El precio del GLP aumentó su precio progresivamente en los últimos tres años. Alrededor de 5.500.000 personas de Corrientes, Misiones, Formosa y Chaco y de las pequeñas y medianas comunidades del resto del interior del país no poseen redes de gas natural y viven silenciosamente el alza de los precios del gas licuado de petróleo (GLP). En el invierno de 2001 $10, en el mismo período del 2002 costaba $15 y en este nuevo invierno los precios oscilan entre $21 y $26.
En Argentina, las principales productoras son Repsol-YPF y Shell Gas quienes además de poseer los pozos se encargan del envasado, el transporte y la distribución hacia intermediarios y hacia usuarios finales. Este oligopolio sobre el GLP, más la falta de un marco regulatorio hace que, finalmente, las productoras ofrezcan el combustible a elevados precios.
Según fuentes cooperativas una familia tipo (de 4 o 5 personas) consume por mes sólo para calefón y cocina un tubo de 45 Kg. cuyo costo va de los $95 y los $120. El problema radica en que el petróleo y sus derivados son tomados como un Commodity, es decir un producto que proviene de la naturaleza y cotiza internacionalmente en la bolsa. Por ello el pago de precios a nivel internacional. Presentado de esta manera parece razonable aunque en realidad se obvian puntos fundamentales. En el caso del gas y del Petróleo no hay contratos de concesión como los nuestros en ningún lugar del mundo, porque las empresas en general son contratistas del estado y no son dueñas de lo que extraen como en el caso argentino. También hay que destacar que se olvida el valor estratégico del petróleo que es un arma económica importante, para algunos es una “Materia Prima Poder”
Regulación ¿Qué regulación?
En Argentina, no existe una legislación que regule el precio del GLP; sólo hay algunas reglamentaciones respecto de las condiciones técnicas para el fraccionamiento, el almacenamiento, la distribución y la venta de este tipo de combustible.
Según fuentes especialistas en la materia consultadas por este medio, la falta de regulación hace que las productoras sólo estén sujetas a la Ley de Defensa de la Competencia por la cual, hace algunos años, habría sido multada YPF SA (hoy Repsol YPF) porque exportaba a precios inferiores de los que vendía en el mercado interno.
Gas Cooperativo
En nuestro país, sobre todo en las provincias de Misiones y Formosa, muchas de las cooperativas han optado por ofrecer a sus asociados el servicio de GLP. Agrupadas en CADEGAS (cooperativa argentina de provisión de gas licuado) estas instituciones han logrado abaratar los precios finales de las garrafas que consumen las familias (10kg., 15kg. y 45Kg).
Debido a su lógica sin fines de lucro, estas instituciones han disminuido los precios en un 15% ó 20% y a la vez, haciendo uso de las leyes del mercado, han logrado que los comercializadores privados también bajen sus precios.
Así lo explica el Secretario de la Cooperativa de Agua Potable de la localidad de La Falda (provincia de Córdoba), Fabián Capdevilla: “Nosotros comercializamos el gas de la Cooperativa de Las Varillas y siempre el costo ha sido menor, lo que nos permitió mantener un nivel de precios al público inferior al valor del mercado y esto, a su vez, generó en nuestra comunidad una baja de los distribuidores privados. Hoy, a pesar de que es un 15% por ciento más caro el producto final, cuando nosotros empezamos era un 30% más. O sea, ya se produjo una baja”.
El desafío actual es poder hacer de esta situación coyuntural algo más estable que permita pelear el precio: “Esto significa que si las cooperativas se agrupan van a poder lograr el mismo efecto y va a haber una competencia con las distribuidoras grandes que va a hacer bajar los precios. Eso creo que tendría que ser un objetivo prioritario: trabajar solidaria y mancomunadamente para hacer frente al gran monopolio de las empresas que son las dueñas de los pozos, de la distribución y de gran parte de la comercialización de nuestro país”, dice Capdevilla. Además, recalca la importancia de generar leyes que regulen el sector: “Es el gas de los pobres, el gas envasado. Es el de los lugares menos desarrollados. Entonces, en las comunidades pequeñas y no tan pequeñas, no hay gas natural y el gas envasado es el único que se tiene para los consumos familiares e industriales. Debería ser considerado como un servicio público porque realmente lo es, todos lo consumen.”