No es un espacio tradicional. Chicos “muy ocupados” con pinceles, lápices, cuentos, juegos y colores, esperan ser atendidos por los doctores del Hospital Infantil Municipal de la ciudad mediterránea.
Ellos juegan en la ludoteca que nació en el 2009 para hacer más ameno el momento de la espera. Hoy, su objetivo es trabajar los derechos del niño, así como la prevención y promoción en salud. Estos temas son abordados desde las actividades preferidas de los chicos: el juego y la pintura.
Funciona de lunes a viernes de 9 a 12:30 horas y realiza convenios con las universidades para que jóvenes voluntarios sean los encargados enseñar y jugar con los pequeños mientras esperan al doctor.
Desde junio el proyecto incluye la biblioteca ambulante, que nace para crear espacios junto a la lectura. Los libros son llevados en un carrito de una sala de espera a otra. Así, mientras los más grandes se zambullen en las páginas, los papis son los encargados de contar las historias a los chiquititos.
El impacto de estas experiencias es muy positivo y los médicos notan cambios en los pequeños al entrar al consultorio. “En general en los hospitales se trabaja más desde la enfermedad que desde la salud, entonces buscamos otra vuelta, cambiar el clima hospitalario, modificar la idea de que vas al doctor y duele, transmitiendo además otros valores”- sostiene Candelaria Echecolanea a cargo del área social de la Asociación Hospital Infantil de Alta Córdoba.
Periódicamente se organizan actividades culturales. Este año junto a la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Córdoba, se presentó una obra de títeres. También se organizó una jornada de creación literaria.
El proyecto recibió dos premios el año pasado, uno de la fundación Navarro Viola de Buenos Aires y otro reconocimiento de la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia de Córdoba. Con ellos, se compró un proyector, otros insumos tecnológicos y el equipo de trabajo realizó una capacitación.
Aprender los derechos jugando
Desde la recreación y la plástica se van generando instancias reflexivas. “Lo que más nos importa es que los niños tomen la palabra, sean escuchados y tenidos en cuenta de otra manera. Ese es nuestro objetivo final. En un espacio médico, en general la conexión va de los papas al médico, por lo que trabajamos el derecho de los niños a estar informados y ser escuchados”, asegura Victoria Vásquez, coordinadora de la ludoteca.