Luego de varios e intensos meses de trabajo entre las entidades, los obtentores y la Secretaría de Agricultura, se lograron acuerdos significativos relacionados con el reconocimiento del pago por la tecnología. La Empresa Monsanto manifestó siempre su voluntad de seguir negociando en búsqueda de métodos satisfactorios para todas las partes. Hoy, con incoherencia empresarial, intenta presionar a los exportadores para que cobren por la tecnología o, en su defecto, parar los barcos en los puertos de destinos.
Repudiamos las acciones pretendidas por Monsanto. Además de excesivas y abusivas, son muy graves si las analizamos y evaluamos en un marco de negociación donde la Secretaría de Agricultura busca mediar entre los interesados. Desconocen la legislación argentina vigente sobre el tema que autoriza el “uso propio” y pretenden avasallar a los productores sojeros afectando el mercado futuro con una regalía caprichosa y unilateral.
Hasta pareciera que Monsanto se olvida del apoyo que le dieron los productores argentinos sembrando soja con el gen RR en oposición al requerimiento de la Unión Europea con respecto a los organismos genéticamente modificados (OGM). También pareciera que la multinacional se ha olvidado las sumas siderales ganadas con el glifosato durante los años que mantuvo el monopolio, tiempos donde no importó la existencia del gen RR.
Para CONINAGRO esta posición afecta la posibilidad de buscar un acuerdo entre las partes. Constituye una traición a la buena voluntad y disponibilidad de quienes han bregado por una solución satisfactoria. Nos cabe analizar todas los medios legales que permitan proteger a los productores de una medida arbitraria, inconsistente y cargada de prepotencia.
CONINAGRO
29-12-2004
