El Servicio de Enfermería fue puesto en marcha el 1 de febrero de 1996 y en septiembre de 2003 se trasladó a la sede propia, en calles 8 y 11. Desde allí se atienden diversas prácticas de enfermería en sala y ambulatorias, que en la actualidad suman un promedio de 3.400 prestaciones mensuales.
Hoy trabajan en el área dieciséis enfermeras, que mediante una adhesión voluntaria de los asociados se encargan de colocar inyectables, medir la presión y otras prácticas de enfermería. Quizás uno de los servicios de mayor relevancia es el préstamo de elementos ortopédicos, que ante la ausencia de organismos que se encarguen de dicha tarea presentó en los últimos años un notable incremento en su demanda.
Los veinte años de trabajo en la Enfermería de CORPICO forjaron un servicio que desde el Estado sería muy complejo cubrir y que representa un ahorro importante para los asociados que demandan dicha atención, quienes en caso contrario deberían acudir a prestadores privados con un costo mucho mayor.
Silvia Gri es la encargada de la Enfermería de la cooperativa, mientras que el doctor Eduardo Marquesoni desde hace diez años cumple con la función de coordinador del servicio.
Crecimiento
En rueda de prensa, la presidenta del Consejo de Administración de CORPICO, Marina Vanini, destacó que “es un servicio que ha crecido mucho con el paso de los años y es muy importante para todos los asociados de la cooperativa”.
La consejera destacó que “permanentemente se recibe el reconocimiento de lo bien que funciona el Servicio de Enfermería por parte de aquellas personas que lo tuvieron que usar, todos remarcan el buen trato, la predisposición, la puntualidad del personal”.
Y remarcó también “el servicio de préstamo de elementos ortopédicos, donde cumplimos una función muy importante en la sociedad. La realidad es que permanentemente se están incorporando campas ortopédicas, sillas de ruedas y otros elementos, porque la demanda es muy grande”.
Graciela Violini, una de las enfermeras, que comenzó a trabajar cuando se inició el servicio y ayer anunció su jubilación, dijo estar “muy contenta de pasar estos veinte años acá”. Y explicó que “yo trabajo también en el hospital y ayer fue mi último día de trabajo porque me jubilo. La verdad es que estoy emocionada y un poco amargada porque tengo que dejar de trabajar y pasar a otra etapa”.
Indicó sobre su labor en la cooperativa que “es una experiencia distinta a la que yo estaba acostumbrada en el hospital, porque acá nosotras estamos mucho más cerca del paciente y su familia”.
Por su parte, la enfermera Roxana Pico, también con veinte años en el servicio, destacó también la contención que las trabajadoras del sector brindan a los asociados y pacientes. “Acá uno también hace de psicólogo, porque para el paciente o para su familia una palabra es buena también para reconfortarlos”, observó. Y agregó que “la gente que está sola siempre trata de retenernos un ratito más para conversar, porque quizás somos la única persona que los visita en ese día”.
Remarcó también que “hoy tenemos más personal y tenemos un poco más de libertad para hacer las prácticas, que las distribuimos en dos zonas con turnos de cuatro personas. La incorporación de personal facilitó las tareas, que también se incrementaron mucho en el último tiempo. También hay guardias nocturnas pasivas”, señaló.
