¿Cómo se acercó al movimiento cooperativo?
Hace 30 años atrás tenía una empresa de asesoramiento en agronomía con mi hermano. Un día pasé por la cooperativa de energía y había una asamblea. Participé de la asamblea, ya que era asociado, una reunión con un gran conflicto por una serie de cuestiones. Me presenté, expuse el punto de vista de la situación y a la semana, en otra asamblea de alrededor de 800 personas se hizo una lista y en medio de ese conflicto quedé como presidente del Consejo de Administración. Mi plan era quedarme unos 6 meses para normalizar la cuestión y esos 6 meses se convirtieron en 31 años.
¿Qué es para usted el cooperativismo?
Yo soy socialista en el sentido más textual de la palabra. Estoy convencido de que el capitalismo en el que vivimos no sirve a la persona. También estoy en contra de los supuestos socialismos que existen o han existido, que en realidad están basados en el Estado. En realidad, el socialismo y el comunismo plantean la desaparición del Estado para que el propio ciudadano tenga el poder de organizarse. En el cooperativismo, la sociedad es la propietaria de la entidad y es la que decide el destino de la misma, buscando el bien común.
¿Cómo observa a la comunidad en relación con la cooperativa local?
Si uno llega a Bigand y pregunta por la cooperativa, todos identifican la entidad y los servicios que presta. Me pasó que he llegado a ciudades grandes y la gente no sabe quién le da la energía, y a veces la que les da la energía es una cooperativa de 50, 60 años de existencia. En Bigand la gente identifica a la institución y le responde bien a la institución. Cuando digo que la respuesta es positiva, también la crítica es positiva. No importa si constructiva o no, cualquier tipo de crítica está bien, aunque sea injusta. Si la gente critica, eso indica que al menos está interesada. Por otro lado, también es real que no hay procesos puros. La cooperativa no es `un santo´, no es una panacea, sino que ahí también juega la cuestión humana, con un montón de virtudes y defectos.
¿Identifica desafíos para el movimiento cooperativo?
El desafío principal es la integración de lo existente. Hoy en Argentina hay más de 50 federaciones y eso significa que hay una división tremenda en el cooperativismo. Nosotros tenemos 9 servicios, pero donde tenemos más problemas es en la parte de energía. La tarifa, el costo, la falta de planificación de las redes, de la generación de energía... un montón de dificultades. En esa cuestión el cooperativismo eléctrico se dedica a la distribución, ¿Cómo es posible que haya dentro de la nación, 15 o 16 federaciones en un servicio que supuestamente está integrado? Eso debilita fuertemente al movimiento cooperativo. Ahora se crearon varias federaciones de cooperativas de trabajo, de vivienda hay un montón, eso significa que no hay una unidad operativa y hasta podría decirse filosófica para encarar los temas en forma conjunta.
Joaquín Roquero
Presidente de la Cooperativa de obras y servicios públicos de Bigand (Sta Fe) - Función gerencial
73 años
