafío y un logro para los adultos mayores de “pasar agosto.”.
La Caña con Ruda resulta también una conjura contra esa profecía pagana que dice que “Julio los prepara y Agosto se los lleva”; por eso no sorprende que muchos centros de jubilados convoquen al encuentro para celebrar el 1 de agosto iniciando el mes con este rito gastronómico.
Volviendo a los pueblos guaraníes, se considera que celebraban esta ceremonia ante las crecientes muertes producidas durante el mes de Agosto, aquellas que por efecto del frío y las lluvias, impactaban en la población y en el ganado. Hoy en día, la ruda se planta hasta en macetas, muchos lo hacen, sólo con la idea, de espantar la mala suerte para el resto del año.
Pero dos líneas históricas se resumen en la petaca de caña con ruda; que desde hace algunos años -en casi todo el país- se venden en los quioscos; y en algunos casos se pone a disposición de los clientes como yapa para que puedan cumplir con el rito. En Rosario los mozos sirven Caña con Ruda a la manera del limoncello o la grapa servidos gratuitamente.
El uso de la Ruda para la gastronomía tiene su origen en Roma y en Grecia. En el libro llamado “De la re Coquinaria” (de las cosas de la cocina) que algunos adjudican al excéntrico gastrónomo Marco Gavio Aparicio -ese que supo sorprender a los emperadores Augusto y Tiberio con exquisiteces tales como lengua de flamenco o ruiseñor. Aparicio incluía en sus recetas la hoja de ruda en la cocción de lentejas con castañas.
Fueron Hipócrates, el médico; y Dioscorides Anazarbeo, el farmacéutico; quienes desde la antigua Grecia recomendaron la utilización de la ruda por su valor curativo. Ya desde aquella época se advirtió sobre el peligro de la ruda en técnicas abortivas, por su carácter emenagogo; recomendada si, para ayudar en el parto o en el período menstrual. También recetada ante los dolores de cabeza, contra los nervios y los síntomas de la gripe.
Los sumerios, egipcios, hebreos, caldeos y hasta los druidas celtas supieron de esta planta de hojas verdeazuladas a la que adjudicaron también poderes mágicos o como un don de los dioses.
En los conventos del medioevo lo cultivaban convencidos de que disminuía el esperma pero hoy en día se cree que con miel y canela, la caña con ruda puede operar como un placentero afrodisíaco.
El Museo del Hombre Chaqueño de Resistencia señala en su página web que “El 1 de agosto se practica en nuestra región uno de los rituales más significativos. Beber caña con ruda, en tres tragos, como prevención a los males que el mes acarrea”. Y agrega palabras de Ertivio Acosta, investigador ya fallecido, de su libro Cultura Popular y Regional, editado por ese museo, obra en la que Acosta narra los orígenes de esta vacuna folclórica: (...)
RECETA
Vacuna natural y afrodisíaca.
Primero hay que mezclar alcohol etílico con agua hervida. Las proporciones quedan en manos del futuro consumidor, pero se recomienda no superar el 25 por ciento de alcohol.
Lo más importante está en la selección de la ruda (que debe ser macho) macerando sus hojas y mezclando la pasta obtenida con el preparado de agua ardiente. Los que saben, recomiendan hacer la mezcla varios días antes de su consumo a partir del primero de agosto.
Finalmente el caramelo. Quemar azúcar en un recipiente y, en caliente, agregar al brebaje. La cantidad de caramelo definirá el color. Cuanto más se agregue, más oscura será esta vacuna natural llamada caña con ruda.
Con un par de cucharadas de miel y canela, este elixir podría producir efectos afrodisíacos.