La era de la posverdad: del orden público al espectáculo noticioso

01-07-2019

Luz Saint Phat | Periodista

“El derecho a publicar solo se defiende publicando”, dice Ben Bradlee, jefe editor del periódico The Washington Post en una conversación decisiva de la película The Post: Los oscuros secretos del Pentágono, que hoy se encuentra disponible en las plataformas Sensa y COLSECOR Play. En la cinta, Bradlee (interpretado por Tom Hanks) busca convencer a los asesores de la empresa y a su directora Katharine Graham (Meryl Streep) de difundir un artículo con información clasificada del gobierno de Estados Unidos sobre la guerra de Vietnam.

La película ambientada a inicios de la década de los '70 relata -con una mirada bastante romántica respecto del oficio periodístico- las complejas relaciones que entrelazan en la modernidad a la política, el poder, la “verdad”, el mercado, la tecnología y los medios de comunicación.

“Vamos a publicar” decide finalmente Graham durante la conversación clave de la propuesta cinematográfica de Steven Spielberg, en un acto de valentía frente al poder político y judicial de turno, rescatando la importancia que tiene para la democracia el derecho de los ciudadanos a la información y la libertad de prensa.

Sobre este punto, cabe recordar que la historia de la prensa tiene varios casos de investigaciones periodísticas basadas en datos filtrados de importancia, como fueron los Panama Papers o la tarea desarrollada por Wikileaks de Julian Assange. Pero también -y cada vez con más frecuencia- se conocen resonantes fraudes periodísticos que ponen en duda o al menos invitan a un análisis más detallado del rol que desempeñan los medios de comunicación. Como ejemplo de esto, recientemente se advirtió que el renombrado y premiado periodista alemán Claas Relotius -redactor del prestigioso semanario Der Spiegel- inventaba gran parte de sus historias. Otro ejemplo - quizás más cotidiano- es la cantidad de información falsa que circula hoy por Internet y que es reproducida por las personas, no solo en redes sociales sino también en charlas de café y en mesas familiares.

Este tipo de publicaciones, denominadas fake news, se enmarcan en el avance del fenómeno de la posverdad, sobre el que el psicoanálisis de orientación lacaniana ofrece algunas reflexiones orientativas al vincularlo con las transformaciones que ha tenido la política. Álvaro Stella es médico, psicoanalista y coordinador del departamento de psicoanálisis y política del Centro de Investigación y Estudios Clínicos (CIEC) y brinda algunas líneas para comprender el fenómeno.

RADIOGRAFÍA ARGENTINA

El acceso a la información a través de Internet: conexiones y sitios visitados

Actualmente, Internet se constituye como el vehículo más utilizado de acceso a la información en el país y en el mundo. Así, se entiende la importancia que tanto el ámbito de la política como del mercado han puesto en estrategias digitales, teniendo en cuenta la velocidad y efectividad con la que pueden generarse y compartirse los contenidos.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el cuarto trimestre de 2018, se registraron 7.462.305 accesos fijos a la red en Argentina, lo cual significó un crecimiento de 1,9 por ciento en la relación interanual con igual período de 2017. Mientras, los accesos móviles totalizaron 31.205.771, también durante los últimos tres meses del año pasado.

Por otro lado, según el ranking medido por el sitio ComScore, las 10 multiplataformas más visitadas por los argentinos durante el mes de marzo pasado fueron Google Sites, Facebook, Grupo Clarín, Microsoft Sites, MercadoLibre, Artear Digital, Infobae, Grupo La Nación, CMI Digital y Verizon Media.

“Ante una realidad determinada, se toma un sesgo y se le quiere hacer decir lo que se quiere justificar. Es un uso utilitario, tendencioso y funcional. También encontramos aquí una desconexión de la política como orden público. Es decir, la política pensada desde su dimensión legislativa (que es la más importante porque define qué puede ser verdadero para un ejercicio político) pasa a ser un espectáculo público, donde cobran importancia los aparatos de noticias y la producción de información falsa”, explica Stella.

“Lo que prima cuando entramos en el campo del espectáculo es un impacto inmediato de lo imaginario, sin un tiempo de reflexión, sin una comprensión. Quedamos captados por el efecto de una noticia. Justamente, escuchaba en la radio que un político decía que el aumento de las naftas es necesario para bajar la inflación. Esto es tomar un sesgo de la realidad para querer hacerle decir cualquier cosa”, puntualizó el psicoanalista, y agregó que “se trata de un uso vertiginoso de la política actual, que viene de larga data y que produce una vocación de irreflexión en el otro”.

“¿Y esto por qué sucede?”, se cuestiona Stella. “¿Porque hay algunos que son malos y otros que son buenos?”. “No”, responde y precisa que “existe una cierta inercia de los sujetos a quedar pegados a la demanda del otro social. Mirás la televisión y ahí tenés una demanda”. “El mercado sabe muy bien de esta disposición de las personas a quedar alienadas a esas demandas masivas y, en la base de la posverdad, existe una tendencia de los sujetos a no querer saber de su propia posición y cierta renuncia a reflexionar. Es más fácil que te lo den servido, aunque en algunos casos está muy mal servido porque es basura”, detalla Stella.

Advertidos entonces de esta propensión subjetiva, la reflexión y la revalorización de la palabra propia son una salida a un mundo que se prefigura muchas veces como apocalíptico. “Lo primero que aparece como intento de respuesta es buscar y encontrar espacios para recuperar eso que está entre medio de la impronta de la imagen y la rapidez de la respuesta, que es la reflexión”, dice el psicoanalista.

Se trata, finalmente, de “poder articular la palabra propia -no la que nos toma y nos deja tontos- y poder reconocer los efectos que tiene en nuestra subjetividad. Es dejar de repetir como loros lo que captamos de la mirada y la voz de los otros, para ponerlo de lado nuestro”, concluye.

Teniendo en cuenta las interpretaciones de Stella y considerando que el 7 de este mes se conmemora el Día del periodista en el país, es posible pensar que quizá esta invitación al discernimiento y al decir propio también es útil como orientación ética para quienes trabajamos en el campo de la comunicación, en tiempos de posverdad.

Dice Graham en la película: “¿Sabés cómo llamaba mi esposo a las noticias? El primer borrador de la historia. Muy preciso ¿no? No siempre tenemos razón, no siempre somos perfectos, pero sí seguimos mejorando. Esa es la tarea”.

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