A continuación transcribimos el comunicado fechado el 18 de octubre:
"La Argentina enfrenta el desafío de dejar atrás una etapa de frustraciones para comenzar a construir un país próspero, confiado en si mismo, respetuoso de la seguridad jurídica y los contratos, abierto al mundo, capaz de decidir su propio destino y, por esto mismo, apto para crear riqueza y distribuirla con equidad.
Es preciso erradicar definitivamente las políticas que privilegiaron la especulación sobre la producción y el endeudamiento sobre la inversión rentable del ahorro argentino. Es imprescindible descartar las políticas de tipo de cambio sobrevaluados que demolieron la competitividad internacional de la producción nacional. O deben repetirse decisiones que generaron la inseguridad, el desempleo, la pobreza, la venta indiscriminada de activos y, finalmente, la insolvencia de la deuda externa.
El movimiento cooperativo sabe que, en esa empresa, tiene una responsabilidad fundamental por que abarca la diversidad de las economías regionales del territorio nacional y es uno de los pilares de la producción agropecuaria y de la cadena de agregación de valor que culmina en la industria agroalimentaria. Al mismo tiempo, los productores y empresas que lo integran son un ejemplo de la iniciativa privada fundada en el trabajo, la innovación, la solidaridad, la generación de empleo y la reinversión continua de recursos en la ampliación de la capacidad productiva.
El movimiento cooperativo sabe también que la apertura de una nueva etapa del desarrollo argentino depende de la convergencia de todos los creadores de riqueza y empleo y, en particular, de la industria y del campo que son el origen principal de la producción de bienes sujetos a la competencia internacional. Constituyen, por lo tanto, los pilares para construir una relación madura con el resto del mundo agregando valor y conocimientos a la producción argentina.
La construcción de un consenso entre el campo y la industria resulta así decisiva para identificar los intereses comunes que son los mismos que los de la economía nacional.
Es indispensable consolidar la gobernabilidad de la economía argentina, asegurar la estabilidad de precios y una distribución del ingreso consistente con la equidad y la estabilidad de la producción del país. Es preciso identificar cuestiones como el régimen cambiario, la carga impositiva y el financiamiento, que requieren un abordaje conjunto desde las perspectivas del desarrollo simultáneo e integrado del campo y la industria. Se trata, en definitiva, de abrir espacios de rentabilidad difundidos de tal manera que el lugar más seguro y rentable para invertir el dinero argentino sea la Argentina. En esta búsqueda el movimiento cooperativo ha tenido siempre un papel protagónico.
Las circunstancias actuales del país buscando su camino y de un mundo que abre nuevas fronteras a la producción nacional, si sabemos aprovecharlas, pueden ser un punto fundacional del despegue de la economía, de la expansión de la producción y el empleo, del bienestar y la seguridad. El movimiento cooperativo se propone movilizar el respaldo de los productores y empresas que lo componen para construir, entre todos, un país a la altura de sus extraordinarias posibilidades."
Fuente: Prensa Coninagro