El calor del verano se hace sentir. En las gradas, miles de personas presencian un espectáculo de comparsas, samba, música y carrozas. No estamos en Río de Janeiro. No estamos en Gualeguaychú. Estamos en Lincoln. Al noroeste de Buenos Aires, esta ciudad rodeada de campos es el escenario en el que cada verano en un tramo de ocho cuadras de la avenida Massey, tiene lugar una colorida celebración durante tres fines de semana.
No se sabe con certeza cuándo nace la tradición, pero lo que sí es cierto es que comenzó a tener sus características particulares a fines de la década del ´20, cuando el profesor Henry Urcola incluyó la cartapesta en las carrozas, técnica que aprendió cuando trabajó en el teatro Colón de Buenos Aires, en el taller de escenografía.
Carrozas que se mueven
Si hay algo que identifica a este festejo son las carrozas animadas. Todos los años suele haber entre 12 y 14 de estas estructuras de alrededor de 15 metros de largo por 4 de alto que concursan por el mejor premio. Lo cierto es que para construirlas, los artesanos no descansan: “Trabajamos todo el año. Después de cada edición tenemos un mes de pausa y ya empezamos de nuevo. Durante el invierno vamos haciendo toda parte mecánica, ya que desarrollamos e inventamos cada uno de los movimientos. Hacemos todo a base de moldes y para eso vamos utilizando distintos objetos. Vamos buscando elementos cotidianos que nos sirvan y los transformamos en moldes que vamos almacenando. Luego es todo a base de cartapesta, por esto cuando llega septiembre aprovechamos que empieza el calorcito, porque para trabajar necesitamos mucho del sol, para que seque y tense el papel”, explica Raúl Traversa, artesano que combina la pasión por este trabajo con talleres sobre esta materia que da a los chicos de la ciudad.
Raúl es voz autorizada para hablar del tema. A los 11 hizo su primera maqueta y no paró más. Hoy tiene 50 y es una de las personas que más premios ha ganado en el carnaval. Muchos dicen que es el mejor pero que `no se la cree´. “Hay cosas que cambiaron mucho, explica, antes se trabajaba en familia y muy a puertas cerradas. Era muy difícil el acceso a los galpones. Si no tenías un familiar o a alguien conocido no podías entrar, ni aunque fueras a ayudar. Hoy trabajamos distinto”.
En este sentido, fue uno de los primeros que abrió su galpón “Vienen turistas que están de visita, también vecinos que están preparando algo para el carnaval y tienen alguna inquietud. Estoy siempre disponible para darles una mano. La experiencia que uno tiene hace que los pueda ayudar. Con respecto a las carrozas, si bien la técnica es parecida a la que podés ver en los carnavales de Gualeguaychú o de Brasil, lo nuestro es todo en movimiento. Los muñecos bailan, guiñan un ojo o saludan”.
Todo esto hace que estos pagos ya se hayan ganado el título de “Capital Nacional del Carnaval Artesanal”. A las carrozas se le suman las escuelas de samba, los autos locos, las batucadas, los cuerpos de baile, las bastoneras y el desfile de las postulantes a reina. Hasta los chiquitos tienen su espacio, con el carnaval infantil, que tiene lugar el último día de festejo en un desfile de dos cuadras.
En el carnaval de Lincoln “Las ocho cuadras están valladas y se colocan gradas dando lugar a una especie de corsódromo. Los bares o comedores sacan sus mesas y ofrecen servicio de cantina. Lo mismo hacen los clubes y escuelas y tiene su veta solidaria porque parte de lo recaudado es donado a otras instituciones. Hay una feria de artesanos que organiza recrearte, la escuela municipal de artes y oficios y miles de personas llegan a disfrutar del carnaval y de los artistas que se presentan en el escenario frente a la plaza principal. De alguna forma u otra, toda la comunidad participa y cada vez más gente quiere ser protagonista y estar del lado de adentro del vallado”, asegura Guillermo Cordero, presidente de la comisión organizadora.
Algo que para muchos puede ser infrecuente, para quienes viven en este lugar es parte de lo cotidiano. Ya desde octubre se empiezan a escuchar las batucadas ensayando para la inauguración oficial que suele ser en diciembre. En ese momento cada barrio va llegando con sus corsos y batucadas para reunirse en una única fiesta en la plaza. En la localidad hay comparsas históricas como “La masturbanda” que ya tiene 25 años. Otra institución con trayectoria es “Samba-Samba” la escuela de samba más prestigiosa de la localidad, con más de 40 años.
La competencia
“Este año voy a presentar tres carrozas”, comenta Raúl. “No se puede contar el tiempo que le dedicamos. Cuando gano un premio lo invierto todo en el proyecto del año próximo, pero si contás las horas de trabajo y la parte artística, las carrozas no tienen un valor”. A pesar de su experiencia, la emoción al ver sus trabajos sigue intacta “Cuando pasan las carrozas en el festival lo que uno siente es muy fuerte. Estás en el carnaval y sabés que te ve tu gente, la gente que te ve todos los años, que te va a aplaudir, está también la gente que viene de afuera. Es impagable. Por más que hace 40 años que participo, la emoción es la misma. Creo que es la emoción de cualquier persona que trabaja mucho por algo”.
El jurado está compuesto por habitantes de Lincoln con conocimiento del tema, como artesanos que no se presentan a competir o profesores de plástica. Guillermo Cordero explica el mecanismo de selección: “En general tratamos de que sean 5 o 7 personas, siempre un número impar. Cada uno tiene una planilla diaria en la que va calificando a cada uno de los concursantes. El último día me presentan estas planillas en presencia de un escribano público y de ahí salen los ganadores, se devela el misterio”.
¿Qué pasa cuando todo termina?
Pasado el carnaval, “algunas se venden para otros carnavales, la que no se puede vender se terminan desarmando para recuperar el hierro y la base que forman los carros. Las recuperamos siempre porque eso está preparado, con grupos electrógenos que le dan vida a toda la carroza”, finaliza Raúl.
Los últimos preparativos están en marcha. A no perderse esta fiesta, otro mundo dentro de las fiestas del interior de nuestro país, y una muestra de la identidad, tradición y cultura de Lincoln.
¿Cuándo?
31 de enero y 1 de febrero
7 y 8 de febrero
14 al 17 de febrero (coincide con el feriado de carnaval)
