La era del rebusque digital

27-06-2019

Martín Becerra | Profesor e Investigador UBA, UNQ y Conicet

La masividad que alcanzan las redes móviles junto con la crisis económica se combinan en la Argentina de estos últimos años en una versión modesta de la era de la conectividad que deslumbra a analistas en todo el mundo. Pero en la Argentina la era caracterizada por la revolución de las comunicaciones podría tildarse de “rebusque digital”. Hasta las propias grandes operadoras de telecomunicaciones anunciaron una nueva corrección a la baja de sus promesas de inversión debido a la crisis.

Aunque los intereses de las personas sean variados y múltiples, su economía y el tiempo para dedicar a los consumos culturales son inelásticos (y en el caso de los ingresos de la mayoría de los argentinos, menguantes), por lo que los gastos en conectividad fija y móvil -servicios que cuando son prestados por operadores comerciales concentrados aumentan de precio más que la inflación- tienden a desplazar a los consumos culturales clásicos, como la compra de diarios, libros y revistas, la asistencia a recitales o al cine.

Esta tendencia, que en parte es analizada por Natalia Calcagno en su reciente artículo El futuro ya llegó, está asentada sobre el protagonismo creciente de los teléfonos móviles como dispositivos de acceso a informaciones y entretenimientos. Sin embargo, al tratarse de procesos sociales articulados con la recesión económica y el cambio tecnológico, la tendencia no es absoluta ni aplica a todos los consumos culturales. Ejemplo de ello fueron las resistencias y parches que debió incorporar, en plena ejecución, el contrato entre la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) y Facebook para la transmisión de los partidos de los días jueves por la Copa Libertadores en este primer semestre de 2019 (contrato que pasó de ser exclusivo a abrir la exhibición de los partidos por la TV paga, después de las primeras emisiones fallidas a cargo de la plataforma de Mark Zuckerberg).

El 97,7 por ciento de los hogares del país cuenta con televisión (cerca del 80 por ciento de los hogares están abonados a la TV paga), el 76 por ciento con receptores de radio. En tanto, la telefonía móvil tiene según cifras oficiales un 139,5 por ciento de penetración. La mayor parte de las líneas móviles en actividad (el 89 por ciento) son de modalidad prepago. Este dato es importante pues indica una brecha socioeconómica entre quienes acceden a los servicios móviles en condiciones más precarias y a un costo mayor por minuto de conexión (tales las características de la modalidad prepaga). A su vez, si bien experimentó un crecimiento significativo desde la apertura del mercado de 4G, la mayoría de las líneas de telefonía móvil activas carece de ese servicio, que alcanza a 23,8 millones de líneas, siendo la Argentina el tercer país con más acceso al 4G, detrás de Uruguay y Chile (ver datos en el reciente estudio MOM Argentina de Reporteros sin Fronteras y Tiempo Argentino).

A su vez, hay 32 millones de cuentas de Facebook en la Argentina, y el 88 por ciento accede a la plataforma a través de dispositivos móviles. Propiedad de Facebook, Instagram ha crecido en el número de usuarios, llegando a registrar 14 millones de cuentas del país (datos de We Are Social). WhatsApp, otra aplicación de la compañía de Mark Zuckerberg, también es masiva, con un 70 por ciento de usuarios de conectividad móvil activos en ella.

Por el lado de Google, además del buscador que concentra cerca del 95 por ciento de las búsquedas realizadas en el país, YouTube es una plataforma muy utilizada: según We Are Social, el 68 por ciento de los argentinos accede frecuentemente a ella. De igual modo, el sistema Android es predominante en el parque de teléfonos móviles y las diversas aplicaciones del conglomerado (llamado Alphabet Inc.) son masivamente empleadas.

En cuanto a los contenidos de información y noticias en la capa de contenidos de Internet, los sitios más visitados corresponden al Grupo Clarín (sea a través de su web más visitada, clarin.com, o bien a través de los portales de sus otros medios, como tn.com.ar, o de los sitios de los diarios de Córdoba (La Voz del Interior) o Mendoza (Los Andes).

Estos datos son relevantes porque, ante la contracción de otros consumos culturales referida en los párrafos iniciales, la dieta informativa y de entretenimientos de los argentinos rebusca entre los contenidos incluidos en los onerosos servicios de conectividad móvil y fija, además de los flujos televisivos (sobre todo los tradicionales, pero con importante participación de la oferta a demanda) y radiales. Y esa dieta incide (que no es sinónimo de determina) en las percepciones, opiniones y necesidades de una sociedad que en pocos meses definirá la elección presidencial.

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