La familia piamontesa vive

15-02-2017

Según historiadores cordobeses, el 30 por ciento de los italianos que llegaron a la provincia provenían del Piamonte. Bartolomeo Minetti se radicó en 1868, le compró 5.000 hectáreas a Don Samuel Luque y desde allí impulsó la migración piamontesa que produjo un gran avance entre los años 1876 y 1915.

El paisaje cordobés poco tiene que ver con el del Piamonte, valles que están al pie de los Alpes mediterráneos. De aquella zona de fortificaciones y abadías, paso obligado para los peregrinos que desde el centro y norte de Europa viajaban a Roma, los piamonteses llegaron a la Argentina y supieron adaptarse hasta incidir en el modelo de producción agrícola.

La ciudad de Luque mantiene la historia del Piamonte. Luque esta “hermanada” a Vinovo una ciudad de la provincia de Turín y el intercambio es permanente, cuestión que permite mantener viva la memoria de la inmigración.

En la Fiesta Nacional de la Familia Piamontesa, los visitantes pueden reconocerse en músicas y canciones y descubrir las coloridas ropas típicas del norte italiano.

El bastón de Turín

Además de ser buenos a la hora de elaborar pasta asciutta (pasta seca), quesos y otras delicatessen por el estilo, los piamonteses son los inventores del grissini torinesse (grisin de Turín). Popularizado en el mundo entero, el grisin es un pan levado, con muy poca miga y sobre todo crocante.

Cuenta la “tradizione” que en el año 1300 los panaderos del Piamonte ya cocinaban un pan alargado hecho de trigo, centeno y cebada y que debido a una gran inflación producida en 1500 tuvieron que reducir el tamaño y el peso y que de esa crisis nació lo que llamaron gherssin, por el ruido que resonaba al morderlo. Napoléon Bonaparte también supo de las bondades del grisin, al que denominó `pequeño bastón de Turín´. No olvidemos que con la caída de Napoleón, en 1815, se produjo la primera gran oleada migratoria desde el Piamonte y que esa zona tuvo una fuerte interacción cultural con Francia y Suiza con quienes comparte frontera.

El plato fuerte de la familia piamontesa (esto dicho literalmente) es la Bagna Cauda. Esa riquísima salsa caliente, que atemperaba el frío al pie de los Alpes, se hace manjar en Luque y la Parroquia San Ignacio de Loyola es la encargada de abastecer a los ávidos feligreses gastronómicos. Hecha a base de ajo y anchoas, la Bagna Cauda es una crema especial que puede acompañar trozos de zanahoria, brócoli, coliflor, cardo, repollo, lechuga, apio, rabanitos, pedacitos de pollo cocido, pasta, vino, pan y... grisines, por supuesto.

Pampa Gringa

Los migrantes piamonteses y los terratenientes cordobeses, al asumir una forma de producción agrícola atada más al arrendamiento y a las parcelas que al latifundio, fundaron un modelo productivo que redundaría en beneficio de ellos mismos y la región.

A diferencia de lo que sucedió en la provincia de Buenos Aires, donde los migrantes del sur de Italia (que ya padecían el latifundio en su tierra) se vieron forzados a sumarse como peonada o a integrarse al incipiente proceso industrial argentino; en Córdoba, se generó una pampa sin peones, que es como decir una pampa sin gauchos, la pampa gringa.

Luque está a la vera del Río Xanaes en lengua originaria, conocido también como Segundo. La ciudad nació en 1910 y es una de las tantas colonias que surgieron al impulso del Ferrocarril que unía Córdoba con el puerto de Rosario. El tren, además de delinear el modelo de ciudad, se convirtió, tal como fue planeado, en una vía rápida para la exportación.

El bagaje del modelo productivo piamontés fue el terreno fértil donde floreció el asociativismo.

El movimiento cooperativo eléctrico, con gran despliegue en la provincia de Córdoba, tuvo y tiene en Luque una expresión señera. Junto a la empresa estatal provincial EPEC (Empresa Provincial de Energía) en el Siglo XX garantizaron el servicio a los pueblos y también a las zonas rurales.

Hoy el desafío de la comunicación y sus múltiples plataformas encuentra en el cooperativismo un actor importante que, como sucedió con la electricidad, se mete en el debate de la convergencia tecnológica. Los piamonteses en Luque siguen transmitiendo cultura.

Néstor Piccone

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