'LA COMUNIDAD FORTALECIÓ A LA ESCUELA”

13-01-2015

Ausonia es una localidad de alrededor de 1300 habitantes, ubicada 30 kilómetros al sur de Villa María, Córdoba. Es en este lugar donde hace 67 años nació Ana María, quien estuvo mucho tiempo fuertemente vinculada a la escuela General San Martín. “Estudié en el colegio, único primario del pueblo, después trabajé allí y luego fui directora más de 20 años”.

Ana estuvo `toda una vida´ cerca de la institución. La imagino traspasando la puerta de entrada. Primero como alumna, bien chiquita, con esos portafolios que se usaban antes. Después con carpetas y alumnos siguiéndola “seño, seño” y más tarde con un maletín: “la dire”.

La escuela, que el año pasado cumplió 100 años, es muy importante para el pueblo y parece que esto es recíproco: “La comunidad fortaleció a la escuela. Siempre la apoyó. Éramos el único colegio en un tiempo, después logramos que se creara jardín de infantes que funciono aquí y después se independizó. En 1991 se creó el secundario. De la escuela tengo buenos recuerdos, siempre me sentí acompañada por la comunidad y por todos lo que trabajaron ahí”.

Con la democracia, nuevos vientos...

“Nos favoreció mucho la llegada de la democracia. En la época de la dictadura todo era muy verticalista y por ejemplo, excluyeron a algunas maestras porque consideraban que el número de alumnos no era suficiente. Con la democracia se abrieron muchas puertas, hubo acceso a las autoridades para gestionar cosas que eran necesarias para la institución. Al principio era una escuela chica, pero ahora es de segunda categoría. Con el tiempo fue recuperando docentes y las maestras de ramos especiales, tan importantes porque les ofrecen a los chicos la oportunidad de acceder a actividades que de otra forma no hay en los pueblos”.

Resalta que actualmente la educación en Ausonia está bastante cubierta “con nivel inicial, primario y secundario. Tiene una biblioteca municipal que particularmente uso un montón”.

Explica que la localidad “tiene todos los servicios y está muy bien ubicada. La ruta provincial nº4 atraviesa el pueblo lo que favorece el transporte y la comunicación con otros centros urbanos. Por otro lado, la cercanía a Villa María por ahí lo absorbe un poco, pero por ahora la gente se queda al haber trabajo y al valorar la vida de pueblo que es muy distinta a la de la ciudad. La tranquilidad y la calma es común. Hay costumbres como la siesta, donde no ves ni un alma en el pueblo y por ejemplo todavía la gente se sienta en la vereda, toma mate y se junta en la plaza los fines de semana, por mencionarte algunas”.

Las principales actividades están dedicadas principalmente a la agricultura y ganadería. Cuenta también con un parque industrial. Le pregunto sobre los habitantes y comenta que “La gente es muy cálida. Ahora observo que hay un aumento. Veo gente nueva que no conozco y que ha venido a instalarse por temas laborales ya que hay fábricas nuevas. Tres en el parque industrial y otra de productos lácteos que hace muchos años que está en el pueblo. Las industrias son importantes para la localidad, son una gran fuente laboral”.

Una de las festividades más importantes son las patronales “suele regresar gente que por una razón u otra se fue del pueblo y que añora estos festejos. También vienen personas de otros lugares, devotos de Santa Rosa de Lima. Siempre se organiza un almuerzo o cena”.

Ana quiere mucho a Ausonia. “Me gusta todo de mi pueblo, valoro mucho la tranquilidad con la que se vive”.

¿Por qué se llama Ausonia?

El nacimiento de la localidad está relacionado a la llegada del tren. “La misión del ferrocarril en Argentina fue importante y nosotros tuvimos la suerte de que pasara por acá. La construcción de la línea Villa María- Rufino estuvo a cargo del ingeniero Pelleschi. Cuando él llega ya estaba constituida como una pequeña comarca, sobre todo por criollos que vivían dispersos por la zona”. La localidad se fue desarrollando a la vera del ferrocarril y como en muchas localidades del interior argentino “familias de diversos orígenes comenzaron a llegar al lugar a través del proceso inmigratorio”.

Una particularidad de Ausonia es su nombre. En este sentido “hay gente del pueblo que investigó mucho sobre el tema. Ausonia fue un lugar de la Italia antigua, se cree que comprendía el centro y sur del país. Como el ingeniero Pelleschi era de origen italiano, se estima que propuso la denominación rememorando sus orígenes. Según otra hipótesis, puede ser el nombre de una de sus hijas”.

Ana recuerda que antes “era totalmente distinto, calles de tierra, casas más viejas, había almacenes de ramos generales y una gran población rural, antes de la ley del gobierno de Onganía. Pequeños arrendatarios a los que después no les renuevan los alquileres, había pequeños tambos y por esa causa se levantaron”.

Hoy Ausonia creció “Hay un cuerpo de bomberos voluntarios que hacen un trabajo grande para el pueblo, también está la cooperativa eléctrica que fue un logro importante de la comunidad, porque antes teníamos luz sólo unas horas... hay varias instituciones que hacen a la dinámica de la localidad”.

Ana participó del centenario del colegio primario el año pasado, actualmente pasa tiempo en su casa, le gusta leer, cuidar su jardín y realizar caminatas. “A veces es un cambio total dejar de trabajar, pero también es bueno estar más tranquilo. Creo que todo tiene su tiempo y su momento”, finaliza.

El rally de Sanabria

La cooperadora escolar siempre fue muy importante para la escuela porque ayuda a la institución. Suele realizar eventos para juntar fondos. Ana asegura que en la escuela “Las cooperadoras han sido y son muy trabajadoras, los he visto en el centenario y la verdad es que son admirables. Recuerdo una vez, hace muchos años, nos dijeron que había un evento en Sanabria, un pueblo cerquita. Nos dijeron que iba a venir mucha gente porque pasaba por ahí un rally y hacía falta gente que vendiera algo. La cooperadora preparó pasteles, empanadas, todo en cantidad sideral y allá fuimos con un viento sur que nunca vamos a olvidar. No se podía estar parado en ningún lado, nos llenamos de tierra y no vendimos nada porque el rally pasó pero no fue nadie. La gente de la cooperadora se acuerda de ese viento y del sacrificio. Siempre nos acordamos porque tuvimos que salir a vender por el pueblo todo lo que habíamos preparado, nos habíamos hecho una ilusión de vender un montón y bueno, quedó como anécdota”.

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