'Hay que generar sentido de pertenencia en los asociados”

12-12-2018

Silvia Diez integró el consejo de administración de la cooperativa de Tornquist desde el 2001 hasta hace unos días. Fue vocal y síndica consejo de COLSECOR por ocho años, convirtiéndose en la primera mujer en integrarlo.

¿Cómo te acercaste al movimiento cooperativo?

Me inicie en el 2001, en realidad no fue por un acercamiento a lo que es el movimiento, sino que se armó una nueva lista para integrar el consejo en la que me invitaron a participar y me sumé. Tengo cierta ascendencia cooperativista, porque mi papá fue toda su vida gerente de cooperativas agropecuarias. Pero para mí en esa época la palabra cooperativa era el lugar de trabajo de mi papá, no era un movimiento. Después me fui quedando a través de los años, me enganché mucho a nivel humano, me encantó trabajar con los empleados, aprendí muchísimo en relación a los servicios que da la cooperativa. En ese sentido fue muy ilustrativo. El lunes 10 fue la asamblea de la cooperativa, me despedí de mis compañeros y lo positivo es que entró gente joven que es lo que siempre estábamos solicitando. La cooperativa va a seguir creciendo porque hay muy buen elemento humano, muy buena gente, los empleados tienen la camiseta puesta y eso es muy valioso. Siento que se terminó un ciclo. Participé también en Fedecoba y en Colsecor. Siempre me gustó la participación, estuve también en la comisión de la biblioteca popular en Villa Ventana y en la asociación de bomberos. Cuando yo ingresé a estas instituciones no tenía mucho tiempo, fue para mí bastante complicado.

Silvia Diez en la asamblea de COLSECOR realizada el 29 de noviembre, junto a integrantes del consejo

¿Cómo ves al cooperativismo en la actualidad?

Veo que le falta promoción, no tiene visibilidad. Observo que muchas veces el asociado no se siente como tal, se siente usuario. Es muy fuerte la falta de pertenencia. Si le preguntás a un asociado que no haya integrado este movimiento que cree que es la cooperativa, en muchos casos la respuesta es “una empresa que presta servicios” y el dueño “es el gerente”. En ese sentido, es importante la función de las cooperativas escolares. Este año en Tornquist una de las consejeras que ingresó fue miembro de una cooperativa escolar que fundó la cooperativa electrica. Ella ya es profesional y decidió participar, así que el semillero dio sus frutos. Entonces falta la promoción de las acciones de la institución y la información para generar el sentido de pertenencia. Y es culpa nuestra, porque tenemos como pudor de socializarlo, nos da como vergüenza. De todos modos creo que el cooperativismo es un sistema insuperable, sobre todo en las localidades del interior.

¿Cómo ves la participación de la mujer en el movimiento?

En el caso de la cooperativa de Tornquist siempre hubo mucha participación femenina, pero no es lo habitual. En general es el hombre el que va a solicitar el servicio, por lo tanto queda como socio titular y la mujer no puede participar en el la asamblea o en el consejo. Nosotros para resolver el problema de la titularidad del medidor, en un momento con un consejero habíamos solicitado la titularidad compartida, pero eso no prosperó porque por ahí complica legalmente. Sino terminan siendo viudas, divorciadas o solteras en el consejo. Por otro lado, me parece que hay una reticencia de la mujer a participar, teniendo en cuenta que son ámbitos generalmente masculinos, lo que hace que a veces no se sienta cómoda. Asimismo se observa que hay cada vez más mujeres y eso es muy bueno. En nuestra cooperativa siempre hubo alrededor del 50% de participación femenina en el consejo y es interesante, porque la mujer aporta una mirada diferente. Hay que fomentar esa participación. Tampoco creo que sea algo que tiene que establecerse por cupos, sino que tiene que darse naturalmente.

Su experiencia en COLSECOR

Silvia recuerda cómo la cooperativa de Tornquist se acercó a COLSECOR. “La cooperativa no podían contratar directamente las señales con los grandes proveedores para ofrecer el servicio de televisión por cable y con la integración cambió completamente el panorama. Realmente fue una solución y no sólo para nuestra cooperativa. Mi ingreso fue en el 2010, aunque desde mucho antes acompañaba a las reuniones a quien representaba en ese momento a la cooperativa. Desde COLSECOR siempre escucharon las necesidades de la cooperativa y trataron de darnos una solución, así que me siento sumamente agradecida tanto a nivel personal como a nivel consejo”.

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