Si bien el Día Mundial del Agua tiene su origen en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, que se llevó a cabo en 1992 en Mar del Plata, en 1970 nuestro país ya había declarado su Día Nacional del Agua el 31 de marzo con el propósito de concientizar a los argentinos sobre el uso de los recursos hídricos.
En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que declaró al 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua.
Este año, la conmemoración se desarrolla con el lema "Agua Limpia para un Mundo Sano".
El objetivo es fomentar la concientización de la conservación de ecosistemas sanos y del bienestar humano y dar mayor realce al tema de la calidad del agua. Para ello, se exhorta a gobiernos, organizaciones, comunidades y personas de todo el mundo a que adopten medidas en relación con ese tema y realicen acciones de prevención de la contaminación, limpieza y rehabilitación.
Así, las actividades previstas para hoy estarán dirigidas a transmitir mensajes sobre la calidad del agua, los ecosistemas y el bienestar humano.
El 99,7% del agua del planeta no se encuentra a disposición para el consumo humano. Del 0,3% restante, mucha es inaccesible y la mayor parte de la que se dedica al consumo humano y animal -mucho menos que el 1% del abastecimiento total- está almacenada de manera subterránea.
En septiembre de 2000 se reunieron líderes del mundo en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y emitieron la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas. Entre sus objetivos se planteó la necesidad de "reducir a la mitad la cantidad de personas sin acceso a agua de bebida segura para el año 2015" (actualmente más de un billón de seres humanos no puede sino utilizar fuentes de agua potencialmente dañinas).
