La reconstrucción de este legendario complejo hotelero de Embalse requirió de grandes esfuerzos técnicos y humanos de parte de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) y del Ministerio de Desarrollo de la Nación, que trabajan en este proyecto de manera mancomunada.
Juan Franco, técnico de la CNCT en Embalse, cuenta cómo fue el proceso de reconstrucción y formación profesional de los trabajadores. Las obras, de enorme magnitud, están por ingresar a la segunda etapa de realización.
El hotel “estaba en un 80% deteriorado” y hubo que realizar modificaciones edilicias para que las habitaciones tuvieran mayor confort, señaló Franco. Fue así que se modificaron los baños, la cocina y el comedor. También se incorporaron baños para personas con capacidades especiales, que no estaban en las habitaciones originales. “Incluso la carpintería se está restaurando un 100 % porque la madera estaba en muy malas condiciones”, detalló el responsable en una entrevista publicada en el sitio web de la CNCT.
Las cooperativas que actualmente participan de este proyecto están dentro de Argentina Trabaja. Como muchos de sus miembros no tenían experiencia en restauración “se hicieron cuadrillas y grupos con un capacitador por área: albañilería, plomería, pintura, carpintería y electricidad. Hoy en día, gracias a esa planificación y a cada uno de los compañeros que pusieron lo mejor de sí para aprender, se pudieron formar capacitadores dentro de esos grupos, logreando armar otros subgrupos para poder darle un avance más importante a la obra en las distintas áreas”.
Durante este proceso, indicó Franco, también se dio prioridad a la capacitación cooperativa.
“Tenemos muchas expectativas para el final de obra. Yo creo que la próxima etapa va ser mucho más rápida y ágil debido a la experiencia acumulada en la mano de obra”, expresaron desde la CNCT.
Por el momento, “solo restan detalles finales que requieren una mano de obra un poco más especializada. Pero felices porque ha sido una obra muy importante”, declaró Juan Franco.
Trabajo y formación. Además del trabajo digno, los miembros de las cooperativas sienten que crecieron en distintos oficios gracias a la obra. Matías Ferreyra, presidente de la cooperativa 17 de Octubre cuenta: "Yo empecé a trabajar como capacitador en carpintería, porque cuando ingresamos éramos 50 compañeros y nadie sabía del oficio. Después vinieron de Buenos Aires los muchachos especializados y me pude capacitar en pintura. Ahora soy capacitador en pintura y soldador en la obra."
“Al principio fue difícil – dice Matías - pero la gente tiene mucha voluntad en aprender”.
Como particularidad, se observa la participación de un gran número de mujeres en la obra. Un dato de la realidad, que las ubica como sostén de hogar y una contribución valiosísima para el rubro de la construcción. “Las mujeres son muy eficientes todas y hacen el trabajo mucho más prolijo que los hombres”, destacan desde la Confederación.
La organización de los horarios de trabajo permite que los miembros de las cooperativas puedan hacer otras tareas durante la jornada. Por ejemplo, una de las cooperativas que refaccionó para hacerse conocer un Jardín de Infantes sin fines de lucro, fueron luego contratados para otros trabajos.
