En el año 2006, la Ley de Educación Nacional (LEN) estableció que la educación es un bien público y un derecho garantizado por el Estado. Por otra parte, también instauró que ese derecho puede ser cubierto por el sistema cooperativo o de “gestión social” incluyendo a éste (por primera vez), junto al sistema público y el sistema privado.
No obstante, esta incorporación en la LEN, ha sido una condición necesaria aunque no suficiente para garantizar que este “tercer sector” en la educación obtenga el apoyo y el reconocimiento que verdaderamente precisa por parte del Estado, ya que el nivel primario y secundario dependen de los gobiernos provinciales: es allí donde aún no hay un avance importante en el dictado de leyes, reglamentaciones y, en concreto, desarrollo de políticas públicas que fortalezcan y propicien este tipo de entidades.
Escuelas de Gestión Social (EGS)
Son instituciones educativas gestionadas por distintos tipos de organizaciones sociales (fundaciones, asociaciones civiles, etc.) que surgieron en el país mayormente a partir de la crisis de 2001. Si bien existe un espectro amplio, diverso e incluso difuso de estas organizaciones, en general se basan en una concepción de educación popular y han sido creadas con el propósito de construir una sociedad inclusiva y solidaria, con especial énfasis en el fortalecimiento de las identidades locales. Se caracterizan por el ingreso irrestricto de alumnos; la aspiración de garantizar la gratuidad educativa; estructuras de gobierno internas participativas y proyectos pedagógicos innovadores adecuados al contexto social y cultural de las comunidades a las que atienden.
A pesar de este importante rol que están cumpliendo en numerosas localidades del país, ya que alcanzan a poblaciones que el Estado no estaba pudiendo atender, esa falta de reconocimiento efectivo en las diferentes provincias (salvo algunas excepciones como los casos de Río Negro y Mendoza, entre otros), genera una doble dificultad. Por un lado, en términos académicos, en tanto no pueden brindar titulaciones que permitan a sus egresados continuar otros estudios o ingresar al mercado formal de trabajo. Por otro, en el aspecto económico, ya que se obstruye la posibilidad de contar con financiamiento, lo que hace que algunas escuelas deban cobrar cuotas (aunque muy económicas).
En el camino de dotarlas de un marco legal general, es necesario un relevamiento, por provincias, de modo de poder definir los criterios que orienten su reconocimiento, autorización y supervisión, así como también, establecer el modo de financiamiento por parte del Estado, que les permita a estas Escuelas garantizar la gratuidad, sin perder la autonomía en la gestión y en el proyecto pedagógico, aunque respetando las disposiciones de las distintas jurisdicciones.
Cooperativas de Educación
Comparten con las EGS la problemática referida a la falta de reconocimiento del Estado, aunque en muchos casos, no por no tenerlo sino por estar mal catalogadas, en la medida que las igualan al sector privado con fines de lucro y no como otro sector con sus especificidades.
Estas escuelas cooperativas, (muchas de ellas con una historia un poco más antigua que las EGS), pueden ser de trabajo (conformadas por docentes) o de consumo (conformadas por las familias), pero nos detendremos sólo en el primer tipo, porque es de mayor presencia en Argentina y el que contiene características que nos interesan resaltar. En ellas, los asociados son los docentes y no docentes y todos, de manera democrática, eligen cómo se organizan internamente y establecen las actividades a desarrollar, tanto en lo educativo como en la gestión.
Si bien estas entidades pueden no ser cuantitativamente relevantes en nuestro país (aunque esta idea podría cambiar si se lograra cuantificar a las EGS y se las sumara a estas escuelas cooperativas) en términos cualitativos creemos que son experiencias que merecen visibilizarse porque representan expresiones que conjugan tres dimensiones, que les imprimen coherencia interna y relevancia social, cultural y educativa: 1) La FORMA organizacional: como figura jurídica cooperativa, en donde no existe la relación de subordinación capital-trabajo; 2) Los CONTENIDOS cooperativos: sensibilizan y educan en la teoría cooperativa, por lo que los docentes enseñan lo que están mostrando en la práctica, a través de la forma en que ellos se organizan (aspecto que en la escuela pública o privada presentaría más contradicciones pues se enseñaría lo que no se practica); 3) La PEDAGOGÍA COOPERATIVA: el método para transmitir esos contenidos, propio del movimiento cooperativo, acorde a su concepción filosófica y doctrinaria. Son escuelas que enseñan a través de técnicas fuertemente participativas, tanto de los alumnos, como de todos aquellos ligados al proceso educativo y procuran la formación de estudiantes con perfil autónomo, tendiente a la autogestión, la cooperación y el cambio social. Una de estas herramientas (aunque no la única) es la constitución de cooperativas escolares: integradas por los propios alumnos, quienes aprenden a cooperar a través de la práctica de gestionar su entidad, orientados por docentes.
Ideas finales
Las EGS y las cooperativas de educación (con leves diferencias), forman parte de un mismo espacio y cumplen un rol similar: representan escuelas “públicas no estatales” (volcadas al interés general pero formadas por fuera del aparato del Estado), que democratizan el acceso a la educación, promueven la inclusión social y complementan (no reemplazan) a la escuela pública en la cobertura del derecho a la educación, atendiendo de manera más “cercana” a determinados sectores, en función de sus características sociales y culturales, así como expandiendo el movimiento cooperativo a través de la incorporación temprana en los niños, de la teoría y la práctica cooperativa. Es preciso lograr, finalmente, su adecuado reconocimiento y financiamiento en cada una de las provincias de nuestro país.
Marina Veleda
Centro de Estudios de la Economía Social - CEES -
Universidad Nacional de Tres de Febrero - UNTREF -
Lic. en sociología y especialista en Desarrollo Local. Coordinadora académica del Centro de Estudios de la Economía Social de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y coordinadora docente del Curso de Posgrado Economía Social y Dirección de Entidades sin fines de lucro, modalidad virtual.