La comunicación: un derecho de los ciudadanos

25-08-2008

El desafío de tener una nueva ley que regule las frecuencias radioeléctricas en el país, entre otros temas fundamentales, parece haber encontrado en este último tiempo un espacio de discusión que no había tenido en la última década. La Conformación de la Coalición por una Nueva Ley de Radiodifusión - integrada por organizaciones sociales, de derechos humanos, sindicales, de medios de comunicación alternativos, universidades - y los 21 puntos formulados por la misma ponen de manifiesto la importancia de la reforma de la ley de radiodifusión para fortalecer el proceso democrático.

Liliana Córdoba, docente de la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba y becaria del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) integra la mesa de la Coalición. Con ella dialogamos sobre lo que aparece en el horizonte de posibilidades frente a una nueva ley de radiodifusión.

(L. Córdoba) A mí me parece que el reconocimiento, el derecho a la comunicación que abarca la libertad de expresión y de información como un derecho humano fundamental no puede tener ningún tipo de restricción, tiene que ser el sustento de cualquier nueva ley y ese es como el punto de partida de los 21 puntos. Y en ese sentido tiene que ver con evitar la concentración, que creo que en alguna medida es un tema que recién ha sido priorizado ahora. Durante muchos años la pelea de FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias) y otras instituciones fue la legalización de las radios comunitarias, el ingreso del sector sin fines de lucro a la posibilidad de gestionar frecuencias. Y recién en los últimos tiempos parece que todos hemos valorado la importancia de que esto no tiene mucho sentido si, además, no va acompañado de una política de redistribución de lo que hoy es el monopolio absoluto de lo que tenemos a nivel medios en el país. Que son dos cosas que van combinadas y que durante mucho tiempo caminaron por veredas paralelas. Todas estas cosas en la Coalición se han ido pudiendo sintetizar de manera interesante. Después me parece que de los 21 puntos hay muchas cosas que van a ser un desafío en términos de legislación.

¿Por ejemplo?

Concretamente, qué quiere decir esto de que el derecho a la comunicación y a la expresión no es un derecho de los medios sino de la ciudadanía. ¿Cómo vamos a trabajar eso? ¿Y cómo vamos a hacerlo no sólo en los grandes medios sino en los comunitarios o alternativos? En términos de rutinas de producción, de producción de información, trabajan desde lógicas que son más menos similares. A veces hay demasiadas similitudes entre cómo se arma la agenda, las fuentes que se consultan, en medios muy diferentes. Entonces me parece que el gran desafío en ese, cosas que la normativa no va a modificar. Eso no quiere decir minimizar el valor que puede tener la ley porque de hecho esas cosas pasan porque la ley ha habilitado este panorama que hoy tenemos absolutamente concentrado de medios. Pero también va a ser un desafío en términos de modificación de prácticas de producción y de acceso a la información.

El desarrollo de un medio requiere, además, de recursos económicos y de una política que acompañe la normativa. Está la frecuencia pero, después, como se arma y sostiene el medio?

Yo creo que de ese planteo, de una política de comunicación, estamos lejos. En Venezuela, por ejemplo, la ley se acompaño de un impulso impresionante de recursos para FM comunitarias, periódicos barriales, etc. Me parece que es una parte del asunto en la que estamos como muy atrás de poder estar discutiendo esas cosas. De hecho estamos discutiendo la legalidad o la ilegalidad.

Creo que además de esto de los recursos, yo siempre insisto en esto de qué medios somos capaces de imaginar y de crear. Eso me parece como otro punto crucial. Hay un receptor modelado por estos grandes medios y hay también una impronta muy fuerte de los medios que pretenden competir por ellos que muchas veces por esto, porque el receptor esta modelado y quiere tal cosa - algo que yo pondría muchas veces muy en duda; el canal Encuentro es un ejemplo concreto de que se puede hacer otra cosa y puede tener receptividad - estamos muy lejos de imaginar que esos medios que podamos hacer sean realmente distintos.

De todas maneras creo que el panorama es interesante. Que estemos discutiendo esto es importante. Que la composición de la Coalición misma es interesante y que todavía hay una falta de asumir este problema en muchas organizaciones y grupos sociales que le podrían dar otro contenido a estos medios.

Las condiciones que sufrimos a partir del 2001 hacen que este tema del derecho a la comunicación aparezca como no prioritario, digamos. Sin embargo, creo que de a poco se ha ido viendo que sin esta posibilidad, sin que se democratice la palabra pública, tampoco las otras luchas tienen espacio ni posibilidad. A mi me parece que el panorama que se abre en ese sentido es interesante.

¿Consideras que las organizaciones que integran la Coalición, y las que no, se han sentado a discutir todos los puntos importantes?

Me parece que el debate que se ha dado ha sido importante, sobre todo del conflicto del campo a esta parte. Ah habido espacios en medios grandes donde el tema de la ley ha aparecido. ¿Por qué? Porque fue como una coyuntura donde los medios mostraron como nunca su capacidad de modelar opinión, de batallar como muy abiertamente mostrando a cualquiera que lo quisiera ver que no eran objetivos, que no eran imparciales, etc.

Tiene el límite de que en los grandes medios el tema se instala desde “nos quieren coartar la libertad de expresión, nos van a censurar, etc.” Me parece que hoy se ha logrado instalar este tema de que no es un problema de las radios comunitarias sino de la ciudadanía toda en términos de cómo se constituye lo público.

¿Cómo seguirá la discusión de la ley teniendo presente que el conflicto con el campo movió piezas o intereses?

Creo que el conflicto del campo revela la paradoja de la importancia de sancionar la ley y, a la vez, la dificultad de sancionarla en términos de el poder al que se enfrenta o al que uno le quiere poner coto. Se trata de redistribuir, es una ley que lo que pretende es distribuir un capital acotado, que tiene que ver con el espacio radioeléctrico, en términos no monopólicos.

A mí me parece muy positivo el gesto de que el Gobierno lo haya tomado dentro de su agenda. Cuando un Gobierno dice voy a ocuparme de este tema y me reúno con los implicados después no puede no tener una salida. Ahora, tampoco se como se puede desencadenar esto; es una ley que la tiene que aprobar el Congreso.

¿No crees que si tuvieran la voluntad política de modificar algo lo primero que deberían hacer es entregar licencias? Por otro lado, hablan de la desconcentración y Mariotto ha salido a decir que no está mal que un mismo grupo económico tenga varios medios, que es algo natural.

Eso es una barbaridad. En realidad acá el gran punto tiene nombre y apellido: Artear. Argentina es el único lugar en el mundo donde está permitido el nivel de concentración multimedial que tiene Clarín acá. Estamos ante un problema de poderes fácticos no de normativas, por eso me parece más complicado todavía el asunto. Yo creo que sería un error grande si se desaprovechara desde el Gobierno esta posibilidad y este momento. Porque además es clave en términos que todavía no ha llegado la televisión digital. Me parece que no ha habido muchas coyunturas que hayan sido tan favorables como esta.

Entrevista: Ricardo Cortés - Cecilia Ghiglione

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