Este proyecto supone la creación de colectivos que funcionan a Gas Licuado de Petróleo (GLP).
La metalúrgica, ubicada en la ciudad de Las Varillas de la provincia de Córdoba, es una fábrica reactivada en el 2002 a partir de la alianza de una cooperativa de trabajadores, un conjunto de concesionarios, ex gerentes y autoridades que representan al municipio local. La empresa, había quebrado en el 2000 dejando a varias familias de la comunidad sin sustento. Hoy, además de promover un modelo único en el país de propiedad mixta (privada y pública), este gigante ha logrado crear un transporte de características distintivas.
Omar Pérez, Director de la SA por el municipio, en entrevista exclusiva con Sitiocooperativo comentaba sobre los orígenes de este proyecto: “Nosotros comenzamos el año pasado a trabajar en tractores a GLP, que es uno de los primeros que se fabricaron en el mundo con un motor exclusivamente diseñado. Como también en nuestro programa de trabajo teníamos que desarrollar chasis para transporte de pasajeros, entonces los completamos con este motor”.
Este tipo de vehículos significa un avance en materia de disminuir la contaminación ambiental de las ciudades y de promover combustibles menos peligrosos. Al respecto, decía Pérez: “En principio, las ventajas es que el GLP no es contaminante y puede cumplir con las normas internacionales de polución ambiental para las ciudades que ser rigen por estas reglas. Además, el gas licuado es de fácil manipulación y no es peligroso porque las presiones de trabajo son muy bajas comparado con el GNC”.
Los coches que ya han sido fabricados serán destinados a distintos mercados latinoamericanos como Perú, Bolivia y Chile.
Recuperar la metalúrgica
La reactivación de la ex Zanello SA, convertida hace dos años en Pauny SA, significó un importante desafío para la historia argentina en el campo de la producción industrial.
Industrias Zanello había surgido en los primeros años de la década del cincuenta cuando Don Pedro Zanello se instaló en el entonces pueblo cordobés de Las Varillas con una herrería. De los primeros vehículos de tracción a sangre, Construcciones Metalúrgicas Zanello evolucionó hasta la fabricación de volcadores de gran capacidad y de máquinas viales autopropulsadas, convirtiéndose en una de las principales fuentes laborales de esta región.
Pero los noventa golpearon fuerte a esta empresa y, en el 2001, se declaró en quiebra.
En un principio, la fábrica fue tomada y recuperada por una cooperativa de trabajadores a la que luego se sumaron una red de concesionarios, algunos gerentes de la ex firma y miembros del municipio local.
Finalmente hoy, este gigante metalúrgico ha recobrado la importancia de antaño logró conformar un modelo mixto, donde la alianza de sectores es fundamento de su desarrollo.
