En una charla distendida con COLSECOR noticias, Ulrich asegura que “Al cooperativismo hay que vivirlo, por mucho que cuenten, no es lo mismo”.
¿Cómo se acercó al movimiento cooperativo?
Me acerqué a los 18 años, hoy tengo 65. Empecé a trabajar en la cooperativa agrícola de Margarita, como empleado. Después uno va observando el funcionamiento y va empezando a meterse, a ver que las cooperativas de servicios públicos de cada pueblo nos competen a todos. Y cuando uno se mete... no se va más.
¿Qué hizo que no se fuera más?
Trabajé 10 años como empleado, ahí uno va desarrollándose, viendo el funcionamiento y haciendo una pequeña carrera como dirigente. La Asociación de Cooperativas Argentinas tenía una juventud agraria y me fui metiendo de a poquito, y de ahí ya empecé a participar en otras cooperativas, sobre todo en los pueblos chicos se van viendo las necesidades y una vez que uno entra es difícil salir.
Aunque hay muchos que salen rápido...
Atrás de eso también hay una trayectoria familiar. Mi suegro fue dirigente.
¿Cómo ve al movimiento cooperativo?
El movimiento cooperativo nace principalmente en las pequeñas localidades como una necesidad. Parte de necesidades que no son mercado para los gobiernos ni para las grandes empresas. La cooperativa siempre está frente a desafíos, a cambios. Fijate que empezó como cooperativa telefónica, después existió la posibilidad del agua potable, las cloacas, la televisión por cable... hoy por hoy en Margarita ¿Quién tendría cable?.
¿Qué es el cooperativismo?
Es algo fundamental. Creo que el cooperativismo es el sistema económico y social por el que todos deberíamos transitar. Sobre todo en los pueblos.
¿Qué cambios observa en el movimiento cooperativo desde que empezó a la actualidad?
Lo que veo sinceramente es que en el último tiempo los jóvenes no se ven interesados en las cosas que pasan todos los días en los pueblos. Están con Internet, el celular en esa nube tecnológica y pierden esa sensibilidad del día a día, del `caminar el pueblo´. Quizás hoy por hoy las soluciones pasan por gente de mi generación pero que en el día de mañana van a tener que pasar por de ellos.
¿Ve con preocupación ese recambio generacional?
El cambio de dirigencias debería darse gradualmente y no en cambios bruscos. Yo tengo 65, ya tendría que haber dirigentes aquí con 55, 45 o 25. Pero hoy no se da. Y para eso hay que transitar el camino, al cooperativismo hay que vivirlo. Por mucho que cuenten, no es lo mismo. Hay que meterse en el cooperativismo, sino estamos en la vereda del frente para ver que hace aquel para criticarlo, hay que cruzar la calle y participar.
