Fue un aniversario especial para la Cooperativa Eléctrica de Idiazábal porque celebró las Boda de Oro pero, además, porque este 2015 fue un año especial por todo lo vivido con la inundación del pueblo.
En marzo, los habitantes de Idiazábal debieron abandonar el pueblo que quedó anegado después de las intensas lluvias que se sucedieron a fines de febrero y principios de marzo en la región.
La cooperativa, como casi todos los edificios públicos, sufrió graves perjuicios en los servicios y en la infraestructura. “El daño más grande fue para la telefonía e Internet que quedó todo bajo agua, no pudimos levantar los equipos porque estaban amurados al piso. Estuvieron un metro y medio bajo agua”, contaba en esos días Carlos Fenoglio, presidente de la entidad.
La casa donde funcionaba la cooperativa quedó prácticamente tapada por el agua y toda la administración se vió gravemente afectada.
Por suerte, los servicios esenciales como la energía se pudieron recuperar a los pocos días y la colaboración de las cooperativas de distintos puntos del país ayudó al pronto restablecimiento.
Con gran esfuerzo, junto a todo el pueblo, la cooperativa fue restableciendo los servicios.
