Por Ignacio Castro
En el sur cordobés subsiste uno de los pocos bosques naturales de la provincia. Se trata del caldén, que está en serio riesgo de extinguirse y el retroceso de este ecosistema endémico (único en el mundo) ya trae aparejadas consecuencias en los suelos y en el medioambiente. De acuerdo a un reciente relevamiento de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), el corredor alberga al menos 54 especies medicinales que, si desaparece el bosque, también se perderán.Ubicado en la zona oeste del departamento General Roca, comprende unas 665.000 hectáreas que fueron declaradas Área Protegida por la Provincia de Córdoba en 2003. Actualmente, y principalmente a causa de la agricultura intensiva, sólo están en pie en buen estado de conservación unas 15.000 hectáreas ubicadas en el establecimiento Ralicó, cuyo propietario decidió mantener un convenio (hoy único en su tipo) con el gobierno provincial para crear una reserva al oeste de Villa Huidobro.Quien conoce Ralicó queda maravillado por la diversidad biológica de este lugar. Es como un viaje al pasado porque hoy las nuevas formas de producción han mutado el paisaje autóctono. La estancia mantiene una producción sustentable, protege el bosque, pero también se hace agricultura y ganadería con buenos resultados.
En retrocesoRecientemente la UNRC elaboró y publicó un documento en el que cuestiona el actual anteproyecto de Ley de Bosques que se trata en la Legislatura y alerta sobre la delicada situación del monte en el sur de Córdoba.En el informe se subraya: "Los bosques en el sur de Córdoba se encuentran en pleno retroceso debido al avance de la agricultura, la urbanización, las quemas reiteradas y el manejo inadecuado de los bosques que aún quedan en pie".Y se remarca: "Considerando la importancia de los sistemas naturales en la provisión de servicios ecosistémicos, las consecuencias ambientales de su disminución serían irreversibles y su reducción repercutiría profundamente en el desarrollo social y económico regional".Especies medicinales en peligroDe desaparecer el caldén, arrastrará consigo a decenas de especies de flora y fauna que viven asociadas a este bosque. Así lo advierten los especialistas universitarios, quienes detallan además que en este territorio crecen aproximadamente 180 especies.
Hace poco tiempo la Provincia firmó un convenio con la UNRC para llevar a cabo un pormenorizado estudio del bosque de caldén con vistas a ejecutar políticas en el marco de la Ley de Presupuestos mínimos que exige Nación para ser aprobada este año.
La ONG ambientalista Mamull Mapu ha venido trabajando desde hace años en la protección del bosque nativo. Esta agrupación regional con sede en Villa Huidobro ha promovido decenas de denuncias que frenaron el desmonte en repetidas ocasiones. Pero paralelamente llevan adelante una tarea de concientización en centros educativos y municipios de la zona que forman parte del denominado “Pacto Social Ambiental”. No es un dato menor que en Huinca Renancó a través de la Secretaría de Ambiente Municipal con la colaboración de docentes de colegios ya se han logrado germinar 900 caldenes y hoy son plantados por alumnos en distintos sectores urbanos y rurales de la zona.
"Estamos iniciando las tareas a dos escalas. Una en la Estancia Ralicó. Ahí estamos haciendo el diagnóstico del tipo de bosque que aún existe. Y vamos a trabajar en otra escala, que es a nivel de todo el corredor. La idea es hacer un inventario de la tipología de bosque existente", señaló José Plevich, investigador de la UNRC y coordinador del proyecto.En el informe se indicó que juntando los reductos esparcidos en los campos y las masas de bosque un total de 80 mil hectáreas, de las 665.000 del corredor, se ubican al oeste de Villa Huidobro y en la margen del río Quinto. También hay otros pequeños montes esparcidos por los campos."Hace tiempo hicimos un relevamiento y nos encontramos con muchas especies con características medicinales, es una de las posibilidades de uso que tiene el recurso. También destaca la captura de carbono para la mitigación del cambio climático, la producción de miel, entre otros aspectos que se pueden considerar ", precisó Plevich. Hoy la salvación del caldenal, y por ende de la biodiversidad de la zona, parece depender del sentido de pertenencia que puedan tener los habitantes de la zona y principalmente de la mano de los jóvenes que ya han sembrado las primeras semillas.