EL ARTESANO DEL AIRE

24-07-2015

“Las cosas en la vida no son inmediatas, hay que sembrar mucho para poder cosechar”- dice Pirincho, y sabe de lo que habla. “Tuve la suerte de criarme al lado del taller de mi padre y mi tío en Polvaredas, a 30 kilómetros de Saladillo. Pasaba mucho tiempo allí. En esa época recién empezaba la 2º guerra mundial y como no había repuestos, ellos los inventaban. Yo veía como hacían malabares para arreglar las cosechadoras, los Ford A, Ford T”- cuenta amable y con voz franca.

Su madre le leía la revista Mecánica Popular que le prestaba un estanciero de la zona. “A mí me apasionaba, tenía atracción por todo lo que volaba. Un día aparece algo rarísimo y ella me explicó que era un helicóptero. Le dije que quería hacer eso y ella me apoyó `tenés que aprender a usar bien el torno´. Cómo será el entusiasmo que tuve que a los 6 años iba a la escuela y para mí era un martirio, porque tenía metido en la cabeza que tenía que estudiar el torno”.

Se mudaron unos años al campo y viajaba a caballo para ir a la escuela, tras lo que pasaba 3 ó 4 horas más en el taller. Ya le encargaban algunos trabajitos y su vida cambió cuando su papá se enfermó y su tío se fue del pueblo. A los 12 años, Augusto decidió que iba a mantener a su familia. “Le dije a mi mamá que le compre las herramientas a mi tío y le prometí que iba a trabajar de 8 a10hs por día para mantener a los clientes. Mientras, podía hacer el helicóptero, así empecé a trabajar en el taller con la ayuda de uno de mis hermanos”.

Volando alto

Augusto es un inventor nato. A los 11 años realizó un motor para el lavarropas de su madre, después comenzó a crear sus propias herramientas, hizo una moto de 500cc, luego una motoneta con cambios automáticos y “varias cosas más que me sirvieron para aprender. No había luz eléctrica y un día inventé un motor diesel, que es más económico. Anduvo tan bien que vendí unos 30 motores a la gente del campo, para sus grupos electrógenos. Vino bien porque ingresaba un poquito más de dinero”- recuerda.

Y un día llegó el helicóptero, en 1958. Para eso, durante 6 años Pirincho fue fabricando las piezas que guardaba en un placard. “Me quedaba trabajando en el taller hasta altas horas de la noche y si al otro día era feriado amanecía allí. Me ayudaba un poco mi hermano y la única que sabía era mi madre porque los que estaban en el tema me decían `vos estás loco, hacé un avión que es más simple en lo mecánico´.

Para su primer prototipo, usó los fierros laterales de una cama sin uso. “Yo no tenía dinero para comprar materiales, iba a desarmaderos donde me conseguían piezas de autos, ejes de trilladoras a los que daba forma en el torno”.

El primer intento de elevar el helicóptero no funcionó, pero sí lo hizo un tiempo más tarde con un motor de 4 cilindros opuestos y con la gente del pueblo siguiendo la hazaña desde la vereda. “Yo siempre soñaba con ver los patines del helicóptero elevarse, y cuando eso pasó no lo podía creer... una emoción tan grande”- recuerda pirincho como si fuera ayer. “ Yo no sabía volar, lo até como para poder subir unos 40, 50 cm y así se levantaba un poco y yo practicaba. Cuando vi que lo dominaba, solté la atadura, salí a volar muy bajo, aterricé y temblaba como una hoja”.

Habla de sus helicópteros con una pasión intacta. Hoy, radicado en Saladillo desde hace 40 años, cuenta con una empresa familiar que genera trabajo en la zona y vende sus productos al exterior. Ganó varios premios, dentro de los que se destaca el que recibió en Suiza, para el salón de los inventos en ginebra. “Todavía tengo el mismo torno en el que aprendí. Hago las piezas allí, tenemos ingenieros aeronáuticos que las estudian, hacen los planos y ahí las mandamos a fabricar a terceros. Somos un grupo de alrededor de 30 personas en la fábrica, tenemos un convenio de pasantías con la facultad de ingeniería de La Plata y a los chicos del colegio técnico (industrial) de Saladillo también le damos algunas capacitaciones”.

La vida en Saladillo

Augusto tuvo la posibilidad de irse a vivir a Buenos Aires o al extranjero, pero eligió este lugar. “Me invitaron a radicarme en varios lugares del extranjero. Me encanta este lugar, a la mañana me gusta escuchar el canto de los pájaros y observar la naturaleza, estoy en las afueras de Saladillo, para poder probar los helicópteros. Cuando comenzamos estaba toda esta zona despoblada”- recuerda- “Lo que más me gusta es la amabilidad de la gente. La comunidad es muy agradecida cuando ve que hacemos conocida la localidad en otros lugares. Acá hay mucha gente que se destaca como el Dr. Santibáñez, que realizó varios trasplantes en Buenos Aires o en lo deportivo tenemos a Olarticoechea, sólo por nombrarte a algunos”.

La ciudad de Saladillo cumplió 150 años en julio. “En los últimos años progresó muchísimo, muchas empresas la eligieron para instalarse. Además es una ciudad muy linda, la gente que nos visita se queda admirada, quieren venirse a vivir acá,”- finaliza.

Paola Perticarari

FANGIO, un capítulo aparte

“Estaba trabajando en el taller en Polvaredas, un feriado. Aparece mi madre y me dice Pirincho no sabes quién esta acá ´. Yo tenía una emoción terrible, era Fangio y él me dice, “yo de helicópteros no sé nada, pero supe que hiciste el motor y vengo a verlo”. Imaginate que viene Fangio y yo le diga `no, no le voy a mostrar´. Desarmamos el motor, yo lo único que había comprado eran las bujías y los platinos. ¿Y al cigüeñal como lo hiciste, y las bielas? `Mire, con este torno´, le respondía. Me dijo Hay una fábrica (DKW) que necesita cambiar un motor de 2 tiempos, por uno de 4, con 4 cilindros en V. ¿Vos podes hacer un motor de auto?”.

¿Por qué no?, le respondió Pirincho, “Primero hice el motor de madera para ver si entraba en el espacio que tenía el auto y le buscamos la vuelta. Fangio se iba a Europa y cuando volvió, lo fui a esperar a Ezeiza con el coche listo. Fue tanta la emoción que pasó a buscar unas cosas por capital y de ahí fuimos hasta Balcarce. Para mí fue un sueño hecho realidad. A ese coche ese Fangio le hizo 150.000 km. Con Juan Manuel Bordeu le hicieron kilómetros por todo el país para probarlo”.

Saladillo

Ubicación: Centro- este de la provincia

Fundación: 31 de Julio de 1863

Cant. Habitantes: 22.000 (aprox)

Ppales Actividades: agricultura, ganadería e industrias relacionadas.

Asociada a COLSECOR: Te. Ve. Centro S.A.

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