Es frecuente en los pueblos, pero más en las ciudades grandes, que los asociados no se reconozcan como tales y que se tome a la cooperativa como un proveedor de servicios. En el caso de Santa Rosa se ha logrado el reconocimiento de la figura cooperativa ¿Cómo lo han logrado?
Lo que ocurre es que en nuestra provincia si hay un poblado, hay una cooperativa. Por esto aquí el movimiento cooperativo tiene una gran significación humana y económica. En La Pampa, el 100% de la distribución eléctrica a los vecinos está en manos cooperativas, salvo algunas zonas puntuales y alejadas, donde el Estado brinda energía solar o de otro tipo. Por otro lado, en el caso de la cooperativa de Santa Rosa, tenemos una política comunicacional que incluye diversas acciones. Por ejemplo, los asociados reciben mensualmente una revista donde incluimos cuestiones doctrinarias, información sobre los servicios y una editorial donde fijamos nuestra posición sobre diversos temas. Nuestra entidad se llama Cooperativa Popular de Electricidad y ya eso supone una toma de posición en defensa de los intereses populares. Por otro lado, tenemos una relación estrecha con las asociaciones barriales y sin fines de lucro porque nuestra obligación es velar por el bienestar de nuestros asociados.
Ustedes dan servicios en competencia, ¿Qué nos puede comentar al respecto?
La cooperativa ofrece energía eléctrica en dos ciudades (Santa Rosa y Toay) y en cinco pueblos. Son siete comunidades interconectadas. Brindamos servicio de sepelio, enfermería, ortopedia, telefonía fija, Internet y televisión por cable, este último en competencia con Cablevisión. En este servicio hemos tenido muy buena aceptación de la comunidad y cabe destacar que la relación con los socios es muy estrecha y el compromiso es fuerte y mutuo. La calidad del servicio es nuestro caballito de batalla, además de la atención personalizada. Tenemos una fábrica de columnas de cemento, vendemos seguros y tenemos la editorial “Voces”. Por todo esto, en estas siete comunidades interconectadas por los servicios que ofrece la cooperativa, hay una relación muy fuerte que dificulta el ingreso de los grandes grupos monopólicos en la zona.
¿Cuáles son los desafíos a futuro?
Nuestro gran desafío es poder brindar telefonía celular. Es difícil, porque nos encontramos con grandes empresas como Telefónica, Claro, Telecom y Nextel. Hay una cuarta parte de frecuencia disponible que hoy está en manos de Arsat. En este sentido, nuestro anhelo es que se permita el ingreso de las cooperativas para que podamos prestar el servicio.
Como surge la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa (CPE)
Nocetti repasó los inicios de la entidad: “La cooperativa surge de una reacción popular frente a los abusos de una empresa norteamericana que daba la energía eléctrica en Santa Rosa. Luego de la crisis del ´30 esta empresa comenzó a aumentar las tarifas para remitir utilidades a la casa central, que estaba en EEUU. Eso determinó que los costos de la energía fueran muy altos. Los vecinos protestaron y sus reclamos no fueron escuchados, así que por voluntad popular y a través de asambleas, decidieron crear una cooperativa que reemplazara a la empresa norteamericana, cuyo convenio vencía recién en 1935. En esos años estuvieron acumulando recursos, la gente hacía préstamos a la cooperativa que se estaba constituyendo y cuando caducó la concesión, los vecinos se hicieron cargo a través de la cooperativa. Todo era muy incipiente pero con el tiempo y con mucho esfuerzo, la entidad sobrevivió y fue creciendo. Nos consideramos una cooperativa señera porque somos una de las pocas (la otra es la CALF, de Neuquén), que brinda el servicio eléctrico a una ciudad capital como es Santa Rosa”.
