Si bien el servicio se está prestando con normalidad, desde la entidad aseguran que “el panorama se ve complicado”.
Aunque la fuente del recurso para la provisión es el rio San Antonio, se toma como referencia para medir la cantidad de agua el nivel del lago San Roque, que se encuentra descendiendo permanentemente y que tiene 1,60 metros menos que a fines de julio del año pasado, lo que indica que la cuenca no logró recuperarse. “Estos indicadores nos muestran que la situación puede llegar a un punto crítico en octubre o noviembre, cuando se juntan dos variables: el menor nivel de agua, debido a que no es época de lluvias, y el comienzo del incremento del consumo”, aseguró a Sitiocooperativo Jorge Boido, del área de comunicación de la Coopi. Esta situación también remite al verano, donde el consumo se incrementa considerablemente.
Reclamo. Desde hace años, la entidad se encuentra solicitando obras al gobierno provincial y municipal. “Con el panorama actual, se torna urgente la realización de obras por parte del Estado. Desde la década del `70 se reclama a la Municipalidad la construcción de 11 cisternas de 3 millones de litros cada una, para tener capacidad de reserva aproximada de 30 millones de litros. Hoy solo tenemos una cisterna y 20 tanques barriales, entre todos ellos no se llega a los 2,5 millones”, sostiene Boido, quien agrega que a nivel regional también serían necesarias obras por parte de la provincia, relacionadas con reservorios en el río San Antonio, así como la generación de infraestructura para aprovechar los momentos de mayor afluente.
La entidad está profundizando trabajo con los habitantes para mantener los consumos, esta medida ofrece buenos resultados y la gente responde muy bien. “Actualmente no hay mucho por hacer más que manejarnos lo mejor posible con el agua que viene del río. Con las actuales condiciones, tenemos solo 8cm por arriba del lugar donde se encuentra la toma de agua, un nivel muy bajo”, finaliza Boido.
